Mabel González / Agencias
Las conversaciones de paz para Siria comenzarán este viernes con negociaciones para un acuerdo de alto el fuego en todo el país como máxima prioridad, anunció ayer el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura.
El diplomático señaló que a partir de hoy enviará las invitaciones a los representantes de la oposición para participar en el diálogo, que se llevará a cabo en Ginebra y se prolongaría por seis meses.
El enviado especial de la ONU remarcó que las personas que sufren en Siria confían en que se logren resultados concretos. "Presionaremos para lograr un alto el fuego", agregó.
En ese sentido, dijo que este tema no se debería dejar para el final de las conversaciones entre representantes del Gobierno del Presidente Bashar al Assad y los grupos opositores.
La intención es comenzar en rondas separadas para ir despejando las innumerables dificultades políticas. Después será cuando comiencen las conversaciones directas. "Para ello se necesitará tanta flexibilidad como sea posible", explicó el diplomático.
De Mistura no dio detalles sobre qué grupos opositores serán invitados a Suiza; solo señaló que algunos nombres todavía están en debate y el tema podría esclarecerse en el transcurso de las consultas. "Hemos sido muy cuidadosos y extremadamente concienzudos en asegurarnos de que, si comenzamos, lo hacemos con el paso correcto", declaró.
La base de las conversaciones es un plan de paz que fue aprobado en una resolución de la ONU en diciembre tras meses de conversaciones. El plan contempla la formación de un Gobierno de transición. Cuando haya claridad sobre este tema, se decidirá el futuro de Al Assad.
En un principio las conversaciones tendrían que haber comenzado ayer, pero el desacuerdo sobre la lista de participantes hizo que se aplazaran hasta el viernes.
Antes del anuncio, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, y el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, pidieron a De Mistura que fijara una nueva fecha para las conversaciones tras hablar por teléfono, según se informó desde Moscú.
La discordia la suscitó sobre todo la participación de grupos radicales islámicos, que Moscú y el régimen sirio consideran organizaciones terroristas. También supuso motivo de disenso la participación del partido kurdo PYD, la rama siria del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, proscrito en Turquía. Moscú quiere que estén en la mesa negociadora.
El Presidente ruso, Vladimir Putin, rechazó ayer las acusaciones de que Rusia dificulta las conversaciones para buscar una solución de paz en Siria. "Nosotros no nos inmiscuimos de forma alguna en los asuntos internos de Siria", aseguró Putin, citado por la agencia Interfax.
Moscú considera que es su labor ayudar al "Gobierno legítimo" de Damasco en la lucha contra el terrorismo. "Queremos ayudar al pueblo sirio y a otros países en la región", aseguró.
EE.UU. manifiesta su optimismo
El jefe diplomático de EE.UU., John Kerry, se mostró optimista respecto de las perspectivas de las negociaciones. "Lo que estamos intentando es estar absolutamente seguros de que cuando (las conversaciones) empiecen, todo el mundo tenga claro su papel y lo que está ocurriendo para que no lleguemos allí y nos topemos con un signo de interrogación o un fracaso", dijo Kerry desde Laos. "No queremos empezar el primer día (de las negociaciones) sin poder hacer ningún avance", añadió.