"Es muy saludable lo que hizo Jorge Baradit, la nación requiere impugnar nuestra historia"
Acaba de lanzar su último libro "Balmaceda. La guerra entre chilenos", una obra del género denominado novela histórica que narra, a través de la vida y muerte del exPresidente José Manuel Balmaceda, las otras vidas que subyacen dentro de una guerra civil que transformó a un país entero y que marcó un quiebre hacia los cambios que estaban por venir. Carlos Tromben, periodista y escritor chileno, criado en Viña del Mar tiene altas expectativas con "Balmaceda", pues aquí fue donde terminó de cerrar las metas y continuó la historia que comenzó a trabajar cuando escribió "Huáscar".
- ¿Qué lo motivó a escribir sobre José Manuel Balmaceda?
- "Huáscar" fue una novela por encargo que se tornó personal y la continuación lógica era seguir escribiendo sobre la Guerra del Pacífico o tomar algún tema proveniente de esto, pero distinto. Yo levanté un proyecto tipo 2008, 2009, de una novela sobre la guerra, entonces tenía ese proyecto y dije 'eso es interesante porque el lapso transcurrido entre la Guerra del Pacífico y la Guerra Civil da para que los personajes tanto históricos como ficticios estén vivos y podía tener esta guerra entre chilenos'. Es un momento muy tenso del país, muy crispado, entre los ciudadanos y el poder económico y político. Además el Presidente Balmaceda concita un aura romántica, de sacrificio, de tragedia nacional,y además está en todas partes, en los nombres de las calles. Esa fue la motivación para escribirlo.
- Un libro cuyo principio y final estaba escrito antes de comenzar con el proyecto... ¿cómo se logran los detalles de la historia?
- Es lo inevitable, lo ominoso, en el fondo cuando hay una guerra civil o un problema de esa naturaleza es una especie de torbellino, de remolino que se traga a los personajes. Ellos tienen que escapar de la tragedia o van hacia ella, porque quieren, porque no pueden evitarla o sino la tragedia los puede envolver. Por eso la ficción está planteada con fechas, días de la semana y horas, porque va avanzando esta cuenta regresiva hacia lo inevitable, lo trágico. Esa es la lógica de la novela. Por eso está estructurado todo el texto del medio del libro con un final que los chilenos conocen, un principio que sí, también pueden conocer, y al medio se relata cómo estas personas intentaron salvarse o a su familia o exponerse ellos. Es como la figura de la rueda de la fortuna en el tarot, mientras más tiempo pasa menos posibilidades tienen de salvarse.
- ¿Por qué ese interés en desempolvar la historia de Chile?
- Yo crecí en un ambiente de historias navales, mi padre es oficial retirado de la Armada, es historiador naval... y en este libro, siento que es una historia con la cual siempre estuve vinculado.
- A propósito, ¿cuál cree usted que es la influencia de la Armada chilena en los procesos históricos de Chile, como en la Guerra Civil, por ejemplo?
- Eso fue un episodio de luz y sombra porque la Armada es una institución estructurante en Chile al ser un país de océano. La cartografía nacional la empezó a hacer la Armada, la integración física fue a través de barcos, y la participación política fue importante. Siempre va a ser un tema complicado de abordar, desde una perspectiva equilibrada. En el caso de la Guerra Civil, mucha gente cree que fue la guerra entre la Armada y el Ejército, y no fue tan así...si bien los barcos tuvieron un rol fundamental, logístico, no había una infantería de marina actuando en tierra, que fueron finalmente las batallas decisivas. Había un Ejército oficial del gobierno chileno financiado por la Tesorería General de la República, que era el ejército de Balmaceda, y el ejército que lo venció era un ejército paralelo. Hubo un quiebre en el ejército y también en la Armada, una pequeña fracción permaneció con Balmaceda y una fracción mayoritaria estuvo en contra, y el que sucedió a Balmaceda fue un marino, Jorge Montt, que gobernó con bastante sabiduría, y que incluso dictó una amnistía política, un hombre de muchos méritos. Por eso, la participación de la Armada en procesos históricos y políticos de la nación tiene interpretaciones múltiples, no es todo bueno, no es todo malo. Amerita una mirada sin mucha pasión, sin sesgos políticos.
- ¿Qué reflexión busca hacer en el lector con "Balmaceda"?
- Los personajes históricos, algunos son súper intensos, multifacéticos, llenos de complejidad y ambigüedad, y está el héroe que no tiene matices, pero por otro lado es el personaje que no es histórico, soldados, obreros, campesinos, que siempre han quedado relegados. El novelista histórico busca rescatar a esos personajes. En el caso de "Huáscar" eran el marinero, la cantora popular, el inmigrante, y en "Balmaceda" aparecen también las primeras mujeres profesionales, los obreros, los partidos políticos, el sindicato y todo eso habla de la aparición de lo nuevo en la sociedad, personajes que son ficticios pero verosímiles. Se trabaja con las cartas para ver cómo eran las parejas, las familias, el mundo popular, todo eso está de forma incipiente en "Huáscar" y está más recogido en "Balmaceda". La primera mujer médico está ahí, por ejemplo. Pero, ¿qué era ser medico en esa época? De qué se hacían cargo esas mujeres médicos? Esa es la reflexión que busco.
- Últimamente la novela histórica ha estado en la palestra. ¿Qué opina de Jorge Baradit y su "Historia secreta de Chile"?
- Las dos historias secretas de Chile son acontecimientos literarios editoriales de esos que ocurren cada muchos años en Chile. Es muy saludable lo que provoca incluso en el lado de la polémica, incluso del lado del resentimiento de una facción de los historiadores. Es saludable, la nación requiere eso. Me parece súper bien y también creo que es bueno desmitificar o impugnar versiones oficiales sobre nuestra historia, eso me parece súper positivo. Y para las editoriales es bueno generar ese tipo de eventos. Además, cuando un libro tiene polémica evidentemente que lo ayuda. Me gusta mucho lo que ha logrado Jorge.
- ¿Cree que en Chile el análisis de la historia de Chile es poco?
- La repercusión de ventas de los libros históricos es alta, tanto ficción como no ficción. Y eso da cuenta de que sí hay un interés, que sí es un tópico de conversación, pero además es verdad que la historia fue enseñada con un sesgo militar nacionalista bien fuerte, bien pesado, y que ahora se abre a otras reflexiones a nivel de los contenidos de los currículums, pero uno ve que ahora hay un sesgo del desarrollo de los programas de incluir esto, las mujeres, los mapuches, los trabajadores, la clase media.
- ¿Qué pasa con las nuevas generaciones?
- Te sorprendería la cantidad de lectores jóvenes interesados, lectores de 30 años o incluso menos que sí están interesados en este tipo de libros. Yo creo en el efecto mariposa, bastan 2 o 3 personas interesadas y hace repercutir ese interés para que la cosa comience a cambiar. En el caso de la Quinta Región, la Guerra Civil es de acá, ocurrió donde pasan cientos de miles de personas entre Concón, Quintero, Placilla, Quillota, Quilpué. De alguna forma. este libro también es un giño a la zona, a mi tierra. Esto ocurrió en Zapallar, en Quintero,en varias partes. Es inevitable que haya un involucramiento emotivo.