La desaparición de un centro deportivo es siempre lamentable. Se predica y se proclaman los beneficios del deporte que alcanzan tanto a jóvenes como a viejos, pero al momento de las decisiones la prédica pasa a segundo plano y priman los intereses individuales. Tal es el caso del Lawn Tennis Club de Viña del Mar, conocido como Club Inglés, que en un plazo de dos meses debe dejar su actual emplazamiento en terrenos que son propiedad del Valparaíso Sporting Club.
Por estas cosas de la vida, las dos instituciones son hermanas en su nacimiento, en sus propósitos y sus genes raciales. Ambas nacieron en 1882, las dos tenían como objetivo la práctica de deportes de raíz británica -hípica y tenis- y ambas fueron impulsadas por entusiastas ingleses residentes o por sus descendientes.
Así, desde el siglo antepasado el Sporting acogió en un rincón de sus terrenos al Club Inglés, tal como lo hizo con el Valparaíso Paperchase Club, el rugby, el Club de Tenis Unión y otras instituciones o actividades deportivas.
Claro está que la sociedad anónima Valparaíso Sporting Club es propietaria de los terrenos y en esa condición está pidiendo desde hace algún tiempo la salida del club de tenis para ocupar esos espacios en el almacenamiento de maquinarias. Se pierden así 10 buenas canchas de arcilla de intensa ocupación por tenistas de diversos sectores y junto a ello edificios del mismo club. El Lawn Tennis Club de Viña del Mar es la institución en su género más antigua del continente, pero vive hoy un destino incierto tras la notificación del término de un comodato de 1952 que le permitía ocupar su actual emplazamiento.
Tras diversas negociaciones, el Sporting ofrece una indemnización de 90 millones de pesos, la cual resulta insuficiente para los tenistas, que avalúan todas sus instalaciones en unos 600 millones. Sergio Cabezas, presidente del club, califica la posición del directorio de la entidad hípica, que preside Carlo Rossi, como "demasiado cerrada" y acusa además que "ninguna autoridad ha reaccionado ante lo que estamos viviendo". Y en este punto tiene razón, pues si bien se trata de un diferendo entre privados, la materia en juego, un centro deportivo, es de interés público.
Insistiendo en este aspecto, Gonzalo Serrano, presidente de la recién creada Asociación Tour de Tenis Quinta, que reúne a los principales clubes de la zona, insiste en que se debe buscar un acuerdo entre las partes e "involucrar a la Municipalidad para que este patrimonio sea preservado".
Los plazos están corriendo, el tiempo se agota, pero lo que no se puede agotar en una dosis de buena voluntad para resolver un problema donde hay que poner en primer plano el interés de prácticas deportivas que benefician a toda la comunidad.