La historia se repite
La sumatoria de voluntades puede jugar un rol decisivo y marcar precedentes en la protección del patrimonio.
Esta semana tuvimos nuevamente dos noticias que nos recuerdan la fragilidad en la que se encuentra nuestro patrimonio cultural construido en la región. Por un lado, el permiso de demolición para la Casa de Italia se podría sumar al permiso de edificación que ya otorgó la Dirección de Obras municipales de Viña del Mar para los terrenos donde se emplaza, sentenciando al emblemático inmueble. De ser así se estaría demoliendo un hermosos edificio cargado de historia y significado para la comuna, justo cuando se cumplen 100 años desde su construcción. Se volvería a repetir una situación recurrente en la ciudad jardín, donde se ha desarrollado un crecimiento inmobiliario que está haciendo desaparecer paulatinamente el patrimonio histórico de la ciudad, que ya no solo le pertenece a los propietarios de los inmuebles, sino que, de alguna manera, es de todos los vecinos de la región.
Sin embargo, se han levantado voces de actores relevantes en la materia que buscan salvar este edificio y que nos demuestran que la conciencia por nuestras riquezas culturales cada vez va tomando mayor fuerza en la opinión pública.
El efecto que estas opiniones pueden ejercer ha quedado de manifiesto en la reciente publicación en el Diario Oficial de la declaratoria de Monumento Nacional en la categoría de Monumento Histórico de la Casa de Italia, protegiéndola eventualmente de su demolición. Una demostración de cómo la sumatoria de voluntades, tanto civiles como políticas, puede jugar un rol decisivo y marcar precedentes en la protección del patrimonio. Ahora todo queda en manos de la justicia.
Así como en Viña aparece nuevamente el fantasma del crecimiento inmobiliario que amenaza a su patrimonio constantemente, en Valparaíso la precariedad y los incendios vuelven a hacerse presentes recordándonos una vez más la fragilidad en la que se encuentran los edificios históricos.
El incendio que afectó al Mercado Cardonal la noche del miércoles era cuestión de tiempo. Basta darse una vuelta por el interior del recinto para constatar que las instalaciones eléctricas, sanitarias y de seguridad no cumplen con las condiciones mínimas que exige la autoridad y la falta de regulación permite que los locatarios se preocupen solamente de las ventas y olviden las mantenciones que corresponden.
Las medidas de fiscalización y prevención deberían extremarse en inmuebles de conservación histórica, pero en la realidad sucede todo lo contrario. Los estándares que se aplican a las nuevas edificaciones distan mucho de lo que se exige a las tradicionales. El Cardonal quedó con un importante daño estructural producto del incendio, pero ya nadie parece lamentarse tanto por lo ocurrido, nos hemos ido acostumbrando a esta realidad y más bien nos alegramos de que el incendio no destruyera el edificio por completo.
El mercado es el corazón del Barrio el Almendral y hace rato que venía latiendo con dificultad, si el corazón de un barrio falla, todo el resto queda debilitado. Ya tenemos el ejemplo del Barrio Puerto y su mercado, pero parece que la ciudad no tiene la capacidad de aprender de su historia reciente.
Diego Rodríguez
Director carrera Restauración Patrimonial Duoc UC Valparaíso