Alexievich: "Ya no les resultará tan fácil a los poderosos rechazarme"
LITERATURA. La periodista y escritora bielorrusa ganó ayer el Nobel, gracias a una obra marcada por el reportaje literario, y no ha dudado en criticar los regímenes de Putin y Lukashenko.
Tal como lo indicaban las apuestas, la escritora y bielorrusa Svetlana Alexievich finalmente se quedó con el Premio Nobel de Literatura 2015, debido a sus "obras polifónicas, un monumento al sufrimiento y el valor de nuestro tiempo", según explicó ayer la Academia Sueca que, por primera vez, otorgó el galardón a una obra relacionada con el periodismo, ya que la autora ha sido catalogada como "maestra" del reportaje literario.
Tras conocer la noticia, la autora se mostró honrada con el galardón y declaró que "es fantástico". En entrevista con la televisión sueca, reveló que la noticia del premio la tomó "por sorpresa", pues estaba en su casa "planchando la ropa" cuando la Academia la llamó por teléfono para darle la noticia, y que sintió "júbilo y angustia al mismo tiempo: ¿cómo haré para seguir adelante?", se preguntó.
"Lograr este premio es algo grande. Es algo del todo inesperado y casi una sensación inquietante. Pienso en los grandes autores rusos como Boris Pasternak", dijo la autora, refiriéndose al escritor ruso que obtuvo el mismo galardón en 1958 y al que el régimen soviético le impidió ir a recibirlo.
En declaraciones a la edición digital del periódico "Svenska Dagbladet", en tanto, se mostró convencida de que el galardón contribuirá a hacer más fácil su situación personal: "Esto significa que ya no les resultará tan fácil a los poderosos en Bielorrusia y Rusia rechazarme con un gesto con la mano", aludiendo a las censuras que algunas de sus obras han sufrido.
Un estilo único
Si bien Svetlana Alexievich nació en Ucrania (1948), prontamente se trasladó a Bielorrusia, donde se crio. Trabajó como profesora de historia y alemán, aunque pronto optó por dedicarse a su verdadera pasión: el reportaje. De hecho, en 1972 se licenció en la Facultad de Periodismo de Minsk y ejerció como redactora en varios diarios de su país.
Su primer libro, "La guerra no tiene rostro de mujer" (1983) se basaba en entrevistas a mujeres que combatieron durante la Segunda Guerra Mundial. Este fue duramente criticado por las autoridades soviéticas, que la acusaron de "romper la imagen heroica de la mujer soviética", además de naturalismo y pacifismo que impidieron su publicación. Tuvo que esperar a la Perestroika para ser publicado en 1985 y con él alcanzó la fama en toda la Unión Soviética y también en el extranjero, aunque en español recién llegará este año (Ver ficha).
Desde entonces, recurrió siempre al mismo método para sus novelas documentales, entrevistando durante años a gente con experiencias dramáticas como fueron los soldados soviéticos de regreso de la guerra en Afganistán para "Los ataúdes de zinc" o suicidas con el que dio vida a "Embrujados por la muerte".
Tras la catástrofe nuclear de Chernóbil en 1986, la escritora trabajó durante más de diez años en "Voces de Chernóbil" (1997), uno de los dos libros suyos que han sido traducidos al español, junto con "La Plegaria de Chernóbil". El trabajo -que está siendo llevado al cine como documental- incluye testimonios de miles de hombres enviados a trabajar a la central y de otras víctimas de la tragedia.
Alexievich dijo que "la poética de la tragedia es importante" para ella y que siempre ha intentado "entender por qué el sufrimiento no puede convertirse en libertad". "Sólo intento captar un pedazo de la realidad y contar quiénes somos y a dónde vamos".
Su estilo ha sido llamado como la "novela colectiva", que encuentra un inicio a medio camino entre el periodismo y la literatura, en que la autora va yuxtaponiendo los testimonios logra narrar el lado más humano de algunos de los acontecimientos más importantes del siglo XX.
Así, la periodista se ha convertido en una voz de las consecuencias de la guerra y el dolor del desastre. La Academia destacó que a través de un método "extraordinario", la autora ha armado un verdadero collage de voces humanas.
"Ha inventado un nuevo género literario, supera el formato del periodismo, continuando lo que otros autores han contribuido a elaborar", valoró la nueva secretaria permanente de la Academia, Sara Danius.
Política incorrecta
Alexievich es la sexta autora en lengua rusa en recibir el Nobel, pese a que ella misma reconoció ser "una persona perteneciente al mundo bielorruso", aunque cuando fue entrevistada a las pocas horas de saberse ganadora destacó que ni el presidente, Alexandr Lukashenko, ni los miembros del Gobierno la habían felicitado, a pesar que "es una recompensa no solamente para mí, también para nuestra cultura, para nuestro pequeño país".
Sin embargo, es difícil que lo haga puesto que según ha dicho la misma Nobel, su obra "no gusta" al presidente en el poder desde hace más de 20 años. "Vivimos bajo una dictadura, hay opositores en la cárcel, la sociedad tiene miedo y al mismo tiempo es una vulgar sociedad de consumo, la gente no se interesa por la política. Es una época difícil", resumió en 2013.
Y no fue al único que repasó: "Respeto el mundo ruso de la literatura y la ciencia, pero no el mundo ruso de Stalin y Putin", afirmó en medio de sus declaraciones al recibir el premio, agregando que "tampoco me gusta ese 84% de rusos que llama a matar ucranianos", entre otros temas que abordó. También aprovechó de confirmar que asistirá a la ceremonia de premiación el próximo 10 de diciembre.
Antecedentes
La autora es la 14ª mujer en obtener el Nobel de Literatura, entre ellas la chilena Gabriela Mistral.
La última vez que ganó un autor de lengua rusa fue en 1987, el premio se lo llevó el poeta Joseph Brodsky.
Bielorrusia fue parte de la Unión Soviética hasta 1991. Aleksandr Lukashenko ha sido su presidente desde el '94.
Seis libros ha publicado la autora, y ya tiene nuevas ideas para sacar algunos nuevos, según declaró.
La Nobel 2015 ha recibido varios galardones, entre ellos el Premio de la Paz de los Libreros hace dos años.
En noviembre llega a Chile "Voces de Chernobil"
Por el momento es difícil encontrar en las librerías chilenas alguno de los libros de la autora. Sin embargo, Random House anunció ayer mismo que a través de su sello Debolsillo publicará "Voces de Chernóbil. Crónica del futuro", la cual estará disponible a contar de noviembre, siendo lanzando en el stand de la editorial en la Feria Internacional del Libro de Santiago (Filsa).
A este, se sumará la publicación a fines de año de "La guerra no tiene rostro de mujer" a través del sello Debate. No solo eso, en 2016 y 2017 la difusión de su obra en Chile continuará en ese mismo sello con los títulos "Los muchachos de zinc" y "Los últimos testigos", respectivamente.
Los libros de Svetlana Alexievich tratan de acercarse a la dimensión humana de los hechos a través de una yuxtaposición de testimonios individuales, un collage que acompaña al lector y a la propia Alexievich a un terrible "descenso al infierno".
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