Tres homicidios en menos de dos meses en una comunidad pequeña, con unos 15 mil habitantes, constituye una realidad que exige atención. Es el caso de Olmué, la hermosa comuna rural del interior de la Región que se ha visto ensombrecida por una racha delictual que ahora cobra vidas, pero que se venía manifestando con frecuentes robos en viviendas y establecimientos comerciales.
Un doble homicidio el mes pasado, aparentemente resultado de una ajuste de cuentas, y el asesinato de un comerciante el fin de semana son hechos alarmantes que inquietan a lo que se supone es una paradisiaca localidad campesina.
Lo grave es que antes de llegar a los brutales hechos de las últimas semanas la Municipalidad había estado solicitando recursos al Ministerio del Interior para la instalación de sistemas preventivos de vigilancia como cámaras de seguridad. Denuncia la alcaldesa Macarena Santelices que debido al bajo nivel de denuncias locales la autoridad central no ha acogido las peticiones para dar la condición de subcomisaría a la actual tenencia y de instalar una tenencia en el sector de Quebrada Alvarado.
La única unidad policial se ubica en el centro de la comuna y Quebrada Alvarado, al inicio de la Cuesta La Dormida que comunica con Santiago, no cuenta con presencia de Carabineros.
Esta situación de desprotección que es de público conocimiento, alienta la acción delictual que amenaza vidas y bienes de las personas.
Y en el caso de Olmué la acentuación de estos hechos es grave, pues afecta al turismo, actividad básica de la comuna que se ha ido desarrollando con inversión en hotelería, gastronomía y, desde hace décadas, con residencias de descanso.
Este desarrollo hizo que, precisamente, Olmué recuperara la condición de comuna lo cual significó mayor crecimiento impulsado por una administración local ágil y creativa, una de cuyos logros es el Festival del Huaso.
Todo este desarrollo que significa trabajos estables, flujo de visitantes y residentes permanentes se ve amagado por la criminalidad que de un modo o de otro afecta la tranquilidad y la seguridad de personas, bienes y actividades en general.
Es importante dar con los autores de los tres recientes homicidios. Eso en lo inmediato. Pero resueltos esos casos, que esperamos ocurra, es imperativo establecer una política amplia de seguridad comunal con los medios técnicos preventivos que hasta ahora han sido negados, con mayor presencia policial y también con una participación activa de la comunidad con denuncias oportunas y responsables y, eterna recomendación, con una actitud personal y colectiva de autocuidado.
No hay que resignarse a que la delincuencia se instale en el paraíso…