En los meses de febrero y noviembre de 2015, tres concejales de Quilpué realizaron viajes pagados con recursos municipales a España y Francia. Ursula Mir (RN), Maximiliano Gac (PS) y Christian Cárdenas (DC) fueron los ediles que se trasladaron a Europa, supuestamente cumpliendo labores relacionadas con sus funciones.
Cuando el último de ellos dejó su cargo para asumir como Gobernador de Marga Marga, los dos primeros lo denunciaron a la Contraloría Regional para saber si sus acciones se ajustaron a la normativa legal.
El órgano fiscalizador emitió el mes pasado su informe final N° 462 sobre el caso, y en el documento concluyó que ninguno de los tres concejales antes nombrados acreditó que sus viajes tenían relación con su labor en el Concejo Municipal.
La Contraloría es clara al señalar que "en esas dos actividades (España y Francia) no aparecen elementos de juicio que permitan acreditar que la participación de los señores Gac, Cárdenas y la señora Mir hayan sido de interés propiamente institucional".
Debido a esta conclusión, $13,5 millones gastados por Gac y Mir, por concepto de viático, pasaje e inscripción fueron objetados, mientras que $5,8 millones que corresponden a la capacitación de Cárdenas también son cuestionados.
Por esto, se le ordenó al municipio de Quilpué lograr que los involucrados restituyan cerca de 19 millones de pesos, informando del proceso en un plazo no mayor a 30 días hábiles.
Pese a las justificaciones y anuncios de los cuestionados ediles y el gobernador respecto a una apelación a la Contraloría General de la República, lo importante es que la fiscalización se realiza y hay resultados.
El ejercicio de un cargo de representación popular implica estar expuesto al escrutinio de las instituciones designadas por el Estado para ello, sobre todo cuando se utilizan recursos públicos.
No cabe duda que la capacitación o los acuerdos con otras localidades que puedan lograr los concejales de cualquier comuna, generan un beneficio para sus comunidades. Sin embargo, ha quedado demostrado en múltiples investigaciones periodísticas que muchos se han aprovechado de estas prerrogativas. Por eso el rol de la Contraloría es clave para salvaguardar fondos fiscales que no deben ser de libre disposición para las autoridades.
En el caso de Quilpué, si las justificaciones son atendibles y la apelación de los involucrados prospera, sin duda que se enmendará un error. Pero si se confirma la falta, además de exigir una sanción, debe ser un antecedente a valorar por los votantes en futuras elecciones.