"Avanzamos, pero sin partidos regionales no se puede hablar de un sistema democrático moderno"
"Costó, pero se pudo romper la resistencia de los partidos políticos", advierte el diputado DC Fuad Chahín, miembro de la Comisión de Constitución, luego que el Congreso aprobara y enviara al Tribunal Constitucional la nueva ley que regirá a los partidos políticos. Uno de los más críticos a lo que calificó como una "defensa corporativa de los partidos", debido al rechazo inicial a los cambios y a una mayor fiscalización externa, considera que la comisión mixta logró limar asperezas.
- ¿Quedó conforme con el proyecto tal como salió del Congreso?
- Es un profundo avance. Fortalecer el carácter público de los partidos, tener personalidad jurídica de derecho público y financiamiento público eleva los estándares desde el punto de vista de la democracia interna, de la transparencia y del buen funcionamiento de los partidos, ya que los órganos ejecutivos van a tener que ser elegidos mediante un militante un voto o un órgano intermedio que sí debe ser elegido mediante un militante un voto. En materia de transparencia van a tener normas activas controladas por el Servel, organismo que también supervisará las elecciones y los resultados para que puedan reclamar ante el Tribunal Calificador de Elecciones. Esto va a permitir, en definitiva, tener un control externo mucho más fuerte de las atribuciones propias de los partidos. También se promueve la participación de la mujer de manera más efectiva y se generan requisitos que permiten que partidos a nivel nacional se puedan constituir con cierta facilidad y que sean los ciudadanos los que determinen, a través del respaldo que les brinden, cuáles son los partidos que van a subsistir.
- ¿Lo malo?
- Lo que quedó pendiente y que no se pudo resolver en la comisión mixta porque no tuvimos los votos suficientes, es la posibilidad de constituir partidos regionales. Me parece que la política no sólo se expresa a nivel nacional, sino que también las regiones tienen particularidades, temáticas que son propias y que debieran también poder canalizarse a través de un partido político. Particularmente en mi región tenemos la temática mapuche y hoy, por la vía de los hechos prácticos, no va a ser posible ser partido y los que están en formación no podrán permanecer como partidos por las normas que se mantuvieron. Creo que ahí vemos una debilidad, porque la democracia no le puede dar la espalda a las regiones desde el punto de vista de su articulación.
- ¿La negativa a permitir la creación de partidos regionales obedece a que no hay interés?
- La mayoría de las fuerzas políticas y sus parlamentarios cree que no es bueno que haya partidos regionales. Yo tengo una opinión distinta.
- ¿Hay desconfianza en las regiones?
- Creen que los partidos tienen que ser de vocación nacional y que los partidos regionales más bien podrían transformarse en partidos de caudillos regionales, pero yo he planteado que esto se puede resolver mediante la exigencia de requisitos distintos como, por ejemplo, votación de las elecciones de concejales, pero no hubo espacio para incorporar aquello. El Gobierno tampoco tuvo la convicción, porque efectivamente la mayoría de los partidos actuales estuvieron por generar menos facilidades para la conformación de partidos de características particulares como son los regionales.
- ¿Se podrá revertir esta situación?
- Tendríamos que insistir quizás en el marco del proyecto de descentralización.
- ¿Sin partidos regionales se puede hablar de democracia moderna o sin partidos regionales se sigue teniendo una democracia imperfecta?
- Creo que efectivamente es así. Con partidos regionales tenemos una democracia moderna porque la descentralización es algo que tiene que ver con democracias modernas más europeas, donde no solo hay partidos regionales, sino que parlamentos regionales. Entonces, hoy lo que tenemos es un sistema de partidos, más que imperfecto, centralista.
- A su juicio, ¿los partidos siguen cuidando sus intereses?
- No, mejoraron bastante, incluso llegando a comisión mixta se pudo elevar las exigencias en materia de democracia interna, lo que no logramos ni en la Cámara ni en el Senado, y mejoramos el mecanismo en las elecciones internas de los partidos. También nos había costado el tema del control externo y al final logramos incorporarlo. Esta tramitación fue compleja, hubo que romper con muchas inercias, con las culturas internas de los partidos, pero logramos sacar adelante la tarea con una ley que va a generar un conjunto de exigencias adicionales a los partidos para que estos puedan volver a recuperar legitimidad, confianza, un espacio de participación democrática que hoy día los ciudadanos no sienten como tal.
- ¿Los partidos van a cambiar de imagen?, ¿serán más transparentes, más representativos?
- Esas son las exigencias dadas por la ley y se podrá fiscalizar todos sus procesos.
- ¿Le parece bien la exigencia del 5% para la mantención de los partidos?
- Bueno, va a ser gradual. Primero será el 3% del padrón electoral en la elección del 2017 y el 5% en la elección del 2021. Además, el tema del número de parlamentarios no son exigencias acumulativas, sino que alternativas. El 2017 o sacas el 3% del electorado o sacas tres parlamentarios. Es una u otra. Si llegas al 3%, pero no tienes los parlamentarios, igual continúas siendo partido o viceversa. O sea, hay que cumplir una de las dos condiciones.
- En virtud de este tema, ¿cree que muchos partidos regionales van a dejar de existir al día siguiente de la elección?
- Efectivamente, eso le va a pasar a los partidos regionales, porque la exigencia es que la votación la saquen en tres regiones contiguas o en 8 cualquiera. Obviamente, un requisito imposible de cumplir para los partidos regionales al aplicarse la norma de la ley vigente al momento de iniciar su constitución, pero cuando tengan que cumplir con los requisitos de permanencia no lo van a poder cumplir. Y eso es lo que me parece insólito.
- Entonces, ¿la aprobación de esta ley, una de las pocas que se logró sacar antes del 31 de enero, es una buena noticia para la democracia?
- Sí, porque la democracia requiere de partidos políticos mucho más sólidos, más representativos, más legitimados ante la ciudadanía y eso requería cambios importantes en la ley para eliminar las malas prácticas que hoy existen en los partidos políticos.
- ¿Costó mucho convencer al PS y al PC de que las elecciones internas fueran un militante un voto?
- Bueno, no se convenció nunca al PC, pero tuvo que aceptar lo que votó la mayoría.
- La duda es si, tal como era el argumento del PC, se respetó la autonomía de los partidos.
- En su autonomía los partidos tienen que ser capaces de convivir con las exigencias que les colocará la ley en virtud de que van a tener personalidad jurídica de derecho público y financiamiento público. Entonces, el Estado tiene todo el derecho a colocarles ciertos requisitos mínimos desde el punto de vista de su funcionamiento y su estructura interna, si es que van tener financiamiento de todos los chilenos. El carácter público de los partidos se fortalece y eso requiere nuevas exigencias.
- La Comisión Engels había hecho muchas sugerencias y en un momento se puso en duda que se acogieran. ¿Al final se cumplió o no con lo propuesto por la comisión asesora presidencial?
- Creo que en este tema las sugerencias de la comisión Engel fueron recogidas a cabalidad.
"El Estado tiene todo el derecho a colocarle a los partidos requisitos mínimos si es que van a tener financiamiento de todos los chilenos"
"La fuerzas políticas creen que los partidos tienen que ser de vocación nacional y que los regionales podrían transformarse en partidos de caudillos" "Hubo que romper inercias y la culturas internas de los partidos, pero logramos sacar una ley con exigencias para que los partidos puedan recuperar legitimidad"
"La descentralización tiene que ver democracias modernas europeas. Entonces, hoy lo que tenemos es un sistema de partidos, más que imperfecto, centralista"