El cine hispano pierde a uno de sus grandes: Federico Luppi
GENTE. El actor de 81 años, que participó entre otras cintas en "El Laberinto del Fauno" y "Machuca", falleció ayer.
"Federico Luppi se ha ido. Nuestro Olivier, nuestro Day Lewis, nuestro genio. Mi amigo querido. Hombre bueno y leal. Adiós Federico". Con esas palabras escritas en Twitter se despidió el cineasta mexicano Guillermo del Toro del actor argentino con el que trabajó en las películas "Cronos", "El espinazo del diablo" y "El laberinto del Fauno", y que falleció ayer a los 81 años.
Hasta abril, el intérprete se encontraba en plena actividad. Incluso estaba planeando una gira con la obra "Las últimas lunas", en la que reflexionaba de manera sencilla sobre la vejez. Sin embargo, un accidente doméstico en el que se golpeó la cabeza truncó sus planes.
Un coágulo lo llevó a ser intervenido y luego someterse a un proceso de rehabilitación neurológica y en los últimos días ingresó al hospital de la Fundación Favaloro, donde finalmente murió.
Legado cinéfilo
Federico Luppi nació el 23 de febrero de 1936 en Ramallo -ciudad ubicada al norte de la provincia de Buenos Aires-, en una familia humilde de ascendencia italiana. Estudió dibujo y escultura en La Plata, y trabajaba en el Banco de Italia. Lugar que cambió por un frigorífico que le dejaba más tiempo para el teatro, la pasión que descubrió que llenaría toda su vida.
Entre sus actuaciones sobre las tablas destacan "Korchac y los niños", "Nuestro fin de semana" y "El vestidor"; mientras que en 1964 debutó en televisión con la telenovela "El amor tiene cara de mujer".
Sin embargo sería su arribo a la pantalla grande el que lo haría conocido. Su primer trabajo fue en la cinta "Pajarito Gómez" (1965), dirigida por Rodolfo Kuhn, a la que le siguió en 1967 "El romance del Aniceto y la Francisca", de Leonardo Favio, una joya del cine argentino que le significaría la consagración a Luppi.
Su tono áspero y su avasalladora presencia en cámara lo convirtieron en favorito de directores como su compatriota Adolfo Aristarain, Héctor Olivera y Fernando Ayala, consiguiendo trabajar en muchas películas que son clásicos del cine en español como "La Patagonia rebelde" (1974), "Plata dulce" (1982), "No habrá más pena ni olvido" (1983) y "Un lugar en el mundo" (1992).
En 1995 se estrenó "Martín (Hache)", con la cual Luppi se llevó la Concha de Plata a mejor actor en el Festival de San Sebastián. También por este trabajo se llevó un Cóndor de Plata -máximo galardón cinematográfico que se entrega en Argentina-, a los que se suman otros cinco, siendo hasta ahora el único actor en tener en su carrera seis galardones.
En 1985 trabajó por primera vez en una cinta española, "La vieja música", dirigida por Mario Camus. Pero su reconocimiento internacional llegó de la mano del mexicano Guillermo del Toro en 1993 con su trabajo en "Cronos". En Chile tuvo una única participación en el rol de Roberto Ochagavía, amante de María Luisa de Infante (Aline Küppenheim), en la cinta de Andrés Wood "Machuca" (2004); y también participó en la peruana nominada al Goya "Magallanes" (2015).
Debido a su amplia trayectoria, Federico Luppi es considerado uno de los actores argentinos de mayor trascendencia internacional, sólo comparable con Ricardo Darín o Héctor Alterio.
Sus últimos años
En 2001, cuando la economía argentina estalló por los aires y cinco presidentes se sucedieron en menos de dos semanas, Federico Luppi decidió radicarse en España, donde su carrera ya era conocida. Allí no sólo hizo diversos trabajos para el cine, sino que también regresó a su primer amor: el teatro con la obra "El guía del Hermitage" (2008).
Regresó a Argentina con el krichnerismo y siguió trabajando. Según confesó en una entrevista que dio en marzo de este año, "no me alcanza la guita para llegar a fin de mes". Es por eso que en enero de este año se estrenó "Nieve negra" y en marzo terminó el rodaje de "Necronomicón: el libro del infierno".
El ministro de Cultura argentino, Pablo Avelluto, aseguró que Luppi "fue uno de los mayores actores" del país, un artista "único y querido, dentro y fuera de los escenarios". En declaraciones a Efe, el titular de Cultura consideró que el cine y el teatro argentinos "no serían iguales" sin la contribución del intérprete.
"Federico Luppi fue uno de los mayores actores de nuestro país. Nos quedan interpretaciones memorables de decenas de personajes", destacó Avelluto, asegurando que "lo extrañaremos".