Mala atención en el Senado
El martes recién pasado, acudí al Senado; sin embargo, al llegar a la ventanilla de la entrada al Congreso la señorita que me atendió -previa identificación y las preguntas de siempre: ¿A dónde va?, ¿tiene hora?, ¿a qué va?-, en la última pregunta le manifesté "voy a buscar unas invitaciones que me tiene el senador, a lo que ella me preguntó ¿invitaciones de qué?
En esta última pregunta le contesté medio molesto: "Señorita no tengo idea de qué tipo de invitación es". Creo que no tiene por qué saber de las invitaciones que hacen los honorables a los dirigentes o pobladores. Tras esto me dejó esperando cerca de 7 minutos, diciéndome que "no contesta nadie". Me pasó el carnet y me dijo: "Llamo en 10 o 15 minutos más".
En vista de la atención que me hizo, me retiré y llamé a la oficina del senador, donde me dijeron que estaban desde las 8 de la mañana. Es decir, la señorita, al no decirle de qué se trataba la invitación, se molestó y no encontró nada mejor que tramitarme el ingreso.
Los honorables están tremendamente cuestionados con la ciudadanía y le pido a los que apitutaron a estos funcionarios, les aconsejen que tengan una mejor atención al público, ya que un dirigente amigo que venía saliendo de la Cámara de Diputados, al contarle lo que me había sucedido, me dijo textualmente: "Yo siempre vengo a esta Cámara y son más pesados de lo que tú me estás contando".
Tengo entendido que el Congreso Nacional se hizo con dinero del Estado, por tanto, no son los dueños los señores honorables ni menos esos funcionarios.
Pedro Araya Serrano Comité de Defensa de Viña del Mar
Fonasa e isapres
Las isapres proyectan mayores desembolsos debido al aumento de adultos mayores y consiguientes tratamientos médicos. Los afiliados a esas instituciones tendrán que pagar cotizaciones más cuantiosas, por lo que muchos optarán por trasladarse a Fonasa. Se suma el aumento de población, resultando una importante ampliación de Fonasa y mayor erogación fiscal. Tal situación es preciso abordarla cabalmente desde ya, evitando así que se torne inmanejable.
Patricio Farren Cornejo
Molo de abrigo
Valparaíso es una bahía abierta. Así lo entendieron quienes diseñaron y construyeron el puerto actual. Comprendieron que los cinco sitios del Malecón y los tres del Espigón no funcionarían con eficiencia y, por tanto, la inversión no resultaría rentable, si la actividad portuaria de estos muelles no se protegía con un molo de abrigo poderoso. Proyectaron con sabiduría un hecho que el tiempo ha demostrado.
No existe razonamiento válido para que esta lúcida decisión sea hoy diferente. Aunque hayan transcurrido 100 años, los sitios de atraque que se pretende construir en el borde costero de la ciudad, localizados fuera de la protección del molo actual (terminal 2 o puerto gran escala), exigen igual requisito porque nuestra mar continua siendo inclemente.
Con mayor razón se necesitará un molo si los atracaderos se construyen paralelos a la costa. En dicha situación el temporal azotaría las naves de costado, golpeándolas contra el muelle. Avisados de un temporal, los postpanamax (barcos gigantes) deberán abandonar presurosos los fondeaderos para evitar daños mayores.
El costo de esta faena de zarpe extra y el riesgo involucrado mermarán gravemente la rentabilidad de la inversión.
Jaime Salazar Rojas
Ciclovías y congestión vial
Posterior a 1892, con el loteo de los terrenos al norte del Marga Marga, se dio inicio a la Población Vergara, punto neurálgico de Viña. Este barrio ha sufrido innumerables cambios. Fue lugar de chalets, donde destacaron el Palacio Rioja (y el nunca habitado Palacio Carrasco). Pero el efecto del progreso ha pasado la cuenta.
La densificación llevó a la aparición de edificios de altura, calles estrechas y la congestión vehicular. Esto ha hecho que se modifique el seccional del Plan Regulador, permitiendo la readecuación de las construcciones en altura y el resguardo de edificios históricos, como la Iglesia de Los Carmelitas, la Casa Losada y la Casa Astoreca, (actual sede Ingeniería Comercial UV).
Pero el actual desafío es coordinar la movilidad vial en las horas punta, sin desmejorar la calidad de vida del sector. Una idea interesante es construir una red de ciclovías, usando de ejemplo lo realizado en Providencia y Santiago: Al conectar el borde costero de Valparaíso y Viña, (pasando por la Población Vergara), para proyectarla hacia Reñaca. Pudiendo convertirse en una alternativa de descongestión y proyección turístico-deportiva. Lo que le haría honor al lema "Viña: Ciudad del Deporte".
Rodrigo Kopaitic Valverde
Alto en alucinógeno
Falta etiquetar los papelillos de droga con: "Alto en alucinógeno adictivo."
Marcos Concha Valencia