"Lo que hizo David Pizarro fue decir la verdad y ya ve cómo todos se le fueron encima"
Una mezcla de indignación y desaliento. Esa es la sensación que reconoce hoy Agustín Squella, ex rector de la Universidad de Valparaíso e hincha de Santiago Wanderers, tras conocer los detalles de la crisis por la que atraviesa el fútbol chileno.
El escándalo protagonizado por Sergio Jadue y su dirigencia, según el abogado, es una muestra más de la corrupción a nivel planetaria que vive la actividad.
"Esta situación habla no solo de crisis, sino de la codicia y vulgaridad de dirigentes que se aprovecharon de sus cargos y actuaron sincronizadamente para defraudar y enriquecerse. Por otra parte, para algunos dirigentes del fútbol los hinchas parecen ser sólo una variable más, una variable de ajuste, lo mismo que los trabajadores para ciertos empresarios" dice un defraudado Squella.
Una industria
Según el autor del libro "Soy del Wanderers (y también de Valparaíso)", "el fútbol profesional, que desde hace ya mucho tiempo es una industria antes que un juego, ha dado lugar a una corrupción a nivel planetario, mientras que la Conmebol lo ha hecho a nivel sudamericano. ¿Cuántos dirigentes de la Conmebol están hoy acusados de corrupción? Casi todos".
- Los últimos tres presidentes del fútbol chileno han terminado acusados de situaciones irregulares de diversa consideración: Mayne-Nicholls está suspendido por la FIFA; Segovia se fue del país; y Jadue aparentemente se acogió a algún tipo de delación compensada en EE.UU. por sobornos recibidos ¿Se le puede exigir honestidad a toda prueba, después de esto, a los jugadores, entrenadores o incluso a los barristas?
-Aunque algunos fallen, e incluso si lo hacen a gran escala, a nadie debería servirle eso de pretexto para continuar con la cadena de malas prácticas o, en el caso de los hinchas, de violencia en los estadios. El fútbol, lo mismo que la política, es la sustitución de la guerra por medios pacíficos, con árbitro y todo, aunque a veces la guerra se toma revancha en las tribunas. Pero usted tiene razón: cuando la cabeza de una actividad anda mal el efecto hacia el resto puede ser perverso.
- ¿Cree que los últimos episodios que se han dado a conocer en la ANFP cuestionan el modelo de sociedades anónimas deportivas en los clubes?
-No creo que tenga que ver con el modelo de las sociedades anónimas, sino con la mala clase de algunos dirigentes que están en el fútbol para hacer dinero a cómo dé lugar, dentro o fuera de la ley, con ética o sin ella, y a quienes lo que acontece en la cancha les importa poco o nada. Gritan en las tribunas, se ponen las camisetas de sus selecciones, se toman fotografías con los cracks, y para conseguir una toma de televisión se abrazan en las tribunas con los honrados presidentes o presidentas de la República que asisten a los estadios. Jadue, aunque estuviera en el Nacional relativamente lejos de la Presidenta Bachelet, se las ingeniaba en cada gol de la Roja para abalanzarse sobre ella. Un abuso.
- ¿Cuál cree que debe ser la reacción de la sociedad frente a casos como los que vivimos hoy en el fútbol, que siempre pareció ser patrimonio de todos y que aparentemente hoy es un negocio -ilícito en algunos casos- de unos pocos?
-Pasión de todos el fútbol, eso sí, pero patrimonio solo de unos cuantos. Ya no está bien que todo se transforme en oportunidades de negocios, incluida la salud, la educación, la previsión y a veces también la política, aunque peor es que los negocios se hagan al margen de la ley y de lo que la honradez y buenas prácticas exigen en distintos campos de la actividad humana. La ética deportiva, tan exigida a los deportistas como a los hinchas, tiene que serlo aun con mayor determinación en el caso de los que llevan las riendas de la actividad.
Derrota moral
- En el caso de Sergio Jadue, le parece correcto que sea la Justicia norteamericana la que lo investigue. ¿Es una derrota moral para nuestro país que no podamos transparentar lo que sucede ni llevar a juicio a las autoridades de la ANFP que aparentemente cometieron delitos?
-No importa mucho dónde se juzgan las conductas. Pinochet fue detenido en Londres y eso estuvo muy bien, aunque en nombre de una soberanía mal entendida se lo trajo de vuelta al país sentado en una silla de ruedas que abandonó pocos minutos después de aterrizar en suelo patrio. Se dijo que se lo traía para juzgarlo aquí, pero ya sabemos lo que pasó: el valiente soldado terminó parapetándose en algunos artículos de los códigos de procedimiento para que lo declararan en situación de no poder ser sometido a juicio. La jurisdicción nacional extiende hoy sus brazos más allá de las fronteras de los países -piense usted en la reciente resolución de nuestra Corte Suprema sobre presos políticos en Venezuela- y hay también una justicia internacional atenta a ciertos delitos de especial gravedad. Todo eso es un progreso, salvo para los nacionalismos toscos y exacerbados de unos cuantos.
- En su calidad de abogado, ¿Cómo ve la situación legal del renunciado mandamás del fútbol chileno en EE.UU.?
-No la veo de ninguna manera, porque faltan antecedentes al respecto. Nuestra Asociación Nacional de Fútbol ha sido en esto muy lacónica, tardía, elusiva, mientras que de la justicia norteamericana tampoco se puede esperar mucha información. La justicia de EE.UU. va tras objetivos mayores en esto del fútbol y actuará en sintonía con esos objetivos y no con la información que pidan los nacionales de los países cuyos dirigentes se encuentran detenidos o en alguna otra condición procesal.
- Como wanderino, ¿Qué opina de las críticas de David Pizarro al modelo futbolístico nacional?
-Las comparto. Lo que hizo David Pizarro fue decir la verdad y ya ve cómo todos se le fueron encima. Típico de Chile. El Canal del Fútbol, otra industria, está dominando la actividad futbolística, y poco o nada importa que haya o no hinchas en los estadios. Pero lo mejor fue que, sin perjuicio de lo mal que está el fútbol nacional, tanto a nivel dirigencial como de la calidad paupérrima de sus campeonatos, el gran mediocampista haya declarado finalmente su voluntad de seguir en Wanderers y en Valparaíso. Eso habla muy bien de él. Hoy solo tenemos calidad futbolística a nivel de Selección, enhorabuena, pero ya ve usted como en los dos últimos partidos esa calidad tampoco ha aparecido. El actual campeonato nacional de Primera División da pena por la bajísima calidad de los partidos.
- ¿Qué virtudes morales debiera tener un dirigente de un club? Hace poco usted fue invitado a ser director de Santiago Wanderers, puesto que finalmente no aceptó.
-Formación profesional adecuada, competencia, conocimiento del fútbol a nivel nacional e internacional, integridad, franqueza, buena y abierta comunicación con los medios y con los hinchas, y, claro, una cierta cultura general.
- ¿Cómo observa al club del que es hincha desde la perspectiva dirigencial? No son pocos los que critican la gestión de la sociedad anónima por su poca sintonía con la gente, e incluso la figura de Nicolás Ibáñez, el controlador, genera cierto recelo por su lejanía y también por la contradicción de aportar a Wanderers, pero impulsar negocios inmobiliarios que generan rechazo en sectores de la ciudad.
-A Wanderers lo observo con preocupación. Nuestro desempeño en el actual campeonato ha sido pobre. Buenos jugadores que llegan a Valparaíso permanecen aquí apenas un año y luego solo quieren partir. Piense en los casos de Medel, Jorge Luna y "Pajarito" Gutiérrez. Siempre me pregunto qué pasa en Wanderers para que eso ocurra, y me refiero a la institución y no al equipo que sale a la cancha.
- El fútbol mundial y el chileno en particular, ha estado lleno de episodios criticables desde la ética. Recuerdo casos como el del "Cóndor" Rojas, los pasaportes falsificados para un Sudamericano juvenil en dictadura, por nombrar sólo algunos. ¿Nos debe sorprender, entonces, lo que pasa con Jadue?
-Es que lo ocurrido con el ex presidente de la ANFP se ubica en un contexto mucho más amplio, a nivel sudamericano y mundial, lo cual impide presentarlo como un lamentable episodio aislado más. Al parecer, había una red de muchos cabos para defraudar a las instituciones del fútbol a todo nivel.
- ¿Ve alguna salida a la crisis de confianza que afecta a la actividad?
-Siempre hay salida cuando se trata de cosas importantes, y el fútbol lo es, aunque habría que rogar a nuestros dirigentes que al designar a un nuevo presidente de la ANFP no hagan lo mismo que hicieron la última vez: elegir al único que se interesó por el cargo. Los mejores dirigentes tienen que atreverse a tomar las riendas de ese organismo, mostrando generosidad en cuanto al impacto que eso podría producirles en las actividades personales y empresariales a las que legítimamente dedican la mayor parte de su tiempo.
"Para algunos dirigentes del fútbol los hinchas parecen ser sólo una variable más, una variable de ajuste, lo mismo que los trabajadores para ciertos empresarios"
"No importa mucho dónde se juzgan las conductas. Pinochet fue detenido en Londres y eso estuvo muy bien, aunque en nombre de una soberanía mal entendida se lo trajo de vuelta"
entrevista. Agustín Squella, abogado, escritor e hincha de Santiago Wanderers, opina de la crisis del fútbol: