"Que me den este premio es un avance en un país cabeza de pelota"
Pablo Quintanilla se encuentra en Chile. El viñamarino, bicampeón del mundo de Rally Cross Country de motociclismo, llegó hace un par de semanas al país para de inmediato iniciar las prácticas de cara a lo que será su nuevo y gran desafío: el Dakar 2018.
Mientras entrenaba, el pasado martes fue sorprendido por la llamada del ministro Pablo Squella, quien le confirmaba que había ganado el Premio Nacional del Deporte 2016.
"Es un orgullo, pero también una sorpresa", reconoce el piloto del equipo Husqvarna, mientras detiene por algunos minutos su preparación para hablar de todo: de lo que fueron los festejos en Marruecos, de los problemas físicos en su rodilla derecha y de un galardón que se le otorga en un país que no duda en calificar como "cabeza de pelota".
Por ahora, el objetivo de Quintanilla es recuperarse del esfuerzo realizado en África, en donde se convirtió en el primer piloto sudamericano en alcanzar el bicampeonato mundial de Rally Cross Country, algo que a nivel planetario sólo habían logrado el español Marc Coma y el francés Cyril Despres.
"Desde que regresé al país estamos en un periodo cuyo objetivo es sacar las molestias y los dolores, realizando un trabajo específico en la rodilla derecha para que no se vuelva a resentir", señala, recordando que a mediados de la actual temporada sufrió la rotura parcial de ligamento cruzado, un edema óseo y mucha inflamación, explicando también que su preparación continuará la próxima semana por diez días en España, para volver a Chile y retornar luego a Marruecos en diciembre para trabajar las jornadas finales previas al Dakar 2018.
- Hizo historia al conseguir el bicampeonato mundial de Rally Cross Country. Me imagino que no fue fácil.
- Fue muy difícil. Estar en la elite del motociclismo mundial no es sencillo y estar definiendo un título del mundo en la última carrera (en Marruecos) fue bastante complejo. Lo bueno es que siempre mantuve muy claro mi objetivo, jamás perdí el foco y, en todo momento, me sentí cómodo y fuerte sobre la moto. Cuando debí hacerlo, tomé buenas decisiones y me pude quedar con el campeonato.
- ¿Qué es lo más desgastante en una instancia como la que vivió, lo físico o lo mental?
- Ambas cosas. Las carreras son muy exigentes, son de larga duración, de muchos días, cientos de kilómetros sobre la moto, con deshidratación, cansancio y un estrés muy fuerte al saber que se está peleando un título mundial y representando a una escudería inmensa que confía en ti. Además, uno personalmente también se presiona por ver cumplido el objetivo.
- ¿Se disfrutó de una manera distinta este bicampeonato respecto de lo sucedido en el 2016 cuando logró su primer título mundial?
- La verdad es que sigue siendo igual de emocionante ganar un título del mundo y más aún tan lejos de Chile, pero también asumo que en esta ocasión se tomó de distinta manera ya que hay más tranquilidad, con más control sobre situaciones similares, hay otra manera de actuar y reaccionar, pero eso es parte de la madurez que como deportista uno va adquiriendo con el paso de los años.
- Lo que viene ahora es el Dakar 2018. Me imagino que la ilusión es ganar una competencia tan tradicional.
- La posibilidad siempre está. La clave es que en la previa de la competencia hay que hacer una buena preparación, estar tranquilo, y ahí se verá, día a día, lo que se puede lograr en una aventura en la que participan muchos factores más allá del piloto.
- En los últimos años usted fue una persona muy crítica de cómo se apoya a los deportistas respecto de lo que sucede con el fútbol, incluso más allá del tema económico, sino simplemente en lo que se refiere al reconocimiento. Hoy acaba de ser premiado con el Premio Nacional del Deporte 2016. ¿Hay un cambio?
- El premio es un orgullo. Un galardón que va más allá de los éxitos del 2016, sino al compromiso de toda una vida, porque antes de ser campeón mundial hubo mucho esfuerzo de mi familia y de mucha gente que creyó en mí. Claro que es positivo que los reconocimientos se den para todas las disciplinas. Que me den el Premio Nacional de Deporte es un avance en un país cabeza de pelota.
- Hasta la comunicación oficial del ministro ninguna autoridad lo había llamado para felicitarlo.
- Así es y por ello tanta sorpresa. Ahora me llamó el ministro, pero las autoridades de mi Quinta Región no me han llamado para nada.
- Su premio puede ser considerado una buena señal para disciplinas que se ven eclipsadas por el fútbol.
- Creo que sí. En lo personal que me feliciten o no, que me apoyen con recursos o no, a mí hoy, gracias a mi esfuerzo, sacrificio, y a mis padres me da lo mismo, porque ya estoy en el circuito mundial y tengo un equipo y auspiciadores internacionales que me respaldan y son los que me permiten competir. El tema yo lo siento por otros deportistas ya que ellos sí necesitan el apoyo para alcanzar la elite de la disciplina. Por ellos es que también agradezco y me siento orgulloso del premio.
"La posibilidad (de ganar el Dakar) siempre está. Hay que hacer una buena preparación, estar tranquilo, y ahí se verá, día a día, lo que se puede lograr" "El premio Nacional de Deportes es un orgullo. Un galardón que va más allá de los éxitos del 2016, sino al compromiso de toda una vida, porque antes de ser campeón mundial hubo mucho esfuerzo""
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años tiene el viñamarino Quintanilla, quien es hoy el mejor piloto de motociclismo nacional y gran esperanza para ganar el Dakar. 3°