Acuerdo por la Movilidad del Gran Valparaíso
El Gran Valparaíso profundizará sus problemas urbanos si es que se mantiene la inercia y el sesgo sectorial. Por esta razón, la existencia de este Consejo, es un buen comienzo.
El día miércoles pasado se dieron a conocer las propuestas del Consejo de Infraestructura para la Movilidad Sustentable de la Región de Valparaíso. Esta instancia, convocada por el Intendente y encabezada por el Presidente de EFE, Don Germán Correa Díaz, analizó los problemas del transporte de personas y bienes en un polígono que abarcó a todo el Gran Valparaíso y sus comunas satélites. Más allá de la necesaria discusión que cada propuesta expuesta pueda ameritar, la creación de este Consejo es un hecho sumamente valorable por tres razones que se explican a continuación.
La primera razón, se relaciona a las alarmantes noticias que trajo la publicación de la nueva encuesta Origen y Destino del Gran Valparaíso levantada el año 2014 (la anterior era del año 1998). Actualmente nuestra Área Metropolitana produce un total de 2.295.100 viajes diarios, duplicando la cifra correspondiente al año 1998. El problema es que este incremento de viajes no guarda relación directa con el crecimiento demográfico, ni ha sido acompañado de la correspondiente materialización de infraestructura.
En la práctica hoy las personas se mueven más que hace 19 años atrás, pero no cuentan con una infraestructura adecuada ni con un servicio de transporte que responda a la nueva dinámica. A esto hay que sumar la disminución de personas que usan el transporte público, versus el aumento de los viajes hechos en automóvil. Producto que la topografía encarece los costos de urbanización, los proyectos viales en carpeta son sumamente caros y serán insuficientes para resolver por sí solos la congestión.
Todo este configura un escenario que no es sustentable para el Gran Valparaíso, y que obligan entonces a enfrentarlo de forma distinta. Para ello se debe contar con un robusto plan de movilidad, de enfoque múltiple y carácter multisectorial, reconociéndose que la institucionalidad del transporte está obsoleta frente a los problemas descritos.
Directamente asociado a lo anterior, la segunda razón que justifica dicha instancia dice relación con los efectos que tiene la congestión en la segregación socioespacial del Gran Valparaíso. Esta relación requiere entonces que la elaboración de las políticas de transporte supere su tradicional sectorialismo, estableciéndose la debida integración con las herramientas de la Planificación Urbana. Dicha integración es clave si se considera que parte importante de los problemas de acceso a la vivienda son consecuencia de la falta de infraestructura de conectividad y de cobertura del sistema de transporte metropolitano. Mientras mayor congestión exista, más se valorizan los barrios bien conectados, expulsándose a los hogares más pobres a los campamentos o a la periferia.
La tercera razón, la constituye el hecho que dicha comisión permitió una Plataforma de diálogo que refleja la necesidad de un Gobierno Metropolitano con facultades para abordar los fenómenos que ya son ingobernables para los Municipios. Así por ejemplo, aparece la contradicción que existe entre el excesivo control de la densidad que establece el Plan Regulador Metropolitano de Valparaíso (PREMVAL) y la implementación de proyectos de infraestructura de alto impacto, que intervienen áreas urbanas consolidadas, y que requieren demostrar rentabilidad social. No es factible en este sentido, hundir la línea férrea en Quilpue, Villa Alemana o el barrio del Almendral si no se asume la densificación de las manzanas en torno a estas líneas. Lo mismo frente al mejoramiento de la Vía PIV en Concon; no se puede justificar fuertes inversiones en vialidad, si es que el Plan Regulador reduce las condiciones de edificación en torno a los nuevos ejes.
En síntesis en el futuro, el Gran Valparaíso profundizará sus problemas urbanos si es que se mantiene la inercia y el sesgo sectorial. Por esta razón, la existencia de este Consejo, es un buen comienzo. Pero en vista de las consabidas brechas institucionales, se requiere acudir a aquella mirada política larga a la que aludió el ex Presidente Lagos. Esto implica superar los oportunismos electorales e instalar un acuerdo político generoso y transversal por el Gran Valparaíso, que pueda tomar sin prejuicios los resultados del informe de esta instancia, e impulsar propuestas relevantes. Sin esa mirada de largo plazo capaz de sortear las presiones, será difícil para cualquier administración abordar proyectos siempre llenos de dificultades, incluso en el caso de iniciativas de urgencia evidente como es el caso de la repavimentación de Avenida España.
*Gerardo Ureta y Marcelo Ruiz
* Miembros de Metropolítica e Integrantes del Consejo de Infraestructura para la Movilidad Sustentable de la Regional de Valparaíso