Cristián Rodríguez F.
De cumplirse con los plazos establecidos, este será el último año en que la tradicional casona que se ubica en medio de la plaza Eugenio Rengifo, en Quilpué, albergue a las oficinas municipales de esa comuna.
Esto, porque la actual administración puso en marcha el anhelado proyecto que comenzó hace unos seis años -cuando entablaron las primeras conversaciones con la familia Bofill-, que consiste en remodelar y restaurar el edificio Carozzi, para así transformarlo en la futura casa consistorial.
En las últimas semanas, la empresa a cargo del proyecto inició las obras de reconstrucción y demolición de los sectores que mantienen mayores daños estructurales, como cubiertas, puertas, ventanas y parte del pavimento, alcanzando un avance cercano al 15%.
Dicho proceso -considerado el más complejo de todo el proyecto- se mantendrá en ejecución hasta octubre próximo, para luego iniciar el traslado de los departamentos municipales de manera definitiva. "La reconstrucción de algunos muros y pilares de hormigón armado tiene por objeto mejorar la condición estructural del edificio a la normativa actual, por lo que el proceso es lento y complejo, además de requerir una constante reevaluación de la estructura, con participación de la Unidad Técnica y los ingenieros del proyecto", comentaron desde el municipio.
Según el alcalde de Quilpué, Mauricio Viñambres, de mantenerse lo proyectado la iniciativa podría concluir antes de fin de año. O así por lo menos es lo que esperan.
División por etapas
Actualmente, el histórico edificio se encuentra casi deshabitado, salvo por los trabajos de construcción que se mantienen en desarrollo.
Antes de empezar la etapa clave de la iniciativa, el municipio comenzó a desalojar a todas las unidades que allí funcionaban -como los departamentos de Rentas y Tesorería, Inspección, Finanzas y de Administración-, y las acomodó en el actual municipio, y a otras en una propiedad arrendada en la avenida Los Carrera.
Tras ello, se inició un operativo de desratización (extinción de roedores) que una vez finalizado permitió iniciar, hace algunas semanas, las obras de restauración del inmueble, que fue adquirido en 2014 por 800 millones de pesos.
Sin embargo, en el global, el proyecto necesita de una inversión cercana a los $5 mil millones, de los cuales no todos están asegurados, por lo que el municipio deberá postular al resto de los fondos. De allí es que se decidió dividir el proceso en cuatro etapas.
"Estamos en la primera etapa, que es la más grande, y que contempla sacar todo lo que no estaba en buenas condiciones y restaurarlo, y en paralelo ir viendo lo que se tiene que mejorar. Y la segunda etapa, que es de remodelación, tiene un carácter más histórico, es decir, de proteger los espacios más simbólicos que tiene el edificio", explicó el alcalde.
Las otras etapas -de un carácter más rápido- apuntan a instalar el nuevo inmobiliario con el que contará la municipalidad, además de definir los espacios destinados a la labor administrativa.
"No todo el edificio va a ser ocupado para oficinas municipales. También habrá bodegas, estacionamientos, y espacios y salones que nos permitan realizar cualquier tipo de encuentro", agregó el jefe comunal.
Convenio con subdere
La disposición del total de los recursos es algo que mantiene en carpeta el municipio, considerando que los plazos que se autoimpusieron hablan de finalizar todo el proyecto antes de fines de año.
En ese contexto, de los $5 mil millones proyectados -que incluye los $800 que destinaron para la compra-, $2 mil son recursos que el municipio ya tiene asegurado. Mientras que para el resto irán presentando proyectos a diferentes instancias, como al Gobierno Regional, y también a la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (Subdere).
Según explicó Viñambres, una alternativa es solicitar un préstamo a la Subdere, tal como lo hizo la Municipalidad de Villa Alemana para la construcción del nuevo edificio municipal, que se encuentra pronto a inaugurar. No obstante, la principal alternativa que se mantiene explorando el alcalde de Quilpué es la de habilitar un espacio de oficinas para los servicios públicos de la región, a cambio de un financiamiento para terminar las obras.
"Existe un ala del edificio que quedaría muy buena para el uso de servicios públicos de gobierno. Ellos se ahorrarían el arriendo de oficinas en la comuna, y además se concentrarían las dependencias públicas y municipales en un sólo sector, que es lo que hoy necesita la comuna. Tengo una conversación pendiente con la Subsecretaría en la que plantearé esta opción", dijo el alcalde.
En tanto, para la actual municipalidad se está pensando habilitar un centro cultural, donde funcionaría dicho departamento, además de la biblioteca municipal y otros espacios artísticos. Viñambres acotó que la casona podría llevar el nombre del poeta "Daniel de la Vega", a quien pertenecía el inmueble antes de que su familia lo donara.
"La etapa de remodelación está prevista que termine en octubre, por lo que esperamos que el edificio esté listo antes de Navidad"
Mauricio Viñambres, Alcalde de Quilpué"
Teatro Juan Bustos en etapa final
A un costado de la actual municipalidad, precisamente en la calle Aníbal Pinto, el municipio se encuentra remodelando el antiguo teatro Velarde, que pasará a llamarse Juan Bustos, en honor al fallecido diputado de la zona. Si bien las obras se retrasaron en agosto del año pasado, luego que la empresa a cargo quebrara, el teatro se encuentra en su última fase antes de ser inaugurado. Según detalló el alcalde Viñambres, se iniciaron las licitaciones para la adquisición del mobiliario -butacas, principalmente. Además, sostuvo que el municipio se adjudicó $300 millones por parte del Consejo de la Cultura.