Christel Vega: "Esto es lo que soy, no puedo fingir ser otra persona"
ARTE. La pintora quilpueína se encuentra exponiendo en la Sala El Farol de Valparaíso su trabajo bajo el título "Memento Mori".
A sus 26 años, la quilpueína Christel Vega se ha convertido en una de las artistas más interesantes de su generación gracias a su estilo hiperrealista. Éste la hizo merecedora del primer lugar del concurso Arte Joven 2012, que organiza la Universidad de Valparaíso (UV), casa de estudios que ahora vuelve acogerla con una exposición individual, denominada "Memento Mori".
El título es una frase en latín que significa "recuerda que morirás", elección por parte de la artista que no es casualidad, porque como ella misma explica, "va en relación a toda la obra en general", pues "yo trato la línea de la muerte, la fugacidad de la vida, el tiempo".
Un impulso que viene de "experiencias personales", como es la pérdida de su padre a los 19 años, las que la "llevaron a pensar en este tema". "El tema no sale de la nada, uno pinta lo que uno tiene adentro, lo que uno es. Esto es lo que soy, no puedo fingir ser otra persona".
Y reflexiona: "Creo que el tiempo es lo más importante que tenemos. Entonces mi idea de poner figuras humanas, cráneos y flores son elementos que indican que hay un punto de no retorno en algún momento", explica sobre la muestra que se puede visitar en la Sala El Farol, y que cierra un ciclo de tres exposiciones consecutivas organizadas por la UV en conjunto con galería de arte Bahía Utópica.
"Realismo emocional"
Christel Vega cuenta que desde niña le gustó dibujar desde la mirada realista, porque era su forma de "recordar los momentos, conservarlos", sin embargo, desde una perspectiva bastante particular: "Quiero recordar algo tal cual lo vi, como lo sentí en el momento", por lo que "no es tanto de lo que uno ve, sino como entra por la vista y se queda en el corazón. Yo quiero recordar eso como un realismo, pero como un realismo emocional. Eso es lo que quiero transmitir". En este sentido, asegura, no busca que parezca que se está observando una foto, pues "quiero que la gente diga que está vivo. Ésa es mi intención".
Se ha autoimpuesto, además, que quienes vean sus pinturas también lo puedan hacer desde dos planos, es decir, "la gente cuando se aleje de una pintura vea el cuadro en general, pero cuando se acerque también se encuentre con los detalles, con la pasta, con el color".
El objetivo lo ha logrado con creces. El color de los ojos, las maras en la piel, los pliegues, las sombras y las luces dan cuenta de ese esfuerzo en cada una de las pinturas que componen la exposición, que también incluye una serie de paisajes.
Cuadros que son parte de diferentes épocas, pues la artista comenzó a trabajar para esta muestra en 2014. "Lo que me gusta es que se nota que los pinté todos yo, pero que se ejecutan de una manera un poco diferente", comenta y agrega que "no hay una fórmula de hacer las cosas, sino que hay una investigación, hay ganas de probar cosas, porque así es como a mí me gusta. No me gusta quedarme en lo mismo, sería aburrido para mí".
Sobre el tema de la muerte que aborda en sus trabajos, dice que la sociedad lo vive como un tabú, "pero está todos los días a cada rato, y hay que asumirlo". "Mucha gente no piensa en eso y mi propuesta es que la gente sí piense en eso, pero de forma positiva, no tiene por qué ser negativo. Mi mensaje más que nada es disfrutar de la vida, aprovechar la vida, porque el tiempo pasa. Esa es la finalidad", agrega la pintora.
Desde la obsesión
Christel Vega ingresó a estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Valparaíso, pero alcanzó a estar sólo un semestre, pues "no era lo que yo buscaba" y reconoce que su formación ha sido autodidacta. Pero también de mucha pasión y obsesión. "Creo que lo mío ha sido trabajar, trabajar, trabajar, trabajar sin horario, pero sin andar flojeando, perdiendo tiempo en cosas más superficiales, porque yo llevo casi 10 años pintando, pero han sido 10 años a full", comenta la artista que tiene vive con su abuela en Quilpué, y que ha convertido toda la casa en un gran taller.
Para la joven esta fórmula "es algo que la gente de mi edad, si quiere pintar, debería tener bien claro, porque muchos cabros prefieren ir a fiestas en vez de quedarse pintando". "En realidad -sigue- si tú quieres lograr un tipo de calidad de trabajo, no queda otra: hay que obsesionarse, enclaustrarse y hacerlo. No hay otra forma. Siempre ha sido así, siempre será así si uno quiere llegar a un nivel superior en cuanto a arte. Se puede hacer arte en forma fácil, en forma difícil y a mí me gusta irme por lo difícil".
Relata que se había propuesto como meta para pintar técnicamente como aspiraba los 25 años y si n o lo conseguía "iba a dejar la pintura. Así de radical". Por lo que siempre tuvo esa sensación de ir avanzando contrarreloj, de decir "van pasando los años y no lo voy a lograr". Por lo mismo, en sus primeros años todo giró en torno al arte: "Era desayuno-pintura, almuerzo-pintura, cena-pintura. Todo era pintura para mí, y sigue siendo así, pero ahora ya más relajada porque empiezo a sentir los frutos del esfuerzo".
Cierre de un ciclo
Uno de esos esfuerzos es, precisamente, la exposición que mantiene en el sala El Farol. Si bien ésta estaba pensada para el año pasado, debido a los arreglos a los que se sometió el recinto debió ser atrasada un año.
"Para mí -confiesa Christel Vega- ha sido bien simbólica. No la pude hacer el año pasado, que era como justo cuando tenía 25, se me corrió un poquito, pero para mí representa todos mis años de trabajo".
Desde esta perspectiva, cuenta que "fue una exposición que tuve varios años en mi cabeza. Primero me ofrecieron, después como se corrieron un poco las fechas, entonces fue como mucho tiempo, mucha energía mental. Ahora terminándola, soy libre".
"Para mí fue genial porque es un buen espacio", comenta y añade que también tiene otros simbolismos, pues "aquí en la Universidad gané el premio de Arte Joven, fui jurado del Arte Joven y ahora expongo acá. Cerré un ciclo".
"Es bacán porque yo tengo 26 y como que la mayoría de la gente que están aquí es mayor, entonces para mí esta oportunidad vale oro", acota la joven, agradeciendo al curador del sala, Rafael Torres, "por haberme dado la oportunidad".
Sobre sus próximos proyectos cuenta que, por ahora, se está tomando unos días de vacaciones pues montar una muestra es desgastador. Pero, confiesa, que siempre está pensando en algo que pintar: "A mí se me ocurren ideas y a veces pasan hartos años y después las hago", ya que "no todo se puede hacer inmediatamente porque hay que hacer otras pinturas, terminar otras".
En este sentido, comenta que "si estoy un mes en una pintura, en ese mes se me han ocurrido como 10 más, entonces a veces toma tiempo". Otras obras de la artista también se pueden ver en el galería Bahía Utópica, donde es parte del catálogo permanente de artistas.
"Si tú quieres lograr un tipo de calidad de trabajo, no queda otra: hay que obsesionarse, enclaustrarse y hacerlo. No hay otra forma. Siempre ha sido así, siempre será así si uno quiere llegar a un nivel superior en cuanto a arte""
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Memento Mori
Visitas: Estará abierta hasta el 19 de agosto.
Lugar: Sala El Farol, ubicada en Blanco 1113, Valparaíso.
Entrada: Gratuita.
en resumen