Carolina Collins
Luego de que el Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (Demre) de la Universidad de Chile diera a conocer, el lunes, los resultados de la Prueba de Selección Universitaria (PSU) 2016, surgieron diversas perspectivas que cuestionan la calidad de la herramienta.
Esto, por las brechas que confirmaron los últimos de resultados, en términos de desigualdad socioeconómica y de género.
Las brechas
De los establecimientos con los mejores resultados, 93 fueron particulares pagados, cinco subvencionados y sólo dos municipales. Asimismo, el promedio de los colegios particulares fue de 607 puntos, mientras que los municipales llegaron solamente a 468, lo que implica una brecha de 139 puntos.
En cuanto a género, un 73% de los puntajes nacionales correspondieron a hombres y sólo el 27% a mujeres.
La secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), Paula Beale, reconoció en entrevista con Cooperativa que la herramienta de selección "es perfectible".
"Entre que exista un mecanismo y no exista ninguno todo es perfectible, pero habiendo tanto interés tiene que haber alguna forma de selección. Por su puesto que es perfectible", dijo. Consultada sobre la existencia de una mejor herramienta que la PSU, la representante de la entidad que garantiza la calidad de las instituciones de educación superior sostuvo que "entiendo que ya hay ciertos estudios en Chile que han detectado algunas debilidades que son bastante precisas y que a lo mejor podríamos empezar a trabajar en ellas".
Mirada al largo plazo
El psicólogo Jorge Manzi, director de Mide UC, fue más optimista y aunque, en entrevista con el mismo medio, alertó que los resultados de la PSU confirman que el problema de la desigualdad es de carácter "estructural", también destacó que al mirar el largo plazo la situación respecto a las brechas sociales sí ha mejorado.
"En una perspectiva de largo plazo, en varias mediciones, no solamente la PSU, sino también en pruebas internacionales y en el Simce, se ha notado un leve acortamiento de las brechas, incluso en la PSU", dijo. "Hace diez años atrás la distancia era 10 puntos más grande entre el promedio de los municipales y el promedio de los particulares pagados", agregó el académico.
"Modelo chileno fracasó"
Mucho más drástica fue la mirada del académico de la U. de Santiago, Jaime Retamal, quien señala que es imposible acortar la brecha entre colegios particulares y liceos fiscales en las condiciones actuales. Para él, estas diferencias socioeconómicas se mantienen desde el 90, lo que revela un error "estructural" que no ha podido ser subsanado con reformas al currículo o la docencia. "Ese modelo fracasó, porque el paradigma que sostiene esa reforma a la educación es de mercado y cree que a través de la competencia se aumenta la calidad de aprendizaje de los estudiantes", dijo.