Hace 50 años Elías Figueroa le decía adiós a Wanderers y nacía la leyenda
FÚTBOL El domingo 19 de marzo de 1967, el mejor futbolista chileno de todos los tiempos se despidió en el estadio Sausalito del Decano para partir rumbo al Peñarol de Montevideo.
El tiempo pasa rápido. Hace medio siglo, el domingo 19 de marzo de 1967, el estadio Sausalito era el escenario elegido para uno de los hechos más importantes en la historia de Santiago Wanderers y del fútbol chileno, al punto de transformarse en el "puntapié inicial" de la carrera internacional del mejor jugador nacional de todos los tiempos.
Fueron 20.607 hinchas porteños los que aquella vez abarrotaron las dependencias del recinto de subida Padre Hurtado con un solo objetivo: despedir a Elías Figueroa, quien tras dos temporadas dejaba Santiago Wanderers al ser transferido al poderoso Peñarol de Montevideo.
Una jornada que contemplaba un encuentro amistoso entre el equipo caturro y el cuadro uruguayo, último campeón de la Copa Intercontinental (le había ganado al Real Madrid en partidos de ida y vuelta).
Figueroa era el protagonista de esa tarde viñamarina. Ingresó a la cancha con la camiseta verde, para luego ser homenajeado por el presidente de Santiago Wanderers, Juan Milesi Urrutia, y dar de inmediato la vuelta olímpica ante el fervor de los presentes.
La historia cuenta que en aquella jornada el defensa jugó todo el partido con los colores de los aurinegros charrúas, mientras el Decano alineaba a Juan Olivares en la portería; Manuel Canelo, Manuel Ulloa y Eduardo Herrera en defensa; Luis Acevedo, Ismael Pérez, Juan Torres y el brasileño Haroldo de Barros en el mediocampo; mientras que en delantera estaban Eugenio Méndez y dos sorpresas: el recién llegado Alberto Ferrero y un invitado muy especial, Osvaldo "Pata Bendita" Castro.
Según las informaciones de la época, la figura del encuentro fue el portero caturro, quien supo contener las arremetidas visitantes, mientras que del debut de Figueroa por su nuevo club se hace mención de su nerviosismo, aunque fue él mismo quien luego, en los camarines de Sausalito, predecía de manera casi exacta lo que vendría años después: "Sé que no fue un buen partido y voy a mejorar... quiero ser el mejor de todos".
Los goles de aquella jornada en que los porteños vencieron por 2-1 a los "girasoles" llegaron por intermedio de un tiro libre de Haroldo de Barros a los 45 minutos y un penal ejecutado por Osvaldo Castro a los 55', mientras que el marcador lo había inaugurado Alberto Spencer para los uruguayos, a los 27 minutos de la primera fracción.
Cabe destacar que el traspaso del zaguero porteño a Peñarol también involucró un segundo amistoso, el que se jugó el 15 de agosto de 1967, esta vez en Playa Ancha y con la presencia del Presidente de la República Eduardo Frei Montalva, el que también terminó con victoria para los porteños.
Sin dimensionar
Elías Figueroa se emociona al recordar lo sucedido hace 50 años atrás en Sausalito. Sonríe al escuchar los datos de aquella jornada y las añoranzas se suceden con especial intensidad.
"Hay muchos momentos que hasta se me han olvidado por la misma emoción que sentía esa tarde", explica de inmediato, recordando que tenía sólo 22 años y que "para mí era dejar mi hogar, dejar a un Santiago Wanderers en el que siempre busqué jugar".
Figueroa recuerda con cariño a cada uno de quienes participaron de esa jornada.
"El ambiente fue extraordinario, quizás en cancha no fue mi mejor encuentro, pero lo que la gente, mis excompañeros y el camarín de Peñarol me hicieron sentir fue extraordinario", sostiene, sin olvidar las semanas previas al 19 de marzo de 1967, marcadas por un frustrado paso al Independiente de Avellaneda, un viaje a Montevideo en una avioneta para sólo cuatro personas ("nunca sentí más miedo que aquella ocasión", reconoce) y la decisión familiar de dejar Chile para iniciar una carrera que en ese momento tenía incertidumbres, pero que rápidamente lo llevó a convertirse en el mejor futbolista nacional de todos los tiempos.
Alegría y tristeza
Las crónicas de hace 50 años destacan que la enorme figura del amistoso entre Santiago Wanderers y Peñarol, en el marco de la despedida de Elías Figueroa, fue el portero Juan Olivares.
Fiel a su estilo, marcado por la humildad, el también exguardavallas de la Selección Chilena en los Mundiales de Inglaterra y Alemania recuerda que "la verdad es que me fue bien, atajé un par de buenas pelotas".
Para el mitológico arquero wanderino no hay dudas de que Figueroa es el mejor jugador en la historia del fútbol chileno, y que en aquella tarde en Sausalito sus sentimientos estuvieron marcados "por la felicidad, pero también por la tristeza".
"Estaba contento porque Elías se iba a un club de inmenso prestigio, pero sabía que como grupo perdíamos a un referente, a un amigo y a una excelente persona", explica, advirtiendo que "pasado medio siglo puedo decir que Elías jamás cambió, sigue siendo el mismo tipo y eso es algo que se debe destacar, teniendo en cuenta lo grande que llegó a ser", reflexiona el arquero oriundo del barrio viñamarino de Santa Inés.
Respecto de la identificación que en su momento tuvo la hinchada de Santiago Wanderers con Elías Figueroa como jugador, y la ausencia de esa virtud en los nuevos jugadores que han defendido los colores del Decano, Olivares es categórico: "Es que no ha habido alguien comparable con Elías Figueroa... y ese es un tema que no sólo pasa en Santiago Wanderers, porque en Colo Colo no veo que exista alguien que transmita la admiración que se tuvo con un Carlos Caszely".
Y vino el goleador
Alberto Ferrero llegó a Santiago Wanderers como parte de pago por la transferencia por Elías Figueroa. El delantero abandonó su natal Montevideo y el Peñarol para venir a Valparaíso y transformarse, con el paso de los años, en una de las figuras de la historia del Decano: no es sólo el primer uruguayo en ser el goleador de la Copa Libertadores, sino también el primero en lograrlo vistiendo los colores de un club nacional y por su puesto, también el primero con la camiseta del Decano (marcó 8 veces en el certamen continental de 1969).
"Yo cumplí 50 años en Valparaíso el pasado 12 de marzo", admite con felicidad, recordando que "era suplente en Peñarol y apenas me dieron la posibilidad de venir me entusiasmé.... imagínate, yo venía por una temporada y me quedé en esta ciudad por medio siglo".
Ferrero debutó justamente con la camiseta de los caturros en la despedida de Elías Figueroa en Sausalito, coincidiendo también con quienes califican al zaguero central como el mejor futbolista chileno de todos los tiempos: "Era un jugadorazo. Un patrón en el área y un tipo que marcaba diferencias... en Peñarol es un ídolo enorme".
"Para mí era dejar mi hogar, dejar a un Santiago Wanderers en el que siempre busqué jugar"
Elías Figueroa, Exjugador de, Santiago Wanderers"
"Yo era suplente en Peñarol y apenas me dieron la posibilidad de venir me entusiasmé.... imagínate, yo venía a Valparaíso por una temporada y me quedé en esta ciudad por medio siglo"
Alberto Ferrero, Exdelantero de S. Wanderers"
Ligado al Decano como DT y asesor
Si bien tras su partida Elías Figueroa nunca más volvió a Santiago Wanderers como jugador, sí lo hizo en 1993 como entrenador. Tras su experiencia, sin mayor suerte, en la banca del Decano, hoy el exinternacional sigue ligado a los caturros, esta vez como asesor deportivo de la sociedad anónima que concesiona a la institución porteña.
"Estaba contento porque Elías se iba a un club de inmenso prestigio, pero sabía que como grupo perdíamos a un referente"
Juan Olivares, Exarquero de Wanderers"
de marzo de 1967 se disputó el partido de despedida de Elías Figueroa en el estadio Sausalito. 19
espectadores llegaron a la jornada vivida en Viña del Mar, y que recaudó 82.454 escudos. 20.607
años consecutivos ('75, '76 y '77) fue Figueroa elegido como el mejor jugador de América. 3