"Siempre quise trabajar aquí, porque no hay tarea más importante que ayudar a los jóvenes más vulnerables"
Después de tres décadas, monseñor Jorge Bosagna dejará sus funciones como director general del Refugio de Cristo a finales de octubre. "Lo venía meditando por largo tiempo", aseguró la autoridad eclesiástica tras anunciar que abandonará la fundación que durante 62 años se ha dedicado a la protección infantil a través de seis refugios y dos liceos técnicos presentes en la región.
"Treinta años en una institución es tiempo más que suficiente para dar paso a otras personas que puedan contribuir con su identidad", fueron parte de las razones que expuso el director ante el obispo de Valparaíso, monseñor Gonzalo Duarte, quien en su reemplazo decidió nombrar al actual párroco de La Calera, Enrique Opaso.
Una noticia que lo tomó por sorpresa, reconoce el sacerdote. "Cuando me trasladaron de Reñaca a La Calera pensé que iba a ser mi último destino. Pero como ves, la vida no te deja de sorprender", asegura el cura que se hiciera conocido por su gestión en Reñaca. Aunque deja en claro que de la parroquia de La Calera no se irá: "En la semana intentaré estar en el refugio y los fines de semana me concentraré en la comuna".
-¿Cómo tomó la designación del obispo Duarte?
-Siempre lo quise, para qué estamos con cosas. Cuando me vine a La Calera entendí que era mi último destino, porque uno tiene que ir entregándoles la posta a los más jóvenes. Pensé que nunca iba a poder trabajar en el Refugio de Cristo. Pero en eso estaba cuando el obispo Duarte me pide este servicio pastoral, que se lo agradezco enormemente.
-Se nota que es una noticia que lo llenan de entusiasmo.
-Es que es como volver a mi origen. Mi carrera eclesiástica en la región nació en el Refugio de Cristo, fue mi primer trabajo pastoral, cuando entré al seminario en 1974. Siempre pensé que algún día podía trabajar directamente allí. Y en esta etapa de mi carrera es una gran sorpresa que se me haya pedido ser parte de un directorio súper eficiente y que está trabajando por la obra del refugio. Después de 40 años vuelvo al lugar donde me formaron.
Importancia de la obra
-¿Por qué siempre quiso desempeñarse en esta fundación?
-Es que no hay tarea más importante que los pobres, especialmente los niños más vulnerables, que son los que tenemos en el Refugio de Cristo. Han pasado más de 30 mil niños, tenemos dos liceos técnico profesionales. Uno en el área de agronomía, en Quilpué, y otro en el ámbito de la agricultura, en La Cruz. Dar la oportunidad de que los niños salgan con una profesión a enfrentar la vida me llena de emoción.
-¿Qué desafíos se ha planteado cuando asuma como director?
-Aquí vamos a tener un gran desafío. El Refugio de Cristo necesita una presencia pastoral. Tenemos jóvenes y niñas a los cuales tenemos que evangelizar, de modo que les demos un gran valor agregado, que es el valor de la fe. Desde hoy tengo 700 hijos, la familia más grande de la región, y que tendré que atender con mucho cariño, con lo que la naturaleza ofrece para ejercer la paternidad. Estos niños a veces han carecido de padres, por lo que trataré de ser la imagen de lo que no tuvieron.
-¿Qué valores espera poder entregar en la fundación?
-Uno entra a una institución impecable. No voy a una institución que tiene una situación dramática. Está sanita y le ha hecho muy bien a la diócesis de Valparaíso. Mi manera de llegar es acompañar en lo que ya hay, conocer a la gente y al personal. Trataré de tener un contacto personal con todos, de modo de generar lo que siempre hemos sido: una gran familia a la que le llega un padre nuevo que los viene a acompañar. Y también trataré de potenciar la marca, porque a veces quedamos un poco opacados por el Hogar de Cristo, que indudablemente es una maravillosa institución.
-Regresa a trabajar con las personas de Valparaíso.
-Es una motivación enorme porque es una tierra maravillosa. El Refugio de Cristo nació en el Puerto y siempre me ha gustado trabajar allí. Fui párroco de los Cerros Toro y Ramadita. Tengo una experiencia muy buena en la ciudad y volver amparando a los niños más vulnerables me llena de emoción.
"Cuando me trasladaron de Reñaca a La Calera pensé que iba a ser mi último destino. Pero después de 40 años vuelvo al lugar donde me formaron, lo que me llena de emoción"
entrevista. enrique opaso, nuevo director general de la fundación Refugio de Cristo: