Mujeres en Ingeniería
En Chile no se observan barreras explícitas para que las mujeres ingresen a carreras tecnológicas.
Cada año, a inicios de marzo, celebramos el Día Internacional de la Mujer, celebración que gatilla necesariamente una revisión acerca de los avances y aspectos por mejorar de la situación de la mujer en la sociedad.
Como titulada de Ingeniería en Electrónica, única mujer en los cursos de Magíster en Ingeniería Electrónica que cursé, así como en el grupo de alumnos de Doctorado en un programa de Ingeniería Electrónica en el extranjero (inusualmente supervisado por una mujer) y única profesora en cuerpos académicos de las áreas de electrónica e informática, he tenido muchos años para observar lo obvio: la ingeniería es una de las áreas que registra mayor lentitud en términos de inserción de la mujer.
Que pocas mujeres elijan estudiar carreras tecnológicas es un hecho. Hay una corriente de pensamiento que afirma que si esto es así, es porque a las mujeres no les interesa y que la sociedad no debiera "forzarlas" a través de actividades especiales de difusión y captación dirigida a estudiantes secundarias. Que el solo beneficio que recibe la sociedad por la riqueza que aportan las mujeres en el ejercicio de la ingeniería no es razón para "empujarlas" hacia carreras que, en principio, no serían de su interés. Que basta con que las mujeres que quieran estudiar carreras tecnológicas no tengan barreras para acceder a esos estudios. Al menos en Chile, no se observan barreras explícitas para que las mujeres ingresen a carreras tecnológicas y, por lo tanto, todo estaría bien.
Sin embargo, este argumento falla en reconocer barreras tácitas que las mujeres enfrentan respecto al desarrollo de su interés por el área tecnológica. El sesgo cultural que se instala desde la infancia en el tipo de profesión que hombres y mujeres ejercen, la falta de modelos a seguir y el mundo eminentemente masculino que las mujeres visualizan cuando se asoman al área, son todas barreras implícitas que pueden desincentivar su ingreso a Ingeniería.
No se trata de cambiar lo que se hace hoy en Ingeniería, sino de ampliar la variedad de personalidades y actividades que existen en el área. Desde esa perspectiva, si bien hay iniciativas que podemos tomar todos los que trabajamos en Ingeniería, es particularmente importante que las mujeres ayudemos a bajar estas barreras.
Dándonos a conocer como modelos a seguir y desarrollando actividades más atractivas para aquellas jóvenes que ven en la Ingeniería un camino para cumplir sus sueños de desarrollo profesional son algunas de las alternativas.
Alejandra Beghelli
Académica Facultad de Ingeniería y Ciencias, U. Adolfo Ibáñez