El 2015 ha sido un año movido en términos legislativos, al menos así lo han evidenciado los medios de comunicación, que se han encargado de "bombardearnos" con información alusiva a diferentes reformas.
Tan intenso ha sido el debate que para muchos ha pasado desapercibida una discusión importante, me refiero al anuncio de una nueva reforma a la salud. Y es que pese a que los niveles de salud alcanzados por Chile, comparados con otros países de similar desarrollo, son bastante satisfactorios, aún queda mucho por hacer, sobre todo si hablamos de equidad.
Otro punto que preocupa son los costos crecientes en salud, los cuales tienen directa relación con el cambio epidemiológico, el aumento en las expectativas de vida de las personas y el gasto per cápita en salud de Chile, el que por cierto es tres veces inferior al promedio de países desarrollados eficientes en esta materia. En este contexto, nadie podría oponerse a la idea de buscar un sistema de salud más justo, eficiente y equitativo, así como tampoco a que existan diversas opiniones respecto a cuál es la manera correcta de lograr este objetivo.
Y es que pese a los prejuicios que puedan existir de la salud privada, el rol que desempeña es importante. Los prestadores privados atienden anualmente a 8 millones de pacientes, ofreciendo soluciones a 5 millones de afiliados a Fonasa. Además, el sector privado da cuenta del 47% de las prestaciones del país.
En el desafío de mejorar la salud de nuestra población creemos que nadie sobra, ya que esta tarea es demasiado importante como para prescindir de actores dispuestos a colaborar. Sin embargo, para cumplir este propósito todos deben estar dispuestos a ceder en sus convicciones, pues es la única manera de lograr el objetivo.
Adicionalmente, se necesita actuar con total transparencia, poniendo a disposición los antecedentes que motivan las propuestas de cambio, ya que es la única forma de abrirse al debate. Si se desea concretar procesos de transformación es imprescindible que los responsables de llevar a cabo esta tarea estén abiertos al diálogo efectivo. Al mismo tiempo, es preciso utilizar canales de comunicación efectivos, que den a conocer las propuestas de los diferentes actores involucrados.
En particular, consideramos necesario precisar los alcances de un Fondo Mancomunado de Salud. Al respecto, pensamos que éste puede acarrear un aumento en el costo para mantener ciertos planes. También nos parece necesario conocer la forma en que se implementará la eliminación de la declaración de salud, pues de ser mal aplicada podría afectar la viabilidad del sistema privado.
Pese a que hoy el debate se ha centrado en si deben o no desaparecer las Isapres, como Comisión de Salud de ASIVA creemos que el tema no pasa por ahí, sino más bien por normar su funcionamiento y sancionar las malas prácticas, ya que aunque a muchos no les parezca éstas juegan un rol clave en lo que se refiere al financiamiento del sistema.
Alejandro González
Gerente general de la Clínica Oftalmológica ISV