Censo: realidad y autocomplacencia
En lugares urbanos, donde no había mayores problemas, la espera de las personas fue larga y no llegaron los censistas. Las dificultades observadas en terreno demuestran que la realización del masivo estudio no es fácil y, por lo mismo, la tajante descalificación del proceso de 2012 puede resultar injusta.
La autocomplacencia oficial sobre el Censo choca con la realidad cuando van saliendo a la luz numerosos problemas que acompañaron al importante proceso a lo largo de todo el país. Dificultades profusamente anunciadas como aquella violenta resistencia de un grupo mapuche a ser censado. El grupo ganó las pantallas que deseaba y, sin duda, perdió el estado de derecho, ya que la norma general para todo el país no se pudo aplicar ante amenazas a los encuestadores.
Pero en lugares urbanos, donde no había problemas ni etnias en pie de guerra, no se cumplió con el recuento, pese a que los eventuales censados esperaron todo el día para ser encuestados.
En números globales, entre un 3% y un 6% de viviendas quedaron sin ser censar. El caso más notorio corresponde a Ancud, donde un 42% de las casas no tuvo encuesta.
En la Región de Valparaíso el INE reconoce problemas de cobertura en Recreo Alto, Miraflores Alto y Glorias Navales, Viña del Mar, y en Belloto Norte, Quilpué. En algunos lugares faltaron censistas y en otros sobraron.
Así, para completar el proceso, el Censo podría extenderse hasta la próxima semana con la aplicación de sistemas informáticos. Son "parches" que no reemplazan a la entrevista cara a cara que resulta precisa y cubre, justamente, a muchos que no cuentan con medios digitales de comunicación.
Para el proceso hubo facilidades, como el feriado irrenunciable que permitía a la mayoría de la población estar a disposición de los encuestadores en sus viviendas. Ese feriado supone costos económicos que se justifican en un recuento importante como el realizado el miércoles, costo que a la vez exige mayor eficiencia que la presentada ese día.
Una materia que opinable es el relativo a las preguntas de la encuesta. Para algunos faltaron preguntas, por ejemplo, algunas relativas a seguridad o transporte, que debidamente tabuladas serían contribución importante a la formulación o perfeccionamiento de políticas públicas en materias sensibles para la mayoría de la población.
Las dificultades observadas en terreno tanto por los encuestadores, sus supervisores y la población en general, demuestran que la realización del masivo estudio no es fácil y es necesario buscar nuevas fórmulas para un futuro proceso.
De cualquier modo, ahora se espera una pronta entrega de los resultados del último recuento que debe convertirse en instrumento valioso para el trabajo de organismos oficiales, de los poderes del Estado y también para el sector privado y de las personas en general y, en último término, para conocernos mejor.