Tomás González pasó de la satisfacción a la rabia en sólo segundos luego de su rutina en suelo tras su estreno en los Juegos Olímpicos de Río.
Es que el nacional tenía todas sus fichas puestas en esa rama de la gimnasia para pelear por una medalla, sin embargo, y pesar de que él mismo juzgó que tuvo una muy buena rutina, los jueces dijeron lo contrario y a la larga quedó eliminado. Así fue como sorpresivamente decidió participar en salto, prueba en la que se suponía no iba a competir.
González no esperaba menos de 15.300 puntos en suelo, pero el jurado lo evaluó con 15.066 y desató la ira del deportista nacional. "Estoy decepcionado. Este es un deporte de apreciación, pero creo que el descaro fue muy notorio. No me esperaba bajo 15.300 por la rutina que hice, pero ya no se puede hacer nada", indicó.
Además, comentó que hay una tendencia en los jueces a favorecer a los países de más tradición en este deporte. "Siempre me ha pasado esto, que por venir de un país desconocido los jueces son más exigentes (conmigo) al ser un rival directo de los especialistas en suelo", sostuvo.
Y la queja de González fue compartida por Eric Saavedra, el único juez chileno acreditado para la gimnasia en Brasil. "Claramente Tomás fue perjudicado. Debía sacar mejor nota y otros gimnastas fueron beneficiados", dijo al portal AS Chile. "Lo calificaron de forma distina, pues al menos tenía una rutina para un 15.300", explicitó.
Pero dejando de lado la frustración en suelo, González compitió en salto logrando una puntuación de 15.149, y tras esperar por varias horas la participación del resto de los competidores, terminó clasificando en el último puesto a la final que se disputará el lunes 15.