2016: desafíos y responsabilidades
Reconstrucción, sequía y transporte son temas locales que deben abordarse el año que se inicia. En el horizonte la economía muestra números inquietantes: el crecimiento de 2015 llegará solo a 2,1%, en tanto que para 2016 oscilará entre 2% y 3%, y la inflación se ubicará en una cota del 4%.
Una mirada hacia el año que se inicia mañana presenta múltiples desafíos en el plano nacional y en el regional, que tocan, de una u otra manera, a todos los integrantes de la comunidad.
En lo local se mantiene, en medio de polémicas, el gran desafío de la reconstrucción de las zonas devastadas por el gran siniestro de 2014 que afectó a Valparaíso. Hay cargos de retraso, de poca ayuda y, lo peor, sobre nuevas viviendas levantadas en zonas de riesgo. ¿Será posible conjurar el riesgo este año?
Otro gran desafío local, que navega en medio de polémicas, es la expansión portuaria, sobre la cual se esperan definiciones de la autoridad y de los interesados en acometer la obra quienes dejaron abierta una puerta de escape para abandonar el proyecto si aparecen dificultades mayores, tanto en la normativa como en el complejo y competitivo mercado de los terminales marítimos. Pero también importante, de alcances sociales y económicos, es la sequía. Cambio climático, menos lluvias, poca infraestructura afectan la calidad de vida y la producción en los campos y el problema se extiende a las ciudades con incertidumbre sobre el abastecimiento de agua. También enfrentamos como región crecientes carencias en transporte que tocan directamente a las personas.
En el horizonte nacional la economía muestra números inquietantes: el crecimiento de 2015 llegará solo a 2,1%, en tanto que para 2016 oscilará entre 2% y 3%, y la inflación se ubicará en una cota del 4%. Son las malas noticias que entregó el Banco Central, pero que es bueno asumirlas para actuar en consecuencia.
En ese escenario real aparece un año político complejo con un proyecto de educación superior postergado y sin definiciones que provocará mucho ruido. A ello se suman las elecciones municipales del domingo 30 de octubre próximo que, en algunos casos, serán precedidas de primarias en junio. Están en marcha pactos y negociaciones diversas en que, da la impresión, el electorado, el votante común y corriente, es una especie de cheque endosable por las cúpulas partidistas. Se asigna a esa votación la condición de gran encuesta previa a la ya cercana elección presidencial.
Y al menú político se agrega el proceso constitucional, para algunos forzado, ya que, de acuerdo a las encuestas, tiene baja cotización popular. Sin embargo, será un ruidoso ingrediente más en la escena nacional.
Pero hay otros desafíos ineludibles: la lucha contra la pobreza, el combate contra la delincuencia y la derrota del escepticismo y la desconfianza. Dentro de todo ese cuadro es fundamental priorizar y consensuar, tarea donde las autoridades, el Legislativo y el Ejecutivo, tienen la mayor responsabilidad, dejando de lado dogmas y descalificaciones que dividen y frenan logros de crecimiento y equidad.