"Si no hay descentralización no hay democracia; por eso se trata de ceder poder"
"Tiene que haber una estructura tributaria distinta. Y una de esas redefiniciones tributarias tiene que ver con impuestos que pueden llamarse verdes, porque es el pago de costos que la extracción de recursos naturales deja en las regiones"."
"Toda la capacidad que necesitamos para tomar decisiones hoy (en las regiones), muchas veces, no la tiene la región porque todo se toma en Santiago. Hay que ir formando a esa masa crítica. Cada región tiene que potenciarse". "Cuando una comunidad tiene poder vinculante lo que hace es equilibrarse con el gran grupo económico o proyecto, nacional o extranjero. Cuando hay situación de equilibrio se puede negociar mejor"."
Luis Alberto Pino Gumucio
luis.pino@mediosregionales.cl
La canción dice así: "Nadie nos va a echar de más. Nadie nos quiso ayudar de verdad. Nos dijeron cuando chicos, jueguen a estudiar. Los hombres son hermanos y juntos deben trabajar. Oías los consejos, los ojos en el profesor. Había tanto sol sobre las cabezas. Y no fue tan verdad, porque esos juegos al final terminaron para otros con laureles y futuro. Y dejaron a mis amigos pateando piedras".
La expresión "pateando piedras", contenida en la canción El Baile de los que Sobran, dio título a uno de los discos más emblemáticos de Los Prisioneros, acaso la banda más icónica del rock y pop del Chile de los 80. Lanzado en 1986, el vinilo forma parte del ADN cultural de más de una generación de chilenos. Y para Beatriz Sánchez, la candidata presidencial del Frente Amplio, es también una de las mejores lecturas del Chile de hoy, sí, el del 2017.
"Jorge González la podría haber escrito hoy día en la mañana", afirma. Y sigue: "Tiene una visión política muy certera de lo que pasa en Chile. Esa canción recuerda, además, que pese a estar todos estos años en democracia, casi 30, todavía estamos en los mismos problemas o respondiendo a un tipo de modelo económico y modelo cultural que nos instaló la dictadura", agrega Sánchéz (46), periodista nacida en Viña del Mar y formada en la U. de Concepción.
Una forma de percibir el país de hoy que da forma, en gran medida, al ideario del Frente Amplio, el mismo que la tiene en una expectante posición en las encuestas para pasar a una potencial segunda vuelta. Un lugar -admite- en el que nunca se imaginó que iba a estar a estas alturas.
- Muchos describen al Frente Amplio como un movimiento impulsado por una pulsión generacional muy fuerte, con vigor pero idealista. ¿Qué reflexión le provoca esto?
- Tiene que ver con los líderes más conocidos hasta ahora, que son jóvenes. Pero el Frente Amplio no es sólo un grupo de jóvenes idealistas. Tiene una base importante en las movilizaciones del 2011, pero no solamente porque la gente de la movilización del 2011 sea parte del Frente Amplio, sino porque el Frente Amplio nace como respuesta a un movimiento social. Tiene mucha base en un momento específico, cuando un movimiento social se tomó las calles y le dió sentido a lo que estaba pasando en Chile. No soy de la generación joven, pero me pasó algo y dije 'sí, el país necesita una reflexión distinta, un pacto social, una organización distinta; por eso surge el Frente Amplio y por eso estoy aquí.
- Para usted, que fue adolescente y vivió sus primeros años de juventud en el Chile de los 80 y comienzos de los 90, ¿cómo se produjo esa conexión más de 20 años después?
- Lo fui conectando de a poco. Pertenezco a una generación que no quedó satisfecha con lo que sucedió. Por cuatro meses no alcancé a votar en el plebiscito del 88. Fui una super entusiasta del Sí y el No, de una experiencia como la Concertación, que 16 movimientos y partidos políticos se pusieran de acuerdo, todos con un mismo fin. Fui de las que votó Concertación por muchos años, me gustaban sus líderes.
- ¿Cuáles?
- A fines de los 80 y principios de los 90 me gustaba Ricardo Lagos; mi generación no se se va a olvidar del dedo de Ricardo Lagos. Pero tal como me gustaba el Lagos de esa época, no me gustó el Lagos Presidente. Esperaba más de la Concertación, que en toda su época, y entiendo lo complejo de gobernar incluso hasta el 98, en los años 2000 ya tomara las banderas que hoy tomamos como Frente Amplio.
PODER A LAS REGIONES
- Su candidatura plantea que "se requiere avanzar hacia una desconcentración del poder", distribuyéndolo "hacia los territorios, las regiones y los espacios locales". Concretamente, ¿en qué consistiría ese proceso si llegan al poder?
- Si no hay descentralización no hay democracia, por eso se trata de ceder poder. Ese el problema central del porqué no hay descentralización en Chile: el poder está absolutamente concentrado en Santiago y a los que lo tienen concentrado se les está pidiendo que desconcentren. Para mí descentralizar es parte de la democracia y de la profundización democrática.
- ¿Cómo ejecutaría el proceso ?
- Hay cuatro aspectos fundamentales. El primero es la elección de las autoridades regionales localmente. En el fondo, que gobiernen mirando a la gente. Hoy gobiernan de espaldas , mirando al gobierno central, que es el que los instala, y le deben respuesta más al gobierno central que a las personas donde están organizando.
- Imagino que autoridades con atribuciones bien concretas.
- Por supuesto, por eso son aspectos conexos. Primero, ser elegido; segundo, una capacidad económica regional para tomar decisiones y con un cuerpo normativo que le permita ese margen de maniobra. Tiene que ser un presupuesto que vaya aumentando la cantidad de plata que se maneja en las regiones. La idea no es potenciar las diferencias económicas que puedan tener las regiones, sino que esto se pueda repartir de una manera más equitativa y que parte de ese financiamiento tenga que ver con lo que pasa en cada una de las regiones, con impuestos regionales que se queden en las regiones.
- Ese es un punto importante, porque hay regiones donde se concentran los grandes proyectos de inversión en recursos naturales.
- Sí, pero no es que cada región vaya a depender de los impuestos que se cobren regionalmente; eso sería parte del presupuesto de cada una de las regiones, no todo. La propuesta tiene que ver con impuestos verdes. Hoy, las regiones sufren los efectos de nuestro sistema económico, que se basa en la explotación y exportación de recursos naturales. Muchas veces esa explotación concentra la riqueza en las persones que viven y tributan esencialmente en la Región Metropolitana. Y todas las externalidades negativas, todo lo que provoca ese tipo de economía que tenemos, se quedan en las regiones. Tiene que haber una estructura tributaria distinta. Y una de esas redefiniciones tributarias tiene que ver con impuestos que pueden llamarse verdes, porque es el pago de costos que la extracción de recursos naturales deja en las regiones. Eso eso es parte de lo que financieramente puede quedarse en la región.
- ¿Estos impuestos verdes estarían ajustados por actividad productiva en cada región ?
- Lo que tenemos claro es la orientación, a propósito de este tipo de modelo económico, y eso lo tendremos que definir de acuerdo a la región, al tipo de industria.
- ¿En qué más consiste su propuesta para la descentralización?
- En generar masa crítica en las regiones, centros de pensamiento, alianzas estratégicas entre las universidades locales con los mundos privado y público locales, para definir proyectos de más largo plazo. Toda la capacidad que necesitamos para tomar decisiones hoy, muchas veces, no la tiene la región porque todo se toma en Santiago. Hay que ir formando a esa masa crítica. Cada región tiene que potenciarse. Esto va anclado al potenciamiento de todas las universidades estatales, para que haya pensamiento crítico, para que se formen especialistas que se puedan quedar en las regiones. Hay que potenciar que haya más industria, polos económicos, hospitales con mayor complejidad, oferta educacional masiva para que las personas quieran quedarse en su región. Hoy, porque no hay colegios suficientes, porque las universidades no dan las carreras que se necesitan, la gente empieza a migrar a Santiago. No es que en cuatro años esto esté solucionado, pero puedes sentar la institucionalidad.
- En un gobierno suyo, ¿cuánto aumentaría el presupuesto que controlarían las regiones?
- Todavía no tengo las cifras, pero la idea es aumentarlo mucho. Somos el país más concentrado de la OCDE y de América Latina. Incluso con cosas bien ridículas. Hay reparticiones públicas en las que para una partida para comprar café, la decisión tiene que venir en un memo desde un ministerio en Santiago. Por eso, cuánto presupuesto se maneja en una región es bien delicado, porque abarca casi los servicios. Son formas culturales que hay que ir superando de a poco.
- ¿Cómo evitarían grandes disparidades entre las regiones?
- ¿Todos los impuestos regionales que se queden en la región? No puede ser, por el desequilibrio que existe. Parte de ese financiamiento tiene que ver con los impuestos locales. La idea es que vayamos emparejando la cancha, para que las comunidades no sigan sufriendo los efectos de un tipo de desarrollo económico. El impuesto tendrá que venir a provocar ese equilibrio. Si bien en todo Chile hay un efecto de nuestra forma de desarrollo económico, hay algunas zonas que lo están pagando más caro en su forma de vida. Parte de ese impuesto debiera quedarse y el resto tiene que venir de una decisión central, porque no queremos repetir las desigualdades por región. Eso es lo que sucede hoy a nivel municipal; un municipio como Vitacura puede tener hasta 20 veces más de presupuesto que uno como Lo Espejo y están a 15 kilómetros de distancia. Eso no se puede reproducir en las regiones.
CAMBIOS A LOS MUNICIPIOS
¿Qué reformas concretas plantean al nivel de los municipios?
- Hay que flexibilizar lo que pasa en los municipios, que hoy tienen una capacidad muy estrecha de contratación de personal y de administración de presupuesto. El presupuesto viene estrictamente entregado por glosas específicas; estamos de acuerdo en que no puede haber un desorden total, pero tiene que haber un margen de maniobra para que el alcalde pueda disponer de mayor soltura para proyectos que son propios de la comuna. Hay muchas comunas que, por el tipo de composición de casas, como viviendas básicas, no pagan contribuciones y ahí hay un desequilibrio brutal. Estamos perpetuando una diferencia que tiene que ver con la composición de los barrios y una política de vivienda equivocada que fue muy masiva en los 80 y en los 90. Por eso es que la distribución tiene que ser distinta. También se puede potenciar la asociatividad entre municipios. Hay municipios que tienen vocaciones muy parecidas; por ejemplo, varios que son del sector de presencia mapuche, que tienen muy claro lo que pasa en sus territorios. Hay varios municipios en el norte cuya vocación principal es la minería, tienen los efectos buenos que puede tener la minería, pero también todos los negativos, como la contaminación y la falta de agua. Hay muchas zonas agrícolas, en Ñuble, en Bíobio, que pueden buscar una asociatividad que los impulse, por ejemplo, a mayor tecnología; bordes costeros que pueden ser de gran atractivo turístico. Hoy los municipios se entienden como estamentos muy separados.
-Para implementar todo este ambicioso plan, ¿modificarían la institucionalidad vigente para los temas regionales, como la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere)?
- Ojo, que de repente no es tan ambicioso; es más una reorganización. Es cómo entendemos el ceder poder. Todo esto se puede potenciar a través de los gobiernos regionales. La Subdere es hoy una de las subsecretarías más poderosas de Chile. Si bien se puede usar la misma institucionalidad, tiene que tener un sentido totalmente distinto. La Subsecretaría de Desarrollo Regional hoy ejerce un poder centralista muy perverso respecto de las regiones.
- ¿Cómo harían para no desincentivar la inversión con la nueva estructura tributaria que proponen?
- Chile es de los países más desiguales del mundo. Hace poco estaba viendo el cuadro de los países de la OCDE, de cómo es la situación en bruto y cómo cambia ese índice de desigualdad después de los impuestos. Chile es de los pocos países de toda la OCDE donde, después de impuestos, la situación queda prácticamente igual. Esto se corrige en la mayor parte de los países de la OCDE, que son con los que nos comparamos. Nuestra carga tributaria sigue siendo muy pequeña respecto al resto de los países. No quizás en la cifra global, pero no se pueden comparar peras con manzanas. Tenemos un sistema integrado de pago de impuestos que hace que sean mucho más bajos que los que se pagan en otras partes donde están desintegrados, o sea, se pagan por persona y por empresa aparte. La riqueza la tenemos que empezar a repartir de manera distinta. Chile, como está, no aguanta más. El 50% de los chilenos gana hasta 350 mil pesos y un 0,1% gana mensualmente 82 millones de pesos.
- Se lo pregunto porque el actual gobierno ya hizo una reforma tributaria, no hace tanto y profunda.
- Y el país sigue estando de pie, sigue funcionando.
- Pero coincide con una caída fuerte en la inversión, nacional y extranjera, y la desaceleración.
- Pero también es cierto, y esto viene de los especialistas evaluadores de riesgo, quienes dicen que mayormente lo que le pasa a Chile, como lo que le pasa a buena parte del mundo, es que los efectos internacionales han causado una baja en el crecimiento.
Entonces, usted se lo explica más por efecto de las condiciones externas que internas.
- Mayoritariamente tiene que ver con un componente externo; por supuesto que también tiene que ver con los climas que se forman y se formó un clima antireforma muy importante. Se hablaba de incertidumbre. La incertidumbre mayor en Chile es la de la gente que no le alcanza para llegar a fin de mes, en las personas que no saben, si alguien se enferma en su familia, si van a poder pagar el costo; la incertidumbre está en que si no tengo lucas no voy a poder educar bien a mis hijos. Al tener las reglas claras se genera certidumbre. Y esto mirando no sólo la estructura tributaria, sino el nivel de ganancia de la gran empresa en Chile, sobreganancia en muchos casos.
- ¿Qué es la sobreganancia para usted?
- Está calculado. Este economista francés que habla de la concentración de la riqueza, (Thomas) Picketty, dice que una empresa que renta bien, renta entre 4% y 5%. En Chile, por ejemplo, las grandes empresas mineras pueden rentar 10%-15%; las AFP, 25%. Hoy se explica una sobreganancia sobre el 10%-15% como algo en el mercado que no está funcionando correctamente. Uno de nuestros principios de impuestos iría por allá.
- ¿Y no teme que se vayan las empresas y se pare más la inversión?
- Si esas empresas se van a otro país, ¿tendrían esa ganancia tan extraordinaria? Es difícil. La amenaza permanente de 'si nos cambian algo las reglas del juego no vamos a invertir más'... si vemos las cifras, creo que sí van a seguir invirtiendo. No digo que no genere incertidumbre, eso será opinión de las grandes empresas, lo que quiero que quede claro es que cada vez que se habla no sólo de una estructura tributaria distinta, sino hasta de profundizar la ley del Servicio Nacional del Consumidor, se señala que esto puede afectar el crecimiento. Hoy, el problema es que cuando Chile crece, quién crece; cuando Chile gana, quién gana; cuando se habla de la inversión y el desarrollo, quién invierte y desarrolla, ¿el 50% de los chilenos que gana 350 mil pesos? No. A diferencia de la reforma de este gobierno, hablo de una estructura que apunta a los más ricos, al 1%. No afectará a ninguna fortuna menor a cinco millones de dólares.
EVALUACIÓN AMBIENTAL
- Otro aspecto muy importante para las regiones es el de la evaluación ambiental. ¿Haría reformas importantes al sistema actual?
- Sí, haría cambios. Hoy, la ley medioambiental es más una ley económica que de cuidado del medio ambiente, tiene un incentivo para que los proyectos siempre sigan y no para cuidar el medio ambiente. No todos los proyectos que inciden en el medio ambiente entran al sistema de impacto ambiental; por ejemplo, las forestales no entran y deberían entrar. Hay una asimetría enorme entre la empresa y las comunidades. La empresa decide instalarse y, si va cumpliendo el reglamento, no hay cómo detener un proyecto, aunque la planificación del país o territorial no exista o no haya una vocación que se está transformando hacia allá. Hoy es la empresa la que contrata a quien le hace el seguimiento y las evaluaciones ambientales. Esto tiene que apartarse de la empresa, tiene que haber una institucionalidad mucho más robusta del Estado que lo pueda hacer.
- Ahora, sin embargo, el sistema incluye un proceso participativo.
- Un proceso que no es vinculante. y, además, es acotado y muestra un desequilibrio enorme. Esa fórmula tiene que cambiar.
- ¿Le daría valor vinculante a la opinión de la comunidad?
- Absolutamente. Cuando una comunidad tiene poder vinculante lo que hace es equilibrarse con el gran grupo económico o proyecto, nacional o extranjero. Cuando hay situación de equilibrio se puede negociar mejor. Esto no quiere decir que la comunidad simplemente diga no, sino que, por ejemplo, se pueda hacer un proyecto más pequeño, que cumpla con una serie de alternativas para que la comunidad diga 'sí, ahora sí lo puede hacer'. Muchas veces eso significa proyectos que salen un poquito más caros, pero que son de gran ganancia.
- Al Comité de Ministros, ¿lo dejaría, lo cambiaría, lo eliminaría?
- Estas decisiones son siempre políticas, que no me vengan con cosas. No me gusta como instancia de decisión última. Me gustaría que se dirimiera en instituciones especializadas. Si vamos a descentralizar hay ciertas decisiones que también tienen que tomarse en regiones.
fotos: alfonso gonzález ramírez
"todas las externalidades negativas, todo lo que provoca ese tipo de economía que tenemos, se quedan en las regiones", dice.