Uno de los temas más destacados por la mayoría de los candidatos presidenciales, en tiempos electorales, es el crecimiento económico. En mayor o menor medida, todos ellos comprenden que crecer por crecer, no tiene mucho sentido si la distribución de la riqueza generada no se hace de una manera más equitativa. Sus propuestas para disminuir la desigualdad son variadas, van desde mecanismos de libre mercado, hasta alza de impuestos. Lo más valorable es que todos los sectores reconocen la existencia de un problema de inequidades, que puede hipotecar nuestro crecimiento económico y desarrollo social en el futuro.
Un tema esencial, que debe estar presente en la discusión sobre el crecimiento, corresponde al medioambiente. En el siglo XX se acuñó la máxima "crecer primero, y limpiar después". Hoy, en el siglo XXI, tenemos las herramientas para poder darnos cuenta de los errores contenidos en esa frase. El primero de ellos es la visión de corto plazo, que esconde un egoísmo intergeneracional. El segundo es la incapacidad de comprender el poder de la tecnología para ayudar al ser humano a mejorar su calidad de vida, un error digno del siglo XIX.
Un medioambiente libre de contaminación es prioritario para el desarrollo de nuestra sociedad. En este sentido, Chile está en deuda con los sectores más pobres de la población, con problemas como: microbasurales, escasez de áreas verdes, contaminación del aire y del agua, entre otros. Por ejemplo, en la última década, la contaminación por material particulado, de 10 micrómetros (MP10), en la comuna de Cerro Navia, ha sido, en promedio, un 30% mayor que la experimentada por Las Condes. También, según datos del Ministerio de Medio Ambiente, existen alrededor de 600 micro-basurales sólo en Santiago, y estos están concentrados en las comunas de menores ingresos. Si deseamos un Chile con más crecimiento, y más equidad, debemos trabajar por mejorar el medioambiente en todos los lugares del país.
Contaminación del aire y rendimiento académico
Según Schwartz, 2008, los niños son los más susceptibles a este problema. No es sorpresa que en Chile existan problemas de calidad del aire en casi todas las ciudades del país, la más icónica, es la ciudad de Santiago. Existe una fuerte correlación, o asociación, entre ingresos y polución. Comunas de altos ingresos tienden a sufrir mucho menores niveles de contaminación del aire que comunas más pobres. Esto implica una complejidad en la detección del efecto de la contaminación sobre el rendimiento académico, puesto que existen variables, tales como el nivel de ingresos y el capital cultural de las familias, que también influyen sobre esa variable. No obstante, existen metodologías que permiten aislar el efecto de la contaminación, y así ser capaces de identificar su magnitud con mayor confiabilidad.
Investigaciones acerca del impacto de la contaminación en el rendimiento escolar son limitadas. Lavy, Ebenstein y Roth (2014) son los primeros en intentar responder la pregunta de cuánto sería el efecto de la polución del aire en el rendimiento académico. Estos economistas realizan su análisis con datos de Israel, donde utilizan datos de contaminación del aire, conjuntamente con resultados de una prueba estandarizada. En el caso chileno, en la PUCV estamos desarrollando una investigación similar, utilizando datos provenientes de la prueba SIMCE y de las estaciones de monitoreo de la calidad del aire del Sistema de Información de Calidad del Aire (SINCA).
La figura muestra que durante los años 2006 y 2010 la contaminación promedio anual por MP10 disminuyó, mientras que los puntajes, tanto en matemáticas como lenguaje aumentaron. Esto no implica causalidad. Sin embargo, resultados preliminares de tipo causal apuntan en la misma dirección que los encontrados por Lavy y sus colegas. Se estima que una disminución en una desviación estándar de la contaminación del aire tendría un efecto positivo sobre el rendimiento de los estudiantes, equivalente a un 30% de una reforma educacional en el aula (JPAL). Esto se obtiene después de controlar por características socioeconómicas, el tipo de colegio y otras variables que son constantes en el tiempo.
En breve, la invitación es a debatir, en esta elección presidencial, con más fuerza la importancia de los temas medioambientales y su influencia sobre la formación de capital humano, para que juntos podamos alcanzar el desarrollo antes del final del siglo XXI.