Julio César Chávez y los demonios que le dieron la pelea al "campeón" de México
TELEVISIÓN. La serie sobre el famoso boxeador azteca se estrena este lunes 18 a través del canal Space a las 23.30 horas.
Una mano tambaleante toma una pistola y entre el llanto Julio César Chávez, "el campeón" de México, se lo pone en la sien. Clic. Nada. Clic. Nada tampoco. La vida le estaba dando otra oportunidad al ídolo mexicano que nació en una rancha de Culiacán, llegó a ganar cinco títulos mundiales de boxeo y vencer 107 peleas de 115, pero que en el camino cayó en desgracia debido a la "decisión más estúpida y pendeja que pude tomar: hacerle a las drogas y al alcohol".
Con la escena del fallido suicidio arranca "El César", la serie de Space que se estrena este lunes 18 de septiembre (23.30 horas) por Space y que, en dos temporadas y 26 capítulos, cuenta el auge y caída de uno de los mexicanos más queridos, aquel que llaman "El" campeón, como si fuera el único o, al menos, el único que les importa.
El respeto y la idolatría se nota en la factura de la serie protagonizada por Armando Hernández. El tema central, "Arre César" es de Molotov. No se escatimó en producción, pero pese a ello, él no quería recordar. Hacer una serie de su vida significaba eso, pero tras seis meses de ruegos, sobre todo de su familia, accedió a contar su historia, aunque sabe que habrá pasajes que no le van a gustar.
Adicciones del campeón
De chaqueta de terciopelo negro y un collar de diamantes con una cruz, Chávez habló con este medio sin ocultar sus sentimientos. Y hoy está sensible.
La serie terminó dedicada a su hermano, quien murió recientemente al resistirse a un asalto en Sinaloa. "Murió el 'borrego', mi otro hermano tiene cáncer y Julio y Omar (sus hijos boxeadores) perdieron; parece que todo me pasa a mí", se lamentó el azteca llevándose las manos al rostro. Ésta no es la primera dificultad que ha atravesado en su vida. La escena del revólver sí existió.
"Eso fue muy triste. Yo aún estaba en la droga. Me operaron del codo y me dijeron 'no vas a volver a pelear'. Tenía una demanda de Don King (su promotor), otra del Gobierno (me querían meter a la cárcel) y otra de mi esposa porque la había golpeado cuando aún consumía drogas. Me sentía totalmente destrozado y dije: 'Ya no quiero vivir más, me voy a matar' y mi familia estaba ahí llorando".
Después de los disparos fallidos, su cuñado le quitó el arma y salió el tercer disparo. Cuenta que salió al patio, se arrodilló, miró al cielo "y vi la silueta de Dios". ¿Revelación divina? No. "Seguí tomando y drogándome. Casi mato a mi hermano", recuerda.
Para superar sus adicciones, el boxeador pasó "los cuatro meses más amargos de toda mi vida", pues lo que se suponía era una clínica de rehabilitación, terminó siendo un galpón donde dormía en el suelo junto a "120 cabrones, todos cochinos" y comía verdura podrida.
"Yo lloraba y decía 'Dios mío, qué hice para merecer esto. Cómo es posible que el gran campeón mexicano esté aquí, en este pinche cochinero, teniendo una mansión afuera de ese lugar'. Pero tal vez era lo que necesitaba, porque teniendo todo el dinero del mundo, yo vivía en un pinche cuartito, drogándome. Tal vez lo necesitaba para valorar lo que tenía afuera y que estaba despreciando".
Ahora, Chávez tiene dos clínicas de rehabilitación. "Me dedico a rescatar a la gente que no ha podido salir para que vean que sí se puede, que no todo en la vida es el dinero, gloria y fama", relata el ahora también comentarista deportivo.
-Usted lo tenía todo, ¿qué le faltaba que lo buscó en la droga?
-Ese proceso fue muy triste porque, sin quererlo, me convertí en el mexicano más querido y aún así no podía salir de la casa porque la gente me asediaba. Me llevaba encerrado en mi casa o salía a escondidas (…) me sentía vacío y solo porque la gente no me dejaba ser yo (…) y ¿qué fue lo que busqué?, lo más estúpido y pendejo, que fue la droga".
-¿Cuál fue la clave?
-Es sumamente difícil, complicado, hijo de la chingada, ¡me ha costado tanto! Pero me sirvió el "sólo por hoy": sólo por hoy no voy a drogarme, sólo por hoy no voy a tomar. Y también alejarse de los amigos que consumen.
Recuerda que él no fue narcotraficante, pero que tenía amigos que sí lo fueron.
Respecto a lo que espera de la serie es que la gente entienda que el triunfo "se gana en base al esfuerzo, disciplina y constancia", y que los excesos vienen por "no tener los pies en la tierra". A los deportistas les recomendó tener un asesor que los aconseje bien. En su caso, todos los boxeadores de México le piden consejos "menos mis hijos (…) Pero hay que dejar que se tropiecen hasta que entiendan los cabrones porque escuchan a sus amigos. Así era yo también", finaliza.
"(Tomé la) decisión más estúpida y pendeja que pude tomar: hacerle a las drogas y al alcohol"
Julio Cesar Chávez, Boxeador mexicano"