Miles de visitantes pululan durante la época estival por el pequeño pueblo pesquero de Horcón, situado entre Quintero y Maitencillo. Enclave por excelencia para artesanos y "hippies", que desde los años 60 lo hicieron su balneario favorito, muchos de ellos se instalaron definitivamente allí, otorgándole una atmósfera reconocible y dotándolo de una mística particular. Pero Horcón es un atractivo turítstico para todo tipo de turistas chilenos y extranjeros, que se pasean por su caleta en busca de delicias marinas, recorren su feria artesanal en busca de algún recuerdo y, por supuesto, disfrutan sus playas.