"El objetivo de la primaria es fortalecer al candidato que derrote a la NM en noviembre"
En junio de 2013, el senador RN Andrés Allamand (61 años), protagonizó una estrecha elección primaria al interior de la Alianza, el conglomerado de centroderecha de la época, en la cual perdió por apenas 22 mil votos ante el abanderado de la UDI, Pablo Longueira, en un proceso en el cual participaron 808 mil personas. Cuatro años después, Allamand, integrante del consejo programático del comando de Sebastián Piñera en las primarias de Chile Vamos, analiza esta instancia que enfrenta el sector, cuya última semana ha estado marcada por un áspero debate con sus dos contendores: Manuel José Ossandón (ex RN, Independiente) y Felipe Kast (Evópoli).
- En la anterior primaria votaron 800 mil personas por la Alianza. ¿Menos de esa cantidad de participación sería un fracaso para la centroderecha?
- No. La vez anterior había una primaria de la Nueva Mayoría (NM) y, por lo tanto, el clima electoral en el país era mucho más fuerte y mucho más intenso. Además, por esas coincidencias del destino, la primaria coincide con la final de la Copa Confederaciones. En consecuencia, sería un gran resultado para nosotros, en ese contexto, que pudiésemos aproximarnos a la votación que tuvimos hace cuatro años. Todo voto arriba de los 800 mil sería un exitazo y debemos estar preparados, por las razones que le señalo, a que la concurrencia sea un poquito menor, pero igualmente el balance para nosotros sería positivo.
- Sebastián Piñera aparece como el favorito en estas primarias. ¿Cuál sería el porcentaje de votos que a él lo posicionaría como el claro ganador de estas elecciones?
- Las elecciones se ganan o se pierden por un voto. En consecuencia, lo importante aquí es quien gana y quien pierde. Creo que Piñera va a obtener un buen resultado, pero sería aventurado señalar cuál va a ser. Una elección primaria no tiene por objetivo resolver quién debe ser segundo y quién debe ser tercero, no tiene sentido que la gente vaya a votar pensando en que Kast debe ser segundo y Ossandón tercero, o viceversa, las primarias son para empoderar y fortalecer al candidato definitivo, en la perspectiva de que derrote a la Nueva Mayoría en las elecciones de noviembre.
- ¿No quedará muy desgastada la imagen de Piñera producto de todos estos roces y acusaciones durante la campaña?
- Para nada. Las elecciones presidenciales tienen dos fases, la primera son las primarias. Terminada esa fase, se da vuelta la hoja, hay un antes y un después, y se inicia una etapa distinta. Cualquiera sea el resultado, obviamente yo anticipo un triunfo de Piñera, él queda mucho mejor parado para el futuro que si hubiera sido designado por los partidos, sin intervenir en un procedimiento participativo democrático.
- ¿Los candidatos perdedores serán capaces de alinearse en favor del ganador de la primaria?
- Yo pienso que va a ocurrir. La política que vamos a instalar desde el comando de Piñera es de alfombra roja, tanto para Felipe Kast e incluso para Manuel José Ossandón. Si uno quiere ganar una elección presidencial tiene que barrer para adentro y no para afuera. Ellos van a tener todas las garantías para los efectos de ser acogidos por la candidatura ganadora, habrá todas las instancias de diálogo y conversación para que Kast e incluso el propio Ossandón puedan formular las propuestas programáticas que estimen y serán objeto de análisis para ver si se incorporan o no a la plataforma final.
- ¿La Nueva Mayoría perdió mucho terreno en la carrera presidencial al no participar de las primarias?
- No hay duda. Esto fue el mundo al revés, la Nueva Mayoría, antigua Concertación, hizo su primera primaria en 1993. Nosotros, la centroderecha, hicimos la primera primaria 20 años después, en 2013. Que ahora, en 2017, la centroderecha tenga primarias y la Nueva Mayoría no haya sido capaz de organizar la propia, es obviamente una señal del desgaste y el mal momento en que se encuentra. Es cierto que las primarias generan problemas, pero generan muchas más ventajas que desventajas. En el mundo de hoy, un candidato presidencial que es electo en una primaria, tiene mucha más legitimidad y mayor impulso que un candidato que, finalmente, lo nombra una cúpula partidista. Qué duda cabe que la bajada de Ricardo Lagos, en el mundo de la centroizquierda, y la designación de Alejandro Guillier, por la cúpula de los partidos, es un procedimiento inadecuado. El propio Frente Amplio fue capaz de realizar una primaria, el único sector relevante incapaz de hacerlo fue la Nueva Mayoría.
- ¿Es una ventaja que la derecha lleve un solo candidato presidencial ante la división de la Nueva Mayoría y la irrupción del Frente Amplio?
- Como todas las elecciones presidenciales en Chile, la elección de noviembre será cerrada, el que crea que esto es carrera corrida, simplemente no entendió nada. Sí siento que la candidatura de la centroderecha va a llegar en mejor pie. Más allá de los obstáculos, tendremos un candidato legitimado, una sola lista parlamentaria y un programa que se va a nutrir de todos los aportes y será una respuesta al gran fracaso que es la Nueva Mayoría. Si además tenemos en cuenta que el gobierno de la Nueva Mayoría, desde el retorno a la democracia, es el más impopular y que sus resultados en todos los ámbitos son los más negativos, obviamente que tenemos una posición de ventaja.
- ¿En una segunda vuelta, al candidato ganador de la centroderecha le conviene competir ante un representante de la Nueva Mayoría o del Frente Amplio?
- Para mí, me resulta indiferente, estoy seguro que el Frente Amplio y la Nueva Mayoría, finalmente, van a confluir en la segunda vuelta y esa confluencia va a identificar claramente una candidatura de izquierda alejada del centro político y que el centro político quede huérfano de un candidato propio de cara a la segunda vuelta. Pienso que Sebastián Piñera se encuentra en mucho mejor posición que el candidato de la izquierda, sea Guillier o Sánchez, para representar a ese sector de los chilenos de clase media, de centro, moderados, que lo más probable es que se queden sin candidato. Los únicos que pueden representar al centro político son Piñera y Carolina Goic, que hasta el día de hoy no puede despegar porque le han aserruchado sistemáticamente el piso desde el interior de la DC. En esta materia la DC no aprende, le aserrucharon el piso a Soledad Alvear, después a Claudio Orrego y ahora están haciendo exactamente lo mismo con Carolina Goic. El país necesita evitar una polarización, el lenguaje polarizado de la retroexcavadora ha sido rechazado absolutamente, y una convergencia entre Guillier y Sánchez es, ni más ni menos, una alternativa de izquierda totalmente alejada del centro.
"Los únicos que pueden representar al centro político son Piñera y Carolina Goic, que hasta el día de hoy no puede despegar porque le han aserruchado sistemáticamente el piso desde el interior de la DC""
"Cualquiera sea el resultado, obviamente yo anticipo un triunfo de Piñera, él queda mucho mejor parado para el futuro, que si hubiera sido designado por los partidos, sin intervenir en un procedimiento participativo democrático""