La Subsecretaría del Interior decidió revocarle la residencia definitiva al sacerdote irlandés John O'Reilly, quien en noviembre de 2014 fue condenado a cuatro años de libertad vigilada, luego de haber sido encontrado culpable del delito de abuso sexual reiterado en contra de una menor de edad del Colegio Cumbres.
La resolución del Gobierno fue adoptada el pasado 12 de agosto y dada a conocer ayer, y está firmada por el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy. El texto establece que el sacerdote de los Legionarios de Cristo "deberá hacer abandono del país en un plazo de 72 horas, a contar del momento en que sea notificado".
Ese plazo de abandono del país, sin embargo, deberá ser concretado una vez que el cura cumpla con la condena resuelta por el Tercer Tribunal Oral en lo Penal en noviembre del año pasado. La libertad vigilada decretada por la justicia se cumplirá en el año 2018.
"Si el extranjero afectado no diere cumplimiento a la medida, se procederá a dictar el correspondiente decreto de expulsión", establece el documento.
"La conducta ejecutada por el extranjero vulnera los bienes jurídicos de la integridad, libertad e indemnidad sexual y la seguridad pública, lo que genera graves consecuencias sociales, que afectan los intereses colectivos resguardados por el Estado, y cuya realización atenta directamente contra el bienestar común y orden social, no siendo útil ni ventajosa su residencia en el territorio nacional", argumenta la resolución.
En marzo recién pasado, el Congreso aprobó revocar la nacionalidad por gracia a O'Reilly que le había sido concedida en 2008. Esto, con el fin de dar una señal de que los delitos de los que el religioso fue encontrado culpable no son aceptables, puesto que ese beneficio se otorga como un honor.
La nacionalidad por gracia concedida fue utilizada por la defensa del sacerdote durante el juicio, lo que fue condenado por parlamentarios en ese entonces.
Algunos senadores pidieron que junto con la revocación de ese beneficio se procediera a la expulsión del religioso.
En noviembre de 2014, el Tercer Tribunal Oral en lo Penal acreditó uno de los dos casos de abusos por los que la Fiscalía Metropolitana Oriente acusó a O'Reilly.
La pena resuelta por la justicia no siguió la recomendación de Gendarmería, que en el juicio señaló que el irlandés no era apto para cumplir su condena en un medio libre.
Pese a esto, la sentencia consideró la irreprochable conducta anterior de O'Reilly. El tribunal acogió la demanda civil presentada por el querellante que establecía el pago de $ 1 millón a la familia.