Pamela Boltei
Los vecinos de al menos 10 edificios y condominios del polo 15 Norte y Santa Inés se unieron en una nueva agrupación para defender sus intereses frente al proyecto de urbanización que Copec - a través de la Inmobiliaria Las Salinas S.A. - busca realizar en el paño frente al borde costero, cuya remediación se encuentra actualmente en tramitación en el Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA).
Durante esta semana se conoció el resultado del estudio económico que realizó la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) respecto al impacto del proyecto en la ciudad, el que determinó que el valor bruto de ese impacto una vez finalizado el proyecto alcanzaría los US$ 2.120 millones, entre otras conclusiones. Pero también el proyecto de remediación fue abordado en el pleno del Core del jueves luego de conocer que los residuos de la remediación serían trasladados a vertederos no solo de San Felipe, sino que también de Quillota y Valparaíso. Los consejeros y el intendente regional Gabriel Aldoney llegaron a un enfrentamiento por el rol que tienen los cores en esta materia y el jefe regional criticó el interés de rechazar una propuesta que está siendo revisada actualmente por el SEIA y sobre la cual se deben pronunciar las seremías y los organismos técnicos, pues la opinión de los consejeros regionales no sería vinculante, sino más bien política.
Agrupación estratégica
En medio de todo esto, son los propios vecinos del sector los que están organizándose en un grupo amplio para batallar contra la iniciativa, enfocándose en que la empresa tome en cuenta sus opiniones y mitigue los impactos viales, ambientales y visuales. Rosario Pérez, vocera de la agrupación denominada "Defendamos Viña", dijo que hace tiempo se están reuniendo de a poco, pero que la semana pasada lo hicieron formalmente todos los encargados. Además, siguen comunicados por WhatsApp y están coordinando asesoría técnica, comunicacional, de abogados y política.
"Estamos haciendo un frente común con fuerza política y comunicacional, pues es una inmobiliaria con mucho poder y esta agrupación busca tener una voz para incorporar ciertas obras de mitigación porque los dirigentes no han sido escuchados. Todos pasamos por ahí, quienes viven en Viña, en Concón o en Reñaca. La idea es que se haga algo bueno, pero que sea con el menor impacto para la comunidad en términos de vialidad, de la edificación de los pisos, porque en un principio dijeron que eran 18 pisos y ahora parece que son 28. Hay varias cosas y nuestra idea es velar por que se cumpla el tema de las áreas verdes, los espacios de sombra, la entrada y salida de los autos para que sea un aporte a la ciudad y no un verdadero caos vial y urbano", dijo.
Detalló que "estamos haciendo algo serio, estamos en otros tiempos. Antiguamente se podía llegar e instalar algo y los vecinos no tenían injerencia, pero los tiempos han cambiado y ahora sí se requiere de participación ciudadana de verdad".
Dentro de sus líneas de trabajo está emular la experiencia del Ceuma de Santa Inés, agrupación que frenó la construcción de un edificio en el sector mediante un recurso judicial, y para ello ya se están haciendo asesorar con abogados. "Estamos estudiando presentar un recurso de protección al respecto", advirtió.
Piero Moltedo, de la directiva del Edificio Coraceros y uno de los organizadores de este movimiento, comentó que "buscamos agrupar a vecinos también de Reñaca y Concón para defendernos de un desarrollo inmobiliario abusivo contra la ciudad, al igual que lo que ocurrió recientemente en Estación Central. Los problemas de tráfico, densidad urbanística y población que se van a generar van a ser gigantescos. No estamos contra el desarrollo, pero consideramos que debe haber una cierta armonía, no solo se puede pensar en el aporte económico para la ciudad, sino también en la calidad de vida para los vecinos".
Pablo Roncagliolo, vicepresidente del comité del edificio Anakena, de Santa Inés, dijo que "tuvimos una experiencia similar en 2011 donde se intentó construir un par de edificios delante del mirador 14 Asientos y ahí la comunidad se organizó y se logró revertir esa construcción porque debía respetarse lo que decía el plan regulador".
Prosiguió afirmando que "en esta situación ocurre algo similar, como comunidad no estamos en contra de que se haga un proyecto ahí pero que sea de forma razonable y eso implica aspectos básicos como que el proceso de descontaminación sea realmente efectivo y seguro para todo el sector, que no por hacer un proceso de limpieza se genere un problema mayor, como camiones circulando por la ciudad con residuos peligrosos, emanaciones, polvo en suspensión, ruidos, etc, y en segundo lugar una vez realizado el proceso de descontaminación efectivo, que el proyecto sea amable con la ciudad, que no genere un impacto vial, ni saturación en las vistas, porque si lo que se pretende construir son 20 ó 30 torres de 30 pisos, eso va a afectar notablemente la visión".
Ceuma aportará con experiencia
Nelson Paredes, presidente de Centro Urbano y Medio Ambiente Santa Inés (Ceuma), comentó que "tenemos conocimiento de que van a construir edificios de gran altura y nos taparán la vista totalmente, pero también el impacto vial que se va a producir será trágico, ya hay un gran taco desde el mall y eso se va a prolongar hacia acá. Además, no logro entender por qué ese sector no tiene regulación de altura... ¿por qué la restricción llega solo hasta 15 Norte? Nosotros vamos a aportar con nuestra experiencia judicial luego de lo que logramos con un edificio que se instaló acá".