Los monos también reducen su círculo de amigos en la vejez
BIOLOGÍA. Mediante un experimento, la investigación dio cuenta del vínculo entre esta conducta de los primates y el pasado evolutivo del ser humano.
A lo largo de la historia, la ciencia ha descubierto vínculos entre el comportamiento de los seres humanos y los monos, que en resumen son pinceladas cada vez más claras del pasado evolutivo consignado por grandes expertos como Charles Darwin o Alfred Russel Wallace.
Un estudio del Centro Alemán de Primates (DPZ), con sede en Gotinga, reveló que los monos, al igual que los seres humanos, son selectivos en el ámbito de la afectividad cuando envejecen.
Según Julia Fischer, investigadora del DPZ, esta conducta que ya era conocida en las personas tendría su vinculo en la evolución, al igual que otros gestos.
Los hallazgos fueron publicados en la revista especializada Current Biology.
Razones y diferencias
Los adultos mayores, indicó la bióloga Laura Almeling, "cuidan las relaciones con las personas que realmente son importantes para ellas" y por ello el círculo de amistades se reduce.
Almeling complementó que no existe claridad si el hecho de tener menos amigos a esa edad tiene relación con una menor vitalidad. En la vejez, las personas suelen tener menos amigos producto de enfermedades catastróficas, una baja anímica por la percepción cercana de la muerte o porque sus amigos fallecen antes que ellos.
Sin embargo, en el caso de los monos existe una percepción distinta. "Los monos no son conscientes de que su tiempo de vida es limitado", puntualizó Ameling.
Experimento
Para efectos de la investigación, los científicos observaron a 118 monos de entre 4 y 29 años que se desenvolvían en un parque de primates francés ubicado en Rocamadour.
Para analizar su conducta se realizaron diversas pruebas, especialmente con juguetes. La idea era poner a prueba a estos animales sobre su fidelidad con los objetos. Los resultados arrojaron que los monos en edad adulta perdían interés por los objetos nuevos.
También se analizó su actividad social. En resumen, si bien algunos pueden responder a los estímulos relacionados con sus amistades, a medida que pasa el tiempo la interacción social disminuyó.
"Con la edad, los monos se volvieron más selectivos en sus interacciones sociales. Tenían un menor número de 'amigos' e invirtieron menos en las interacciones sociales. Curiosamente, sin embargo, todavía estaban interesados en lo que estaba pasando en su mundo social", explicó Almeling.
En el caso de las hembras mayores, "continuaron respondiendo particularmente al escuchar un grito de ayuda de su mejor amigo", sostuvo la especialista. En tanto, "los machos más viejos todavía miraban preferentemente las imágenes de los recién nacidos". Precisamente los machos utilizan a los bebés como símbolo de estatus.
De este modo, los investigadores de la DPZ lograron comprobar una nueva conexión entre seres humanos y primates. "Suponemos que los monos no son conscientes de algo así. Por lo tanto, si muestran cambios motivacionales similares en la vejez, su selectividad no se puede atribuir a su conocimiento acerca de un tiempo futuro limitado. En lugar de ello, debemos considerar la posibilidad de que cambios fisiológicos en el envejecimiento de monos y humanos contribuyen a un aumento de la selectividad", argumentó Almeling.
El azar y la mirada, puntos en común
En el último año han surgido otras investigaciones referidas a los puntos en común entre humanos y monos. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Rochester (EE.UU.) señaló que, en un juego de azar, los primates también pueden guiarse por la "mano caliente", esto es, la creencia de que la suerte viene por rachas y que las posibilidades pueden variar. En tanto, otro estudio de científicos estadounidenses indicó que tanto humanos como monos comparten la conducta de fijar la mirada.