"Una reforma no se puede pensar con una mirada cortoplacista (...) preocupado de la billetera fiscal"
"El proyecto del Gobierno no ha mercantilizado la reforma de la educación superior", recalca el presidente de la Comisión de Educación de la Cámara, Alberto Robles (PRSD), al evaluar las críticas del Consejo de Rectores (Cruch) a la propuesta de La Moneda. También destaca el trabajo prelegislativo que está realizando la ministra Adriana Delpiano, "que a diferencia de Nicolás Eyzaguirre, ha sido bien clara en esto, mostrando minutas y reuniéndose con todos los sectores". También es tajante en reiterar que no hay ninguna posibilidad de financiar este año la gratuidad si no es a través de una glosa.
- El rector de la U. de Chile, Ennio Vivaldi, calificó la reforma de paupérrima. ¿Lo comparte?
- No conozco la cifra, no podría hablar de que es paupérrima, pero en lo que estoy de acuerdo con él es que hay que fortalecer la educación pública.
- Pero cuál es su impresión del proyecto que ha recibido críticas de los rectores, de los estudiantes...
- No conocemos el proyecto, sólo hemos conocido minutas; y mientras no lo conozcamos es difícil pronunciarse. Como todo proyecto, va a tener gente que lo apoye y otra que no lo apoye. Además, hay que insistir que todo proyecto es perfectible.
- Entonces, ¿las críticas del CRUCh y de la Confech (Federaciones de Estudiantes) vienen del prejuicio o de las expectativas?
- No, no es desde el prejuicio. Hay muchos intereses en juego desde instituciones y grupos que están mirando sus intereses. Me parece legítimo, es parte del juego democrático.
- Se critica que el mecanismo para la gratuidad esté sujeto al PIB tendencial, aunque sí valoran la regulación del arancel.
- No he escuchado que haya financiamiento respecto al PIB tendencial. Hay que recordar que Hacienda quiso presentar eso en el pasado, que fue ampliamente debatido y que tuvo muchos votos en contra.
- En su opinión, ¿cuáles deben ser los ejes centrales de la reforma a la educación superior?
- Los temas imprescindibles son una institucionalidad más fuerte para la educación superior en lo que hay suficiente consenso: subsecretaría, superintendencia, agencia de calidad de la educación. Otro tema relevante tiene que ver con las universidades públicas. Y no hablo de trato preferencial, sino que al revés, de que el Estado debe hacerse cargo de sus universidades, que son de todos los chilenos y con las que el Estado no puede hacerse el loco. Y dentro de las universidades públicas, darles un gran énfasis a las universidades regionales. No todo es la Universidad de Chile. El tercer tema tiene que ver con cómo las universidades públicas y privadas son un aporte al desarrollo del país y para eso está el tema del financiamiento y cómo se regula la gratuidad.
Cortoplacista- Concretamente, desde el CRUCh se ha señalado que este tema no puede mirarse con las restricciones financieras de hoy, porque son temas que hay que proyectar a largo plazo.
- Sí, eso me parece absolutamente racional y comparto plenamente que una reforma educacional no se puede pensar en la coyuntura económica. Y en eso el Ministerio de Hacienda está con una mirada excesivamente cortoplacista y demasiado preocupado de la billetera fiscal y poco preocupado del futuro del país. Este no es un proyecto para los próximos dos años, es un proyecto para los próximos 50 años. No es posible pensar que Hacienda haga cálculos cortoplacistas.
- Desde la Confech cuestionan que no se elimine el CAE, sino que se fortalezca. ¿Comparte esta crítica?, ¿qué hay que hacer con el CAE?
- Pienso que hay que financiar la educación superior. Y para eso hay distintos métodos. El CAE hoy como está es un instrumento de financiamiento y si se elimina hay que buscar otro mecanismo de financiamiento. Yo creo que debemos ir avanzando a la gratuidad universal. Y en esa lógica, el CAE debe dejar de existir, pero eso no significa que aquellos que reciben el beneficio desde el Estado de estudiar gratis no tengan que devolver parte del esfuerzo que hace Chile para educarlos. En otros países hay un impuesto a la formación en el que todos los que estudiaron gratis cuando entran a trabajar pagan de acuerdo a sus ingresos.
Política de estado
- Entre las propuestas de los universitarios está la renacionalización de los recursos o una reforma tributaria de verdad. ¿Qué le parece?
- En el tema de la gratuidad el Estado debe echar mano a todas sus capacidades. Y en no pienso sólo en educación, sino que en la salud, y por eso las políticas financieras deben darse en el marco de una política de Estado en su conjunto. Por eso creo que hay elementos y miradas técnicas que deben hacer los expertos para financiar lo que el país requiere.
- ¿Cómo se podría financiar?
- Soy partidario de que minerales estratégicos aporten de verdad al desarrollo. Por ejemplo, cuando nuestro cobre tuvo el precio muy alto, hubo empresas que sacaron recursos más allá de lo razonable y son riquezas que se extrajeron y que no van a volver y el país, porque no tenemos un royalty adecuado. Se dejó escapar una riqueza enorme.
- En medio de la crítica, ¿no es mejor postergar el proyecto?
- No, para nada, esa no es una opción.
- ¿Y dividir lo que es financiamiento de la reforma?
- Efectivamente, es una opción para acelerar la tramitación de la reforma. Yo lo planteé hace un tiempo porque lo escuché y me parece bastante razonable. Entonces, en vez de tener un sólo gran proyecto, tener dos o tres que avanzaran por separado. Un proyecto que aborde la institucionalidad y la educación estatal avanzaría muy rápidamente. Lo complejo es el financiamiento porque puede trancar la pelota.
"Este no es un proyecto para los próximos dos años, es un proyecto de reforma de la educación superior para los próximos 50 años. No es posible pensar que Hacienda haga cálculos cortoplacistas"
"Debemos ir avanzando a la gratuidad universal. Y en esa lógica, el CAE debe dejar de existir, pero eso no significa que aquellos que reciben el beneficio de estudiar gratis no le tengan que devolver al Estado parte del esfuerzo"