Alas para la Región de Valparaíso
La posible reapertura del Aeropuerto de Torquemada representa la oportunidad de crecimiento más importante de los últimos años. Torquemada también podría otorgar a esta Región un plus importante a nivel turístico y la opción de ampliar decididamente su mercado potencial hacia su zona lógica de integración.
La peregrina idea de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de restablecer el funcionamiento para vuelos comerciales del aeródromo de Torquemada, hoy en manos de la Armada, recibió un inusitado apoyo de buena parte de las autoridades (encabezadas por el seremi de Transportes, Mauricio Candia, y el de Obras Públicas, Miguel Saavedra), cuyo empuje fue inicialmente destacado en las páginas de este medio, para después ir en búsqueda de los potenciales operadores interesados, con una excelente respuesta de Jetsmart y Sky Airline (también estarían por involucrarse Latam y Law) para replicar en la zona lo que hasta hoy se ve como el llamativo negocio de los vuelos de bajo costo a nivel nacional y latinoamericano, modelo tremendamente exitoso otras en latitudes como Europa y Norteamérica.
Tras el gran empeño de las citadas autoridades y el consiguiente respaldo de la iniciativa en las páginas de El Mercurio de Valparaíso, el director nacional de Aeropuertos del Ministerio de Obras Públicas confirmó ayer que el recinto cumple con las condiciones técnicas para que cierto tipo de aviones pueda trasladar pasajeros desde y hacia otras ciudades como Iquique, Antofagasta, Concepción, Mendoza e incluso Córdoba.
El optimismo respecto de los tiempos (la gente del Gobierno Regional pide un poco de cautela antes de pensar seriamente en echar a andar el proyecto durante el próximo verano) pareciera ir de la mano de las expectativas que un paso como éste generaría para la Región de Valparaíso en momentos en que la aletargada economía zonal sigue a los tumbos.
La eventual reapertura del propio aeródromo también podría otorgar a esta Región un plus importante a nivel turístico y la opción de ampliar decididamente su mercado potencial hacia su zona lógica de integración (Mendoza, Córdoba y San Juan), ya respaldado por más de un convenio entre las respectivas municipalidades (basta destacar las actividades de promoción realizadas durante los veranos por Viña del Mar) y las intensas gestiones en pos de relaciones comerciales y culturales llevadas por el cónsul argentino en Valparaíso, Hernán Santiváñez, el diario Los Andes de la provincia de Mendoza y este mismo medio.
Hasta el minuto todo pareciera marchar de buena manera. Se da por descontado que el proyecto recibirá el apoyo transversal de la Armada, la Fuerza Aérea y las autoridades involucradas, quedando sólo en pausa las necesarias inversiones ($ 3.500 millones en la conservación de la pista y unos $6.500 mns. en su extensión) para la optimización del recinto, las que debieran ser necesariamente apoyadas con platas gubernamentales y, obviamente, privadas.
Así, la Región, que ya está de pie, pronto tendrá alas.