Mal uso de los medicamentos: la enfermedad que no vemos
ESTADÍSTICAS. En Estados Unidos, año a año, mueren más personas por mal uso de medicamentos, que por accidentes de tránsito. En Chile no existen estudios al respecto.
Katherine Salgado, era una escolar con desarrollo físico, mental y social completamente normal, con la excepción de su asma bronquial crónica. De acuerdo con sus padres, ella era asmática desde bebé y estaba al cuidado de un especialista en alergología, quien diagnosticó su asma como "moderada, con exacerbaciones ocasionales".
Katherine había sido ingresada a una clínica local cinco veces en los últimos diez años debido a afecciones respiratorias agudas. El 2 de octubre de 2012 asistió a una feria costumbrista en el campo, acompañada de María Reinoso, una amiga de sus padres (adulta). En la feria, comenzó a tener problemas para respirar, pero se aliviaba al usar su inhalador de salbutamol. Usó su inhalador varias veces, pero María no pensó que algo anduviese mal porque parecía ayudarle; además, su madre le había recalcado que lo llevase con ella. Más tarde Katherine pidió volver a su casa, ya que sentía mucha dificultad para respirar, sin embargo, no alcanzaron a llegar al estacionamiento cuando se desvaneció. María avisó a los padres mientras Katherine era trasladada a la clínica. El médico de turno del servicio de emergencias diagnosticó una crisis asmática severa, basado en el estado de la paciente y en su historial clínico. Administró oxigeno intranasal y medicamentos de emergencia según protocolo; mantuvo la monitorización constante de gases sanguíneos y la hospitalizó. Poco después llegó a la clínica su médico alergólogo y confirmó las medidas tomadas por el médico de turno. Katherine respondió inicialmente al tratamiento, pero alrededor de las 19:00 horas entró en falla respiratoria y falleció a pesar de haber recibido los cuidados médicos adecuados. La causa de su muerte fue anoxia cerebral secundaria a un status asmático.
El tratamiento prescrito a Katherine incluía, además del inhalador de rescate (salbutamol), un corticoide inhalatorio (budesonida), el cual debía usar una vez por día. Sus padres reconocieron que ella había dejado de usar el corticoide, ya que les resultaba muy caro, no veían que le ayudara con sus síntomas y habían escuchado que los corticoides eran dañinos. El médico especialista asegura haber explicado a los padres la importancia del tratamiento con corticoides, pero nadie nunca les alertó que suspenderlo era peligroso.
Este es un clásico ejemplo (que es citado en el libro Charles Hepler, el padre de la Atención Farmacéutica actual) de cómo a pesar de que los profesionales de la salud hacen lo que les corresponde, el paciente resulta dañado o en este caso muerto. "No basta con que cada uno haga bien el trabajo, si bien nadie tiene la culpa en términos estrictos, todos comparten parte de la culpa en la muerte de Katherine. Ella murió porque la atención de salud no funciona como un sistema que permite detectar problemas antes de que tengan un final como este", sostiene el farmacéutico Juan Francisco Collao, doctor en Práctica y Política Farmacéutica, académico de la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad de Valparaíso.
El doctor Collao aporta otro caso en que los pacientes incurren en conductas impropias, sin pensar en el riesgo que podría implicar para su salud.
"Otro ejemplo es el de personas con úlcera gástrica que se automedican con aspirina. Como la aspirina es un fuerte irritante gástrico, además de anticoagulante, les provoca sangramiento gástrico, que no es fácil de detectar, ya que no produce dolor. Lentamente estas personas se desangran pudiendo incluso morir. Estos tipos de muerte, al igual que el del ejemplo anterior, no son llevados como estadística en Chile, creando la ilusión de que el problema no existe", advierte el farmacéutico.
Juan Francisco Collao afirma que la seguridad en el uso de medicamentos es una de las principales preocupaciones de la práctica farmacéutica. "En Estados Unidos, año a año, mueren más personas por usar mal los medicamentos que por accidentes de tránsito, y el estudio de los sistemas de cuidados farmacéuticos puede contribuir enormemente a controlar esta importante causa de mortalidad", propone el académico.
En Chile podría suceder lo mismo, sin embargo no existen estudios que avalen o descarten que la situación de Estados Unidos se replique en nuestro país.
A pesar de prácticas como la farmacovigilancia, el número de muertes por mal uso de medicamentos aumenta año a año en Estados Unidos, acota el doctor Collao. "Lo anterior se debe a que el proceso por el cual se entrega farmacoterapia a los pacientes, es un proceso complejo, en donde no basta con conocer en profundidad el medicamento, sino que se deben tomar en cuenta factores asociados al paciente, al proveedor de salud y a la sociedad en donde se llevan a cabo dichos procesos", pormenoriza.
Por esta misma razón, para el doctor Collao la provisión de farmacoterapia debe tener un enfoque sistémico, que permita comprender de una mejor manera la complejidad de dichos procesos, para "a partir de los resultados obtenidos, estudiar la multiplicidad de factores interconectados que permiten la ocurrencia del error. Comprender la farmacoterapia como un sistema complejo no sólo implica un beneficio directo para la seguridad del paciente, sino que además impacta en la optimización de los recursos utilizados en medicamentos, los que representan el segundo ítem más importante en el gasto en salud, después de los recursos humanos", especifica.
En el último tiempo la regulación que permite el acceso -o no- de los pacientes a los medicamentos, es un tema muy sensible en Chile.
"Las personas en nuestro país tienen un ingreso muy por debajo a otras naciones, en donde a pesar de poder comprarlo se asegura el acceso por diversos mecanismos que evitan que el paciente pague de su bolsillo y por ende dejando el aspecto financiero del acceso en manos del mercado. Las otras aristas son la educación y la información sobre el uso de la terapia, que permiten la toma de conciencia del problema de salud y cómo mejorarlo. Pero, además de estos factores, se suma otro muy relevante: el sistema de salud actual en Chile no se preocupa por entregar una completa asesoría al paciente sobre el uso de los medicamentos, que incluya un seguimiento para verificar si la terapia se realizó o no de acuerdo a lo indicado (respecto a dosis, horario de ingesta, tiempo de duración, entre otros). De hecho, el paciente se va de la consulta y nadie sabe si compró los medicamentos, si los ingirió, si terminó el tratamiento o lo dejó a medias, si tuvo éxito la terapia, etcétera", describe el farmacéutico.
El doctor Collao advierte que toda la inversión que se realiza en el sistema de salud chileno (construcción de hospitales, contratación de personal médico y paramédico, compra de medicamentos, insumos y equipamiento, etcétera) no sirve de nada si al paciente no le dan una asesoría para llevar a buen término la terapia. Por esta razón, es necesario aplicar la visión sistémica. En general, el pensamiento de hoy en día es que las fallas están en puntos definidos. Este debe ser un trabajo multidisciplinar. El enfoque sistémico se puede implementar con los mismos recursos que se tienen en la actualidad, los cuales ubicados racionalmente pueden generar un mejor modelo. Por el contrario, inyectar recursos en un sistema que está funcionando mal es como meter plata a un saco roto y eso es lo que sucede con el sistema de salud en Chile", afirma categórico.