Cristián Rodríguez F.
Un catastro realizado por la Municipalidad de Villa Alemana en la década de los 90 arrojó que existían 177 molinos de viento en la comuna. Un número muy por debajo en comparación a lo que se tenía registro hasta mediados del siglo pasado y que le permitió a la comuna ser conocida como la "Ciudad de los Molinos".
Más de 330 fueron los que llegó a tener Villa Alemana. Sin embargo, los avances tecnológicos hicieron que con el paso de los años se fueran reduciendo. Más que un atractivo turístico, los molinos en la comuna eran utilizados para sacar el agua de los pozos que abastecían a las propiedades de aquella época. Con la llegada de las motobombas eléctricas, la antigua tradición comenzó de a poco a desaparecer.
Hoy, son 77 los molinos que aún se mantienen en pie en la comuna, cuya altura en algunos casos supera los 20 metros y pueden ser apreciados desde diferentes puntos. Pese a lo anterior, sólo siete de ellos se encuentran en espacios públicos. El resto, como ocurría años atrás, se mantienen en propiedades de carácter privado, lo que ha obstaculizado al municipio en sus aspiraciones de restaurar las estructuras.
Dificultad con la ley
A mediados del año pasado, la Municipalidad ordenó a la Unidad de Patrimonio Comunal un catastro de los molinos que quedaban en la comuna. Tras conocer que eran 77, decidieron iniciar un trabajo con el objetivo de que sean declarados Monumentos Nacionales (MN).
La encargada de dicha tarea, Nicole Botto, comentó a este Diario que la principal dificultad no es lograr dicha protección, la que podría llegar a través de una declaración de MN, o bien mediante un seccional que permitan ser considerados como Inmueble de Conservación Histórica (ICH).
El problema, dice la encargada de patrimonio, se genera cuando se necesita inyectar recursos para restaurar las estructuras. "Hay una falta o un vacío en la actual legislación respecto a poder implementar recursos en un patrimonio que está en manos de privados", sostuvo Botto.
Según explica, la actual legislación obliga a que si un patrimonio recibe un aporte fiscal, deba ir asociado a un plan de gestión que en la mayoría de los casos implica que el lugar sea abierto para la comunidad. "Un privado no puede tener abierta su propiedad para las personas todos los días", aclaró la profesional.
Alternativas
De esta forma, el municipio se ha volcado en buscar una alternativa que permita a sus dueños aceptar que los molinos sean protegidos y luego restaurados. Una de ellas es que sean abiertos al público, pero sólo en algunas épocas del año.
"Es entendible que no se pueda inyectar recursos públicos en privados. La lógica está en cómo lo hacemos con este tema en particular. En otros países se inyectan recursos a privados y, por ejemplo, se abren algunos días. Es una alternativa que hay que estudiar", indicó Nicole.
La encargada patrimonial agregó que otra opción es que la mayoría de los dueños de los molinos se reúnan y creen una organización sin fines de lucro. Así, podrían postular a fondos que permitan su restauración. "Todo esto es parte del estudio que luego derivará en una propuesta que le entregaremos a los propietarios. Y sabemos que tienen toda la libertad de escoger, porque no queremos pasar a llevar su voluntad. Si no quieren que sea intervenido, no lo vamos a hacer", dijo Botto.
Pese a esto, reconoció que la mayoría ha recibido con sorpresa la iniciativa: "Varios nos han dicho que están de acuerdo, lo que nos ha tomado por sorpresa considerando que en Chile la protección patrimonial se ve como un castigo. Los propietarios han sabido comprender el valor que significa para la ciudad y los barrios".
De esta forma, el municipio presentará el próximo año el respectivo informe ante el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) con el fin de lograr dicha protección.
Contra el tiempo
Como si el anterior obstáculo no fuera poco, una nueva traba tuvieron que enfrentar los organizadores durante el proceso: los dos restauradores de molinos que habitaban en la comuna, según vecinos, fallecieron en los últimos años.
Sin embargo, dicha situación desde la unidad municipal la ven como una alternativa para que el oficio pueda ser retomado en la comuna. Junto a la colaboración del Centro de Estudio y Gestión de Patrimonio de la Universidad de Valparaíso, el municipio buscará la ayuda de un profesional que permita revivir la restauración de molinos, o bien que pueda enseñarlo a la comunidad.
La tarea es urgente, dice Botto, puesto que saben que los molinos pueden ir desapareciendo. "En poco más de 20 años se han perdido 100. Ahora debemos identificar cuáles son los que están en peligro de poder derrumbarse para actuar", advirtió.
"Hay un vacío en la actual legislación respecto a poder inyectar recursos en un patrimonio que está en manos de privados"
Nicole Botto, Encargada de la Unidad de Patrimonio Municipalidad V. Alemana
77 molinos de viento son los que actualmente hay en la comuna. Sólo 7 de ellos están en espacios públicos.
330 molinos habían en Villa Alemana hasta 1940. Los distintos avances hicieron que se descuidaran.