Liderazgo regional de universidades
Los rectores de las cuatro universidades tradicionales de Valparaíso se encuentran ocupando cargos clave en el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas.
La elección en puestos relevantes de los rectores de las cuatro universidades tradicionales de Valparaíso, al interior del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCh), significa -indudablemente- un reconocimiento a nivel nacional de la labor que realizan estos planteles muy afianzados y reconocidos en nuestro medio. Y no sólo es un reconocimiento a la calidad de los planteles, sino también a todo el sistema de educación superior de nuestra región, que con ello se consolida como un polo universitario en el país.
En la reciente reunión del CRUCh, realizada en la Universidad Técnica Federico Santa María, con participación de los 27 planteles de educación superior que lo integran, los rectores de nuestras cuatro universidades fueron designados o ratificados, en puestos clave. lo que implica un claro liderazgo, insistimos, de nuestra región en este importante ámbito.
De esta forma, el rector de la Universidad de Valparaíso, Aldo Valle, continuará ejerciendo el principal cargo operativo del organismo que los agrupa, como es el de vicepresidente ejecutivo. Durante esta reunión, el rector de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Claudio Elórtegui, asumió como presidente de la Red de Universidades Públicas no Estatales G-9, que agrupa a las nueve instituciones del CRUCh de ese carácter. El rector de de la Universidad Técnica Federico Santa María, Darcy Fuenzalida, asumió como vicepresidente del G-9, que era ejercido por Claudio Elórtegui. Por su parte, el rector de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), Patricio Sanhueza, es el presidente de la Agrupación de Universidades Regionales del CRUCh, la que reúne a las 12 casas de estudios superiores de regiones.
Y por si esto fuera poco, los rectores porteños ocupan cuatro de los siete cargos del Comité Ejecutivo del organismo, encargado de la dirección del organismo y que debe relacionarse con las diversas instituciones yb regular el financiamiento de la entidad.
Esta positiva preeminencia de nuestras universidades en un organismo de tal importancia, deberá repercutir favorablemente en la adopción de políticas comunes para el desarrollo de sus respectivas universidades, tanto en la calidad como en la cantidad de su misión formativa, como también para encarar el difícil proyecto en desarrollo, que es el de la gratuidad de la enseñanza superior de nuestro país.