"Me gustaría que Valparaíso volviera a ser la Grecia de América, con teatros y ópera en los cerros"
"El apoyo que tenemos los escritores es nulo", afirma el poeta Enrique Moro, quien con su particular humor recuerda que cuando fue a sacar el pasaporte como escritor no se lo quisieron dar justamente "porque ser escritor, en este país, no se cuenta ni como profesión ni como oficio, así que tuve que decir que me iba a encadenar en la puerta del Registro Civil y ahí me lo dieron".
El icono de la poesía porteña de los 80 -que ha estampado su irreverencia poética en más de 10 libros, además de ser incluido en varias antologías de poesía chilena- fue invitado el año pasado a París por el presidente de Francia, Francois Hollande, para musicalizar el poema "De cenizas nuestras sábanas", que escribió para el megaincendio de Valparaíso de 2014. Aquí el autor del legendario poema "Marilyn" pasa revista a los desafíos culturales y patrimoniales de una ciudad que, confiesa, "ahora debe empezar a vivir de la esperanza".
-¿Por qué lo invitaron a Francia?
-Es que en la semana de América Latina en París musicalizaron el poema que escribí para el incendio y que tiene 800 versos. Tuve el honor de que me invitara el Presidente de Francia y fue una cosa muy divertida, viví todo ese protocolo francés. Es un orgullo que a un poeta de Valparaíso lo inviten a participar, aunque mi poesía no tiene ningún mérito, es sólo una mera coincidencia.
-Tras vivir la dura bohemia de los 80 ¿Cómo ve el movimiento cultural de hoy?
-Uff… La bohemia anterior a la dictadura era una bohemia que tenía un componente cultural muy interesante y muy fuerte; numerosos artistas, escritores, y cantantes de ópera venían desde Santiago y se encontraban con una mezcla entre porteña y parisina. Uno se encontraba en un mundo donde podía convivir de forma natural.
-¿Cree que existe bohemia hoy o es otra cosa?
-Después de la década del '70, con el golpe militar la bohemia se acaba; los militares no eran amigos de las fiestas y en Chile muere la bohemia no sólo en Valparaíso. Sólo quedaron retazos que al mirarlos daba pena. Finalmente esto termina con el incendio del Ronald Bar y marca el fin de la decadencia de la bohemia. Llamar bohemia a lo que tenemos hoy me parece inexacto porque se puede nombrar de cualquier forma menos así; lo de hoy es carrete.
-¿Usted cree que Valparaíso ha avanzado a nivel cultural?
-Hablar de cultura es un término muy amplio. Chile tiene una capital cultural que es Valparaíso, pero si lo nombras así por lo menos ponle los recursos necesarios para que la ciudad por lo menos parezca capital cultural. Para avanzar se necesita financiamiento; Valparaíso es responsabilidad de Chile, no sólo de los porteños. El desarrollo del Estado y de la Nación es por la ciudad puerto.
-¿A la ciudad puerto le ha servido la declaración patrimonial?
-La gente confunde el término patrimonio. Valparaíso no fue declarado patrimonio, sólo un sector específico que va desde la Iglesia la Matriz hasta la plaza Aníbal Pinto. La ciudad patrimonial no son los edificios, sino que las personas y si uno deja de mirar a las personas y mira los edificios está equivocado porque lo importante aquí son los habitantes.
-¿Qué le falta a Valparaíso?
-Es una pregunta difícil… Falta que la gente se preocupe más, participe más y esté más cerca de las decisiones. Este nuevo alcalde tiene ideas renovadas sobre lo que es la política y los movimientos sociales. Los cambios son necesarios o si no, no hay mucho que contar.
-¿Se corre el riesgo de que pierda la condición patrimonial?
-Primero depende de la gestión de quién esté a cargo. Segundo, es importante el cuidado de las personas porque el patrimonio es una situación viva, y si la gente no habita la ciudad deja de ser ciudad . Entonces, mientras no haya conciencia de la gente es difícil que el patrimonio siga. Si la gente no está incluida en el paquete, automáticamente Valparaíso deja de ser patrimonio. Los porteños deben sentirse orgullosos de su situación y no como mendigos.
-¿En Valparaíso se aprovecha el turismo?
-El turismo en la ciudad puerto parece una invasión de gringos, y el Cerro Alegre y el Cerro Concepción terminan siendo el símbolo del desarrollo y eso es falso, porque se necesita un desarrollo turístico y un crecimiento conjunto de todo Valparaíso. Por ejemplo, Puertas Negras se quema pero el Cerro Alegre no se quema y si se produjera un incendio rápidamente estaría todo el mundo ahí. Las inmobiliarias no favorecen el turismo de la ciudad; es más, son como depredadoras que aumentan la pobreza y construyen edificaciones tapando la pobre vista a las viejitas que luego se secan como pasas.
-¿Qué Presidente cree que ha mostrado más preocupación por Valparaíso?
-Sin pensar… Ricardo Lagos, no soy "laguista", al contrario, tengo problemas con él, pero reconozco que hizo que esta ciudad fuera capital cultural; recuperó el borde costero, mejoró la infraestructura y le entregó a los habitantes una cierta dignidad; se la jugó por el patrimonio.
-¿Y el nuevo alcalde reencantará a los porteños?
-Tengo la esperanza de que este alcalde, dada su juventud y la base de su movimiento, pueda reencantar a más gente de la que tienen y que ese movimiento se transforme en un motor de cambio. Con Sharp podemos vivir desde la esperanza y no desde la desesperanza.
-¿Cómo le gustaría que Valparaíso fuera en 20 años más?
-¡Voy a estar muerto! Me gustaría volver a la bohemia antigua y encontrarme con gente de ese tiempo como poetas conocidos y escritores. Principalmente pienso en mis dos nietos, ojalá ellos se encanten con Valparaíso y que no tengan que salir a otra parte para encontrar trabajo. En general, que los porteños recuperen su alegría de vivir, su orgullo por Valparaíso y que vuelva la Grecia de América cuando por las calles uno se encontraba con grandes artistas y por los cerros había teatros. Pero el patrimonio que había antes es irrecuperable.
"Cuando uno deja de mirar a las personas y comienza a observar los edificios, estás equivocado...Si la gente no está incluida en el paquete, automáticamente Valparaíso deja de ser patrimonio"."
"El turismo en Valparaíso parece una invasión de gringos, y el Cerro Alegre y el Cerro Concepción terminan siendo el símbolo del desarrollo y eso es falso"."