Paolo Navia S.

En 1981, y por motivos laborales, el empresario Marcos Hume visitó por primera vez la ciudad de Valparaíso. Tras realizar diligencias vinculadas con el mundo portuario y dejándose llevar por las opiniones de sus amigos porteños, Hume decidió almorzar en el tradicional Bar Inglés, local que siguió visitando con frecuencia durante más de tres décadas, convirtiéndose en un verdadero parroquiano del restaurante.

Sin embargo, y a pesar de encontrarse anclado en el centro financiero y comercial de la Ciudad Puerto, a pasos de la Bolsa de Valores, de empresas navieras y de agencias de aduana, el pasado mes de febrero el Bar Inglés cerró sus puertas tras cien años de historia, provocando gran pesar entre los comensales que diariamente visitaban el local, que entre otras particularidades, contaba con una barra de roble americano de 14 metros de largo, iluminada por lámparas holandesas de larga data.

"El día que se comunicó que el bar cerraría sus puertas, yo estaba almorzando y la verdad fue muy triste para todos, porque a pesar de que el local venía en baja, siempre se llenaba de su fiel clientela, y por lo mismo decidí que no podía quedarme de brazos cruzados y ver cómo se cerraba un clásico de Valparaíso", declaró Hume, quien tras enterarse de que el bar sería rematado por encontrarse en estado de quiebra, tomó contacto con el abogado Nelson Machuca Casanovas, quien en su calidad de liquidador concursal, aprobó la oferta propuesta por el empresario portuario.

"Yo presenté muchas veces mi propuesta, estuvimos casi tres meses negociando, hasta que al final todos aprobaron mi oferta y me fue concedido el Bar Inglés", señala con entusiasmo el nuevo dueño del tradicional local porteño.

Con una inversión cercana a los $ 100 millones y con la motivación de rescatar uno de los íconos del Puerto, Hume viaja diariamente a Valparaíso para supervisar la completa restauración del local, proceso que actualmente se encuentra en plena etapa de ejecución con la meta de volver a abrir prontamente las puertas a la comunidad porteña y, principalmente, a la gran cantidad de turistas que catalogaban el establecimiento como una parada obligatoria en Valparaíso.

"Este es un tema de romanticismo, porque poder adjudicarme el bar ha sido una verdadera odisea; sin embargo, le tengo mucho cariño a este bar y tengo muchos amigos que han querido colaborar en este tema y, por lo tanto, apenas me enteré de la quiebra supe que tenía que volver a echarlo a andar, y en eso estamos", manifestó Hume.

A su vez, y tras ser consultado sobre si el Bar Inglés mantendrá su típica decoración, su nuevo dueño explicó que "nosotros no vamos a reconstruir nada, sino que vamos a restaurar, al igual que se hace con un automóvil antiguo; y por lo tanto, se mantendrá todo como está, pero con una gran renovación a cada objeto y cuadro".

Sin embargo, y a pesar que las tradiciones del bar se mantendrán intactas, Hume señaló que se buscará profundizar el estilo inglés del establecimiento, ampliando sus dependencias para construir un sector netamente inspirado en la cultura británica.

"Vamos a generar un sector que, por ejemplo, tendrá muchos cuadros y objetos de Los Beatles, también vamos a poner cuadros con automóviles ingleses. Y si bien se van a conservar las fotografías antiguas de Valparaíso, existirá una mayor influencia inglesa", señaló Hume.

A su vez, una de las principales novedades que presentará el local porteño tiene relación con su gastronomía, la cual se expandirá hacia nuevos estilos, pues si bien se mantendrán los típicos platos inspirados en los productos del mar y las carnes, el nuevo propietario del Bar Inglés comentó que también se ofrecerá un estilo de comida mucho más vanguardista.

"Nosotros nos vamos a quedar con la cocinera original del Bar Inglés, que es quien preparaba los platos típicos del restaurante. A pesar de aquello, actualmente estamos en búsqueda de un nuevo chef que también pueda incluir comida peruana en la carta, básicamente ceviches y lomo saltado, pues queremos mantener lo antiguo con una cuota de lo nuevo", declaró Hume, quien agregó que "lo mismo vamos a hacer en la barra, donde recontratamos a Juan Carlos Alfaro, mítico barman del establecimiento".

Esta impronta se repetirá con el 60% del personal antiguo, el cual Hume utilizará en la renovación del Bar Inglés tomando en cuenta la gran experiencia y relación que forjaron durante los años dorados del establecimiento porteño.

"Yo tomo este nuevo proyecto con una gran responsabilidad, pues rescatar el Bar Inglés para Valparaíso es una gran responsabilidad, lo mismo ocurre con su restauración, pues queremos que la gente que venga al local sienta que retrocede en el tiempo, pero que también pueda tener acceso a nuevas ofertas gastronómicas", precisó Hume.

Finalmente, el nuevo dueño del Bar Inglés expresó que no se siente amenazado por el boom gastronómico que ha vivido durante los últimos años el sector de calle Prat, donde ha abierto una gran cantidad de restaurantes de comida extranjera, especialmente peruana y colombiana.

"No estoy preocupado, porque el Bar Inglés tiene su clientela, y a pesar de estar de capa caída, este local siempre se llenaba a la hora de almuerzo. Entonces, nosotros queremos ir al rescate de esa gente y también de la que dejó de venir porque justamente el local bajó su nivel", señaló Hume, precisando que el local abrirá nuevamente sus puertas a mediados del mes de junio, "una vez que todas las normas legales estén aprobadas".

"Vamos a generar un sector que, por ejemplo, tendrá muchos cuadros de Los Beatles, pues si bien se van a conservar las fotografías antiguas de Valparaíso, existirá una mayor influencia inglesa"

Marco Hume Nuevo dueño del Bar Inglés"

1916 fue el año en que se fundó el mítico Bar Inglés en Valparaíso, fruto del espíritu emprendedor de un marinero suizo que decidió radicarse en la Ciudad Puerto.

$ 80 millones es aproximadamente la inversión que, hasta ahora, ha concretado Marco Hume para rescatar el tradicional Bar Inglés, monto que seguirá aumentando en los próximos meses.

60% del antiguo personal del tradicional Bar Inglés fue recontratado por Marco Hume, nuevo dueño del establecimiento. Entre ellos destaca la antigua cocinera y el barman.