Emilio Lamarca: "Valparaíso no nos acompañó lo suficiente"
CULTURA. El dueño de Casa E -centro que incluía una galería de arte y la librería Metales Pesados-, conversa sobre el cierre del lugar el próximo 3 de septiembre.
Tras finalizar su útlimo cargo diplomático en Francia, Emilio Lamarca decidió volver a Chile y radicarse en Valparaíso. Para ello compró una casa en la calle Lautaro Rosas 344, cerro Alegre, donde destinó el primer piso para una librería -la filial porteña de Metales Pesados-, y una galería de arte. Todo bajo el nombre de Casa E.
Pero el proyecto que comenzó un 14 de diciembre de 2010 llega a su fin. Ayer comenzó la venta de todo el catálogo de libros con un 30 y 25 por ciento de descuento, dependiendo si se paga en efectivo o con tarjeta. El 3 de septiembre se espera el cierre definitivo del lugar.
La noticia se dio a conocer a través de las redes sociales, y no son pocas las personas que han aprovechado de visitar el lugar. Luego de atender a algunos clientes, Lamarca se da el tiempo de sentarse y conversar con "El Mercurio de Valparaíso" sobre las razones de esta decisión.
"Casa E tiene un recorrido que Valparaíso conoce a través de su librería y galería de arte, y de repente -en la comezón del séptimo año- sucede y nos damos cuenta que para mantenerse en el nivel de excelencia y profesionalismo que ha mostrado Casa E todos estos años no podíamos seguir como estábamos porque la librería no da", asegura. Y es contundente al afimar que "pasó que Valparaíso no nos acompañó lo suficiente en un proyecto como el de Casa E para que pudiera sobrevivir".
A la baja
Según dice el exjefe de la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería (Dirac), "yo nunca pensé esto como un negocio, ni desde la galería ni desde la librería. Lo que es un pensamiento equivocado, pero forzado. porque vivimos en un país inculto como lo es Chile, lo digo con todas sus letras".
Durante los siete años que ha estado presente en el escenario cultural porteño, Casa E ha acogido las más diversas muestras de arte como lanzamientos de libros. Es así como hasta este 20 de agosto se podrá visitar una muesta de Carmen Goic, mientras que el sábado se realizará la actividad "La tentación racional. Encuentro con Diego Sztulwar".
"Casa E está agradecida de mucha compañía humana y profesional en sus inauguraciones como galería y en las actividades que desarrolló la librería", comenta Lamarca.
"Pero en el último año y medio empezó a decaer y a bajar en sus ventas al punto en que -a sabiendas que esto no es un negocio y que yo no estoy mentalmente ni como equipo ni como individuo pensando en ganar dinero con Casa E-, sí que dé lo suficiente para pagar sueldos, cuentas y un mínimo. Bueno ese mínimo empezó a no estar. Es tan brutal y grosero como eso", explica.
Según cuenta, a través de los años la librería fue creciendo tanto en su renta como en su aceptación, en su afianzamiento hasta, aproximadamente, el 2015. "El 2016 se estaciona y empieza a bajar, y este año sigue bajando a un punto que es imposible seguir".
Para el análisis
Desde su perspectiva, el concepto que los libros son muy caros y por eso no se lee, es uno que "siempre me he negado a aceptar", porque "cuando viene gente que se aloja en el cerro, que está de paso en Valparaíso y acaban de gastar más de 100 mil pesos en una comida de cuatro en cualquiera de esos restoranes, lo pongo de frente y les converso: 'A ver, de qué estamos hablando. Esto, lo que acaban de gastar en la comida o en el almuerzo, se va en dos horas y esto es para la vida. No es comparable. Entonces, nuevamente, es una reflexión que llama a meditar sobre el nivel cultural de nosotros los chilenos".
Y añade: "El libro, el arte, ambos hijos de la cultura, son índices muy claros de cómo se desarrolla un país. Eso habla de quiénes somos, de cómo somos, de cómo sentimos, y de cuánta importancia le damos a nuestra vida cotidiana a esos temas. En Chile es bajísimo. Y en la medida que eso va aumentando se va desarrollando el ser humano de ese país, de esa sociedad y se va desarrollando el país. La plata no va a hacer a Chile más culto. Son los libros, las obras de arte, la convivencia, un montón de cosas en las cuales Chile desde hace un tiempo está haciendo agua a vista de todos nosotros. Estamos desbrujulados los chilenos en el plano religioso, deportivo, cultural, económico y en general".
Pero no son los únicos puntos en los que hay que reflexionar a a la hora de analizar lo que sucede con Casa E, desde la perspectiva de Emilio Lamarca. Para él es fundamental poner ojo en lo que está viviendo la ciudad, "porque algo pasa con Valparaíso".
"Valparaíso se declara y se autonombra capital cultural de Chile que, para mí, es una gran pamplina. Eso no es efectivo. Eso no se conjuga, y la prueba es ésta, una de las pruebas", manifiesta.
"Hay un montón de actividades salpicadas, teñidas de cultura, pero no se toma en serio. No hay política pública que avale esa máxima que Valparaíso es capital cultural de Chile. Podría llegar a serlo, pero hay que recorrer un camino largo, de implementación, que no está siendo recorrido. A pesar que la institucionalidad cultural tiene su sede en Valparaíso", asegura.
El día de mañana
Pero más allá de los análisis que se pueden hacer respecto a las razones que hay detrás del fin del proyecto, Emilio Lamarca es categórico: "El proyecto se cierra. Este proyecto, mirado de cómo se presentó, está llegando a su término. Quién sabe qué pasa mañana o pasado mañana, pero hoy el proyecto Casa E tal como la gente lo conoce se termina".
"Y es una pena enorme porque yo he recogido en estos tres días, desde que se hizo el anuncio, las reacciones, y son todas de qué pena", comenta. En lo personal, además, confiesa que "me da mucha congoja". Sin embargo, "quiero este mes, y quiero que eso se transmita, sea no un drama, sino una fiesta que estamos invitando a la población y a la gente a comprar, por una vez, libros de excelencia baratos, muy baratos, porque un 30% de descuento es un gran descuento. Ésa es la invitación".
"Y también -continúa- reconocer que todo emprendimiento y que toda actividad tiene un comienzo y un fin. Yo no esperaba cerrar en siete años, no tenía una premeditación. Hubiera pensado que podía durar más, pero la realidad golpeó a la puerta duro y claro".
A nivel individual, el exdiplomático dice que "soy un tipo activo, que le gusta desarrollar proyectos, van a pasar cosas seguro. Estoy disponible, dispueto y ganoso". No obstante, por ahora, "hay que vivir el duelo, no le quiero sacar cuerpo a lo que está pasando. Así que hay que vivir este momento, intensamente".
"Yo me doy cuenta que desde que se anunció (el cierre) la librería está llena. Eso también da para análisis", finaliza el dueño del lugar antes de volver a sus labores.
"En el último año y medio empezó a decaer y a bajar en sus ventas al punto en que -a sabiendas que esto no es un negocio-, sí que dé lo suficiente para pagar sueldos, cuentas y un mínimo. Ese mínimo empezó a no estar""