La conducta es clave para que las personas se reconozcan entre ellas
PSICOLOGÍA. Según una investigación, las personas no reconocen a otras por su aspecto físico o personalidad, sino que por sus rasgos morales.
Las personas reconocen a otras gracias al registro que la memoria hace de su aspecto. Otros detalles como la personalidad y la forma de tratar con los demás quedan almacenados en el cerebro.
Pero un estudio publicado en la revista de la Association for Psychological Science asegura que los rasgos morales son el componente central de nuestra identidad, por lo que una alteración de este tipo es más reconocible que los cambios en la personalidad o en el aspecto físico.
HIPÓTESIS
Nina Strohminger, experta en psicología de la Escuela de Administración de la Universidad de Yale (EE.UU.), basó esta hipótesis en los datos recogidos de familiares de pacientes que sufren de enfermedades neurodegenerativas.
A partir de estas respuestas, estableció que las personas no cambian porque pierden la memoria, sino en su comportamiento moral. Por ello los cercanos a estos pacientes afirmaron que ellos no eran la "misma persona".
"Contrariamente a lo que se podría pensar, y lo que generaciones de filósofos y psicólogos han asumido, la pérdida de la memoria en sí no hace a alguien parecer una persona diferente", explicó Strohminger en un comunicado institucional.
La especialista indicó que tampoco hay factores involucrados en este cambio como las alteraciones en la personalidad, la pérdida en la cognición, la depresión o la capacidad de funcionamiento en la vida cotidiana.
"Esto es interesante porque muestra que alguien puede cambiar un poco y básicamente todavía parecer la misma persona. Por otro lado, si las facultades morales están en peligro, una persona puede volverse irreconocible", añadió Strohminger.
CAMBIOS EN LA IDENTIDAD
La autora, que trabajó con Shaun Nichols (Universidad de Arizona), llevó a cabo investigaciones anteriores que muestran que las personas tienden a asociar rasgos morales con la identidad sobre otros mentales o físicos. El objetivo en este nuevo estudio fue comprobar si esta asociación se sostiene en el contexto de un cambio cognitivo en el mundo real.
Para ello, los investigadores reclutaron a 248 participantes con miembros de la familia que tuvieran demencia frontotemporal, Alzheimer o esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Tanto la primera como la segunda se asocian específicamente con cambios en el lóbulo frontal que pueden afectar el comportamiento moral. La ELA, por otra parte, está relacionado con la pérdida de control de las funciones motoras voluntarias.
Los participantes, en su mayoría cónyuges o parejas de los pacientes, informaron sobre la medida en que sus seres queridos mostraron diversos síntomas típicos de la enfermedad y debieron calificar la intensidad de estos.
Además, identificaron la medida en que su familia había cambiado en 30 rasgos diferentes y lo mucho que se deterioró su relación con el paciente desde el inicio de la enfermedad.
Por último, los voluntarios describieron los cambios de identidad de sus familiares enfermos, respondiendo a preguntas como "¿te sientes como si todavía supieras quién es?" o "a pesar de la gravedad de la enfermedad, ¿cuánto usted detecta que el paciente sigue siendo la misma persona?".
Los resultados revelaron que tanto el Alzheimer como la demencia se asociaron con un mayor sentido de la interrupción de identidad, en comparación con la ELA.
También mostraron que el cambio de identidad percibida estuvo fuertemente vinculado con el cambio en los rasgos morales. Casi ningún otro síntoma, incluyendo depresión, amnesia y cambios en los rasgos de personalidad, tuvieron un impacto visible en las alteraciones de la identidad.
Ya que hay alrededor de 36 millones de personas en el mundo que viven con alguna enfermedad neurodegenerativa, Strohminger señaló que este estudio tiene implicancias directas en la vida cotidiana, ya. Ello, porque es muy probable que una persona esté relacionada con otra que padece de alguna enfermedad neurodegenerativa. Además, confía en que la investigación aportará a nuevas terapias que traten de manera directa la preservación de la función moral.
Pamela De Vicenzi
Teoría
El estudio de Nina Strohminger afirma que los rasgos morales son el componente central de nuestra identidad y es más reconocible que otros aspectos.
Cambio
La autora sostiene que el cambio en el comportamiento social en una persona puede hacer que ella sea "irreconocible" ante sus seres queridos.
Enfermedades
El Alzheimer, la demencia frontotemporal y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) producen estos efectos tanto en los pacientes como en sus familias.