Caída en las encuestas confirman que Bachelet no está gobernando para la galería
POLÍTICA. Expertos evalúan nueva baja, esta vez en la Cadem. Coinciden en que no hay sorpresa porque ya es una tendencia y reconocen que puede abrir un escenario político.
Como una caída sin sorpresas, que sigue instalando en el país la percepción de que se vive una crisis política, calificaron los analistas políticos Guillermo Holzmann (Universidad de Valparaíso) y Felipe Vergara (Universidad Andrés Bello) la nueva caída que experimentó ayer la Presidenta Michelle Bachelet, esta vez en la encuesta Cadem, que obtuvo un 74% de desaprobación, 51% más que cuando asumió.
"Su apoyo ha bajado porque los partidos de la coalición no han estado a la altura de las exigencias del Gobierno y, por otro lado, porque el Gobierno tampoco ha estado a la altura de las exigencias de la ciudadanía, y tercero, porque la ciudadanía proyecta su malestar a través del gobierno independiente de lo que sea. Si pierde Chile un partido también Bachelet es la culpable. O sea, ella se transformó en el foco de la negatividad", sentencia Vergara.
Entonces, agrega, "si las reformas no han resultado tanto y la economía tampoco ha logrado repuntar, hay una sensación de abandono y un desmarque de la Nueva Mayoría bastante traicionero".
Vergara advierte que los cambios siempre son complicados y la sociedad en general es bastante reacia a los cambios. "Sin embargo, los cambios que ella prometía iban a generar una satisfacción en la ciudadanía que estaba dispuesta a esperar un poco a cambio de un beneficio posterior. Y si bien se plantearon bien como ideas, su puesta en marcha fue más lenta y engorrosa, y no cumplió con las expectativas deseadas. Lo vemos en la gratuidad de la educación que para muchos simplemente no se cumplió", subraya.
Respecto a la sobreexpectativa que generaron estas reformas, reconoce que en los tiempos de los radicales, por ejemplo, cuando se hicieron grandes transformaciones, los chilenos tenían una mirada de largo plazo. "En cambio, hoy la gente quiere los cambios de inmediato. La gente quiere la nueva Constitución de inmediato, quiere el fin de la AFP ahora, quiere gratuidad en la educación ya. Y eso no puede ser. Yo creo que la reforma a la educación va a ser un legado que la gente se lo va a agradecer aunque no lo vean ahora. Hoy vivimos en un mundo tan cambiante que los efectos y consecuencias de su gobierno sólo se van a ver en el mediano y largo plazo, como es el caso de la reforma laboral. Y los aciertos y desaciertos también van a verse en las próximas negociaciones colectivas", puntualizó.
Papa caliente
Vergara remarca que Bachelet no está gobernando para las encuestas ni para la galería. "Sería mucho más fácil, tal como lo hizo la ex Presidenta Fernández en Argentina, eliminar de un día para otro todas las AFP y que sea el Estado el que administre las pensiones. Eso sería popular y la gente la querría inmediatamente, aunque eso no solucione en lo más mínimo el tema de las pensiones. Pero ella está trabajando en una mirada de largo plazo independiente de lo que se le quiera o no. Además, este rechazo que tiene ella la trasciende. Hoy la clase política en general está en la mira y el rostro por naturaleza de la clase política es el Presidente de la República, independiente de quién sea. O sea, la clase política hoy día no tiene ninguna perspectiva, ninguna mirada, ninguna solución más que pasarse una papa caliente de un lado para el otro, pero que no quede en las manos de uno. Todo eso repercute en el Gobierno. La clase política pretende a través de esto expiar sus culpa y no asume la responsabilidad que tiene detrás de este fracaso", indicó. Y da un ejemplo: "Cómo será la poco autocrítica de la clase política que Chadwick, que pertenece a una coalición, Chile Vamos, que tiene un 10% de popularidad, señala que ellos van a salvar al país".
Respecto a si está baja aprobación conlleva algún peligro, Vergara señala que no hay grandes riesgos. "Ella tiene que tratar de sobrevivir medianamente hasta las municipales. Después de eso vienen las presidenciales y después de eso la gente se olvidó de este gobierno. Además, las reformas más complicadas ya han sido aprobadas o están próximas a promulgarse y el proyecto de la nueva Constitución nació muerto y sólo ha servido para distraer la atención de algunos problemas. Y quién sabe, hasta podría subir en las encuestas el último año. Siempre sucede. Pasó con Piñera, que hoy podrá rasgar vestiduras, pero que no estuvo tan alejado de estos niveles de popularidad desde los inicios y hasta el final, salvo el caso de los mineros. A él, además, le tocó una economía vigorosa y no como ahora que casi como si fuera culpa del Gobierno que no quieran comprar más cobre".
Error metodológico
Para Holzmann, en tanto, lo que instala una aprobación tan baja es la percepción de una crisis política. "Su definición no está clara en el siglo XXI porque en el marco teórico del siglo XX, ésta sería una crisis muy grave. Hoy es preocupante, una alerta, impone los escenarios presidenciales en forma prematura porque da cuenta de un vacío de liderazgo y de visión a largo plazo. Esto hace que la incertidumbre y la desconfianza se instalen ahora y va generando una inquietud ciudadana que se potencia en un contexto de casos de corrupción, cualquiera sea la definición que se tenga de esto y que va desde el financiamiento irregular de la política hasta el fraude contra el Estado", subraya.Sin embargo, advierte, "hay que tener presente que estos problemas de la democracia chilena son compartidos por los sistemas democráticos occidentales. No es distinto a lo que pasa en varias democracias europeas ni distinto a lo que pasa, incluso, en EE.UU., y obviamente no es distinto a lo que pasa en las democracias de América Latina".
Sobre la proyección de la NM, subraya que la propuesta programática de la Presidenta es la que le da sentido a la Nueva Mayoría. "Por primera vez tenemos una coalición que existe en virtud de un programa de gobierno y no por una ideología. O sea, es una coalición programática. Lo segundo es que esas reformas estructurales presentadas por Bachelet son las mismas recomendadas por los organismos internacionales con el objetivo de disminuir la desigualdad. Porque estos organismos tienen claro que la globalización impacta en este tema y, de hecho, en Francia acaban de promulgar una reforma laboral", apunta.
A juicio de Holzmann, "el error metodológico o político es que se hizo desde un programa de gobierno y no desde una propuesta estratégica de diálogo y negociación. Por esa razón el FMI apoyó la gestión del primer mandato de Bachelet, pero hoy día la ve con un sentido más crítico porque la reforma estructural perdió el sentido de lo que había que hacer. Entonces, terminó transformándose en una reforma estructural con mucho contenido ideológico y poco contenido estratégico. Y esto genera polarización, oposición atrincherada y la fragmentación en la Nueva Mayoría".
De hecho, advierte que si los grados de abstención se mantienen en las municipales como en las presidenciales y parlamentarias, el próximo presidente será de la Nueva Mayoría o Chile Vamos. "Esto tomando en cuenta que quienes votan lo hacen por el no conflicto. Pero al haber un cambio del sistema electoral la tentación de que todos aquellos que queden fuera en las primarias que eventualmente se hagan, van a preferir transformar la primera vuelta en la primaria real. Con eso lo que se va a conseguir es que el país se vuelva a reinventar con el próximo gobierno".
Si efectivamente, concluye, la primera vuelta se transforma en una primaria para todos, tomando en cuenta que para la próxima elección habrá sobre 32 partidos, "estaríamos ante una situación inédita de que la coalición de gobierno se conformaría recién después de la primera vuelta. Y ahí se verá quién se junta con quién. Pero es muy complicado cuando no se tienen objetivos a largo plazo".
Crisis del siglo XX
"El escenario está muy abierto y está asociado a una mayor expectativa social. Por primera vez en Chile la encuesta CEP, la Cadem, la Adimark y la CERC están alineadas con más o menos énfasis; por primera todas reconocen las mismas dificultades y problemas", sentencia Holzmann. "Estamos en un problema de gobernabilidad, pero no en una crisis de gobernabilidad; estamos en una crisis institucional, pero no sabemos de qué tipo. Todo parece funcionar, pero el problema viene porque no funciona bien. Es una crisis de la democracia del XXI del siglo XX", subrayó.
"Sería más fácil eliminar todas las AFP. Eso sería popular, pero ella está trabajando en una mirada de largo plazo"
Felipe Vergara, Analista UNAB"
"En el siglo XX esta sería una crisis muy grave. Hoy es una alerta que adelanta escenario presidencial porque da cuenta de un vacío de liderazgo"
Guillermo Holzmann, Cientista político"