Carolina Collins
El humor de la próxima edición del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar estará marcado por nuevos rostros en estas lides. Fabrizio Copano, "Jajá" Calderón, Chiqui Aguayo ("Minas al poder") y Rodrigo Villegar ("Morandé con compañía") encabezan el listado, al que se suman el colombiano Mono Sánchez y Juan Pablo López, quien será el encargado de hacer reír al Monstruo en la jornada inaugural del certamen el próximo 20 de febrero.
A pesar que tanto su nombre como sus rutinas serán nuevas para el público masivo, el comediante -que aprendió sobre stand up comedy de dos triunfadores en la Quinta Vergara como son Jorge Alís y León Murillo-, asegura que no está nervioso y que lleva un buen rato preparándose para este momento.
Apoyo total
Según cuenta, el director del certamen, Álex Hernández, ya lo conocía por las rutinas que suele mostrar en bares capitalinos y también porque fue uno de los libretistas de Murillo para la presentación de éste en Viña 2015, además de haber estado en su "muela" durante la presentación. Situación que hoy, cuando es él quien subirá a la Quinta Vergara, se ha dado vuelta: "Actualmente estoy trabajando con León Murillo, que me va a acompañar al festival".
Que lo llamaran para el evento "no fue una sorpresa, porque me estaba preparando para el Festival ya hace un año, porque habían algunas señales de que podía ir. Se estaba preguntando por mí, Álex le había pedido referencias a León Murillo sobre mi trabajo, a Rodrigo González y me había visto en bares", comenta, agregando que "también me había invitado al 'Club de la Comedia'".
Por eso, cuando le llegó la invitación, "le dije al tiro que sí". "Todos soñamos con que vaya el público a vernos, entonces si te están ofreciendo 15 mil personas para presentar un show, es una oportunidad gigantesca", dice.
Un banquero chistoso
Pese a su confianza, López es relativamente nuevo en la comedia. Ingeniero de profesión, hasta hace dos años trabajaba en un banco, algo que hizo por 16 hasta que se dio cuenta de que le gusta hacer reír.
"Empecé con este tema porque yo presentaba estadísticas en el banco y me daba vergüenza hacerlo desde el frente y pedí un taller de oratoria", relata, a través del cual lo llevaron a un restaurante a ver un show de cuentos. Se entusiasmó y hace unos seis años empezó a escribir los suyos, sólo que agregándoles un toque de humor "y me di cuenta que me salía fácil".
Lo que vino después fue un taller de stand up comedy con Murillo y Alís en 2013, experiencia que implicó su salida definitiva del banco. Asegura que ahora es "mucho mejor, más feliz" y que "a diferencia de lo que pueda creer la gente, vivo de esto, vivo súper bien".
-¿Como te sirvió trabajar de terno y corbata para hacer lo que haces ahora?
-En un 100%. Si no hubiese pasado por ese trabajo no hubiese tenido hoy un punto de vista importante sobre mi material. Porque para escribir algo se necesita harto carrete, viviencias, calle, experiencias de vida. Cuando uno es pendejo no vive tantas cosas, entonces ¿de qué hablas? Yo he tenido bastante experiencia laboral y de vida, que me ha servido para enfrentar un libreto.
-¿Qué te parece la decisión de la organización de incluir comediantes nuevos?
-A mí no me parece tan extraño porque siempre tiene que haber debutantes, es bueno presentar comediantes nuevos. Es evidente que ahora van standuperos, porque yo creo que la producción de esos comediantes es mucho mayor que la de cómicos tradicionales. Por eso creo que van más comediantes que humoristas.
-¿Cómo te estás preparando?
-Estoy probando mi rutina en algunos festivales masivos. Por ejemplo fui a Mejillones, al de los Muermos; y en los bares también. La rutina ya está, la estoy echando a correr.
-¿Cómo sientes la noche que te tocó?
-Perfecta para mí, porque si bien no la elegí -me la dieron-, ahí se nota que el canal está trabajando por el bien del comediante. Me dieron una noche con público de mi edad, yo tengo 41, entonces Los Fabulosos Cadillacs son de un público entre 30 y 40 años.
-¿Cómo describirías tu humor?
-Es un humor bien transversal pero bien sarcástico también. Si bien yo hablo de cosas cotidianas, hablo desde un punto de vista súper personal. Yo creo que eso diferencia a los comediantes: todos podemos hablar de los inmigrantes, de la religión, pero lo que nos diferencia es lo que cada uno piensa, y ese pensamiento tiene que ser único.