La Presidenta Michelle Bachelet ya no tiene casi quien le escriba (o la apoye). Como la exitosa novela del escritor colombiano Gabriel García Márquez "El coronel no tiene quien le escriba", los resultados de la reciente encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) evidencian que el repudio al actual Gobierno de centro izquierda sigue en aumento y el Ejecutivo se queda sin respaldo. Es más, el centro de estudios calificó a la actual administración como "el gobierno peor evaluado desde el retorno de la democracia".
Un 66% de los chilenos repudia la conducción política de la Presidenta, un aumento de ocho puntos más que en la anterior medición. La tendencia señala que el rechazo seguirá. Hoy, apenas un 15% de encuestados aprueba a la Mandataria.
¿Qué más dice la medición del CEP? Un 59% estima que cada vez está gobernando peor. Categórico. A la hora de poner nota al Gobierno, los chilenos califican la gestión del Ejecutivo con una nota promedio de 3,3.
Pero la Presidente no ve, o simplemente no quiere ver la contundente realidad. A pesar de que cualquier chileno, especialmente de clase media, sabe por qué el Gobierno va cuesta abajo. Sin duda, el peor golpe a su gestión ha sido el caso Caval, escándalo que compromete a su hijo y nuera; además, la mala gestión en seguridad pública, salud, el reiterado fracaso del Transantiago, la reforma educacional a medias, el estancamiento de la economía y el aumento del desempleo. El empecinamiento por imponer reformas impopulares que afectan el crecimiento y desarrollo del país le ha significado al Gobierno de la Nueva Mayoría que la mayoría (51%) de los chilenos evalúe con notas entre 1 y 4 la reforma laboral, mientras que el 56% califique con notas entre 1 y 4 a la fallida reforma educacional.
Es el momento para que el Gobierno dirija su atención hacia el poder representativo del Congreso Nacional, a los partidos políticos (todos), consulte a los gremios empresariales y sindicales, a los expertos, al mundo académico, entre otros. La Presidenta y su gobierno, con tan escaso apoyo ciudadano, tiene que escuchar y tomar en cuenta la voz ponderada y patriótica de quienes representan las vías institucionales. Esa ruta permitió a nuestro país avanzar, crecer y desarrollarse en las últimas décadas, perfeccionando todo aquello que fuera necesario, pero con estabilidad, certezas y mayoritario consenso. Las necesidades y requerimientos del país no las expresan ni representan los vociferantes ni los violentistas materiales e intelectuales.
Osvaldo Urrutia
Diputado