Corea del Norte anunció ayer de forma oficial que puso en órbita un satélite mediante un cohete, cuyo lanzamiento fue condenado por la comunidad internacional, que cree que se trató de un test de un misil balístico intercontinental.
Pocas horas después del anuncio, la comunidad internacional reaccionó en contra al más alto nivel: Corea del Sur y Estados Unidos anunciaron el inicio de negociaciones para desplegar en territorio surcoreano un sistema antimisiles estadounidense THAAD, uno de los más modernos del mundo. Y el Consejo de Seguridad de la ONU condenó el lanzamiento y prometió tomar medidas punitivas.
Washington consideró el acto "desestabilizador, provocador y una flagrante violación" de numerosas resoluciones de la ONU, al tiempo que advirtió de las "más graves consecuencias", según la asesora de seguridad Susan Rice.
El lanzamiento, que ignoró las resoluciones de la ONU y las advertencias previas de las grandes potencias, tuvo lugar un mes después de que Corea del Norte procediera a su cuarto ensayo nuclear.
La Administración Nacional de Desarrollo Aeroespacial de Corea del Norte celebró la belleza del "fascinante vapor de la estela del satélite en el cielo despejado y azul de la primavera en febrero, en el umbral del día de la Estrella Brillante".
La alusión al día de la "Estrella Brillante" se refiere al 16 de febrero, cumpleaños del ex dictador Kim Jong Il.
El lanzamiento se da luego de varios fracasos de Corea del Norte en este proceso. Según AP, el régimen comunista sí tuvo éxito en su primer intento, cuando puso en órbita un satélite con su cohete en tres etapas Unha-3 en diciembre de 2012.
La Agencia Espacial de ese país dijo ayer que colocó en órbita un nuevo satélite de observación terrestre, el Kwangmyongsong 4, o "Estrella Brillante 4", menos de 10 minutos después del despegue, y prometió lanzar otros.
Corea del Sur afirma que un misil norcoreano desarrollado antes del Unha-3 tiene un rango potencial calculado de hasta 10.000 kilómetros, que le permitiría alcanzar Hawai y la costa noroeste de EE.UU.
Pero sus críticos aseguran que Corea del Norte todavía tiene algunas barreras técnicas que superar para desarrollar armas nucleares confiables que puedan alcanzar blancos lejanos.
Aunque es casi seguro que la comunidad internacional sancionará a Pyongyang, analistas dudan que las sanciones puedan impedir que Corea del Norte siga desarrollando su programa nuclear y misilístico debido a que China, su mayor aliado y benefactor, tiene poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Precisamente fue Beijing desde donde provino el único "matiz", porque ese Gobierno dijo estar "profundamente preocupado" por la decisión de EE.UU. y Corea del Sur de negociar para la instalación del escudo antimisiles THAAD.