El 23 de diciembre pasado, el Servicio Nacional de Prevención y Rehabilitación de Drogas y Alcohol (Senda) presentó el XI Estudio de consumo de Drogas en Población Escolar. Y si bien es importante destacar que en materia de consumo de drogas son muchos los factores que inciden, los resultados tanto a nivel nacional como en nuestra región no dejan de ser preocupantes.
Es así como en cuanto al consumo de Tabaco, en nuestra región se reafirma la tendencia a la baja observada desde el año 2001, pasando de un 6% a un 5% los estudiantes que reconocen consumir tabaco diariamente, lo que nos pone bajo el promedio nacional. Esta disminución tiene directa relación con las alzas sostenidas en la percepción de riesgo, es decir, el 84,7% de la población encuestada en nuestra región se encuentra convencida respecto del daño para la salud que conlleva el uso de esta sustancia.
El uso de alcohol en la población escolar de nuestra región muestra una relativa estabilización, disminuyendo de un 81,8% a un 80,4% en quienes reconocen haber consumido alguna vez en su vida. Mientras que en el caso de los que reconocen haber consumido en el último mes pasamos de un 35,6% a un 37,1%. Si bien es una buena noticia que el consumo se mantenga y no aumente, las prevalencias están estabilizadas en elevados niveles y eso debe preocuparnos, principalmente en escolares. 1 de cada 3 escolares consumió alcohol al menos una vez en el último mes. Y entre los que consumen, 2 de cada 3 lo hacen con alto riesgo para su salud y desarrollo (borrachera).
Respecto al consumo de Cannabis el uso a nivel nacional llegó a los mayores niveles alcanzados desde el 2001, aumentando significativamente en quienes reconocen haberla probado alguna vez en su vida, 38,2% a un 44,1%. Si bien estamos frente a un elevado consumo de marihuana, que venía aumentando rápidamente y a una percepción de riesgo que había caído de manera importante en los últimos años (sólo el 21% de los estudiantes consideran que la Marihuana es dañina para su salud), en este estudio se refleja que ambos fenómenos se estabilizan.
Estamos conscientes de este escenario y del gran desafío que se nos plantea en materia de prevención universal y ambiental, en la importancia del involucramiento parental, con información clara y fidedigna sobre los riesgos del consumo de sustancias en menores. Y para ello el Gobierno de la Presidenta Bachelet ha contribuido en fortalecer una política que prioriza la construcción de una cultura preventiva asentada en los establecimientos educacionales, en el rol protector de las familias, los padres, las madres y la comunidad, entre otras.
Para este 2017, no podemos olvidar que en la batalla por proteger del consumo de drogas a nuestros niños, niñas y adolescentes, nadie sobra, todos somos responsables, y en esa tarea el apoyo de la familia, los colegios y la comunidad es fundamental. Porque más conversación es menos riesgo.
Claudia Berríos
Directora regional de Senda