A un siglo del "big bang" -el polvorazo- que percutó desde La Moneda el Presidente Juan Luis Sanfuentes para abrir el último tramo del camino costero Viña del Mar-Concón, el alcalde Oscar Sumonte exigió que se concrete el proyecto de mejoramiento de esa ruta.
Y tiene toda la razón el jefe comunal, pues han pasado décadas desde que el Ministerio de Obras Públicas anunciara diversos proyectos para esa ruta que es un patrimonio turístico en cuyo entorno han surgido numerosas actividades y -hay que señalarlo- conflictos por el uso y la propiedad del borde costero mismo.
La vía costera entrega notables perspectivas panorámicas en medio un recorrido que discurre entre altas laderas y borde rocoso. Se aprecia la fuerza del mar y la vida de diversas especies que allí habitan, como aves y lobos marinos.
Todo este atractivo supone un intenso movimiento de vehículos que hace insuficiente la ruta. Se han hecho, a lo largo de un siglo, diversos avances como pavimento, puentes y algunas protecciones, muchas originadas tras graves accidentes con víctimas fatales. Sin embargo lo que ahora se exige justificadamente es una mejora integral de la ruta para poner en valor toda su potencialidad. Son necesarios proyectos de paisajismo, ciclovías seguras, estacionamientos y miradores, entre otros aspectos.
Aun cuando se trata de una demanda comunal que con requerimientos tanto de Concón como de Viña del Mar, es lógico que se destinen al mejoramiento de la vía y su entorno recursos del gobierno central, pues es parte del patrimonio turístico tanto regional como nacional.
Es necesario también entrar a la definición de normas para el uso del entorno de la vía, lo cual supone disposiciones de los planes reguladores de Viña del Mar y Concón, esto con el fin de evitar conflictos como el del hotel Punta Piqueros.
Todo lo señalado debe abordarse en un contexto general de conectividad de Concón, mejorando y completando las actuales rutas por la parte alta, como la Vía PIV y el Camino Internacional, trabajos actualmente en desarrollo.
Hay que tener presente, dentro de esta visión general, que la comuna de Concón es la de mayor desarrollo poblacional de la Región, más allá de su condición de polo turístico.
A lo anterior, se debe sumar el hecho que Concón, en buena, medida es una comuna "pasadizo", como ocurre con Viña del Mar, que recibe cargas de tránsito de localidades situadas al norte de Región y también el movimiento y los efectos de diversas actividades productivas.
Esta realidad exige recursos que no son resorte de la Municipalidad, pero que deben ser focalizados de acuerdo a las demandas de las realidades locales que refieren, además de conectividad, también a seguridad, educación y servicios de salud.