Las cuentas claras conservan la amistad
El concejal Gabriel Mendoza, primera mayoría entre los ediles de Viña, recibió su "bautizo" con la última resolución de Contraloría Regional. ¿Habrá tenido claro el concejal la necesidad de acreditar con extrema minuciosidad los talleres realizados? ¿No tienen su partido o el municipio asesores que lo aconsejen?
El flamante concejal de Viña del Mar y destacado exfutbolista profesional, Gabriel Mendoza Ibarra, electo por la UDI con primera mayoría en la Ciudad Jardín, recibió por estos días un duro golpe de Contraloría Regional, organismo que cuestionó su programa de Escuelas Deportivas Gratuitas, realizado entre los años 2014 y mediados de 2016 en sectores vulnerables de la comuna dirigida por la alcaldesa Virginia Reginato, cuando cumplía funciones para la Casa del Deporte.
De acuerdo con el informe del ente fiscalizador, Mendoza recibió poco más de 26 millones de pesos en 31 pagos por actividades que no fueron debidamente acreditadas por el municipio, por lo que Contraloría ordenó su reintegro en un plazo de 30 días hábiles.
Específicamente, se le exige a Mendoza acreditar su labor como profesor de fútbol, programador deportivo, monitor de actividad física, coordinador, controlador y encargado de logística del programa referido.
Contraloría Regional decidió, en vistas de la ausencia de documentos que acreditaran fielmente los trabajos realizados, realizar una "encuesta" a 18 vecinos de Reñaca Alto, Achupallas, Glorias Navales y Gómez Carreño, cuyos hijos participaron de las citadas escuelas deportivas. Diez de ellos aseguraron que Mendoza dictaba los cursos, en tanto 8 establecieron lo contrario. Dos profesores dijeron, por su parte, que el concejal supervisaba y apoyaba, en tanto se constató su participación en diversas actividades, campeonatos y reuniones.
Sin embargo, siempre según Contraloría, no se logró acreditar el cumplimiento de los restantes servicios, específicamente las clases de fútbol y la coordinación del programa.
Al respecto, y consultado por este Diario, Mendoza acusó una persecución política, que habría surgido en los tiempos en que anunció su candidatura, y estableció la dificultad práctica que conlleva la acreditación de instancias recreacionales como talleres de fútbol con niños de escasos recursos.
Si bien hay algunos, como el exdirector de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), Gonzalo Yuseff, en una carta al director publicada en la página 11 de esta misma edición, que creen que la resolución puede ser un tanto desmedida y aún más el alto grado de burocracia implícito en las actividades desempeñadas por el exfutbolista en la comuna, lo cierto es que ha sido la propia clase política -de la cual Mendoza es hoy integrante- la que acordó incrementar lo máximo posible los controles para evitar una mala utilización de los recursos públicos, sobre todo en regiones como la de Valparaíso, en la cual "probidad" es una palabra que parece haber comenzado a desvanecerse con el tiempo. ¿Habrá tenido claro el hoy concejal la necesidad de acreditar con extrema minuciosidad los talleres realizados? ¿No tienen su partido o el municipio asesores que pudieran haberle advertido de estos eventos?