Valparaíso tendrá que reinventarse para atraer nuevamente a la industria de cruceros
PUERTO. De las 39 recaladas que estaban previstas para esta temporada, debió conformarse con sólo 12. La construcción de un muelle exclusivo parece clave para el repunte, pero por el momento tendrá que conformarse con tres años de caída.
El peor escenario. Eso es lo que vive Valparaíso en relación a la industria de cruceros, luego que la última de las grandes líneas que aún no definían su situación optara por San Antonio: Royal Caribbean decidió mover las tres recaladas del "Celebrity Infinity", que significaban un movimiento cercano a los 4.500 pasajeros cada una.
Así llegó a un acuerdo con Puerto Central, uno de los terminales del puerto vecino, para operar allí hasta la temporada 2019/2020. Algo similar a lo que hicieron las otras dos gigantes del sector, Norwegian Cruise Line y Carnival, que al menos tendrán como home port al vecino puerto hasta el 2019.
Posible esperanza
Esto, a raíz de la inseguridad que la industria encontró en Valparaíso: las movilizaciones en protesta por la cargas limpias que afectaron las operaciones de tres naves, las tarifas y la falta de garantías respecto a la reserva de sitio con dos años de antelación, entre otras.
Con ello el presente de Valparaíso es que sólo atenderá 12 arribos este año, menos de un tercio de los 39 que tenía previstos. Un escenario que se repetirá al menos por tres años más, dado los compromisos entre las líneas y San Antonio. Ante ello, la inquietud es si Valparaíso podrá recuperar esta industria a corto plazo.
"Hay soluciones. Lo primero es recuperar la confianza: ir a conversar con ellos, junto al concesionario y el terminal de pasajeros, revisar los errores cometidos, y contar con la participación de la ciudad, para que vean que hay trabajo consensuado y existe interés de recuperarlos", comentó el gerente general de EPV, Gonzalo Davagnino, una vez conocida la partida de Royal Caribbean.
El ejecutivo recalcó que son importantes las señales y en ese plano, agregó, se debe avanzar en el terminal exclusivo, resaltando la importancia de que sea "económicamente factible, la industria está alineada y le interesa una terminal dedicada".
No será fácil
"Valparaíso no va a poder salir a rescatar nada si no tiene nada que ofrecer", advirtió, por su parte, el gerente general de la compañía operadora de cruceros Destination Managment Chile (DMC) Claudio Nast.
"Mover a toda la industria desde el punto de vista de informar a sus pasajeros, a todos aquellos que están a cargo de la venta en distintas parte del mundo, el manejo de esa ruta, en fin, cambiar de home port no es algo que se haga todos los años porque es mucho trabajo", subrayó el ejecutivo, quien aseguró que deberán aparecer argumentos muy convincentes para que la industria opte por echar pie atrás.
"El hecho que se muevan, significa que lo van a hacer por al menos tres años y eso también pone un poco en la balanza realmente el porqué tendrían que volver a Valparaíso", enfatizó.
Competitividad
El que exista otro actor en la región que participe en el mercado, obliga a Valparaíso a mejorar su oferta. "Por un lado ahora van a comenzar a jugar factores económicos muy importantes como las tarifas de San Antonio versus las de Valparaíso, las facilidades y cómo se va a comportar San Antonio en el futuro con respecto a los sitios de atraque. Esto en el sentido de que si están realmente todos garantizados, si no hay ningún problema", comentó Nast. En base a todo esto, las compañías deberán hacer evaluaciones y decidir, indicó.
En opinión del operador, únicamente hay un par razones que podrían determinar la vuelta de los cruceros perdidos. "Hay una que puede ser potente y que se relaciona con un punto de venta más fuerte. Es decir, si yo pongo a Valparaíso en mi itinerario, que es un puerto declarado Patrimonio de la Humanidad, y además si se concreta ese muelle dedicado, allí entraría a competir Valparaíso nuevamente. De lo contrario se ve muy difícil", sostuvo.
Un terminal reservado para cruceros es esencial pues es la garantía que requiere la industria para evitar inconvenientes. "Recordemos lo que sucedió con TPS que tiene sus idas y venidas y que no es un terminal dedicado porque en el fondo ellos cerraron las puertas", recalcó, agregando que la EPV tampoco tomó medidas suficientes.
También sostuvo que se requiere un reconocimiento de los errores que se cometieron y cambiar la actitud ante el sector: "Lo que deberíamos hacer es un mea culpa potente (...) Valparaíso solamente puede salir a rescatar algo si tiene algún plan que ofrecer. Además que hay cambiar la actitud porque para los ojos de las compañías navieras es el puerto más soberbio que conocen y a eso hay que sumarle el tema de la credibilidad porque no se puede decir un día si, el otro no y al siguiente de nuevo si".
Por último, mostró sus reparos a las declaraciones del alcalde porteño Jorge Sharp respecto a la importancia de este sector para el turismo de Valparaíso. " El alcalde señaló que no es tan dramático porque sólo representa un 10%, primero creo que es un desconocimiento de cómo se desarrolla el sector y cuál es realmente el turismo que trae divisas, que utiliza hotelería, transporte y servicios turísticos. Además, le quita importancia al crecimiento potencial que existe", manifestó.
Dudas por inversión
El expresidente de la Corporación de Puertos del Conosur y actual titular de Andes Consultores, Sebastián Montero, fue uno de los que bregó para consolidar esta actividad en Valparaíso, y lamentó que se haya llegado a esta situación.
"Lo que pasó lo encuentro triste por todo el esfuerzo que se hizo para atraer esta industria, además se construyó un terminal de pasajeros con una cuantiosa inversión que ahora nadie sabe qué va a pasar con él", afirmó.
Respecto a los pasos a seguir ante este panorama poco alentador, coincidió en la necesidad de un muelle; pero tiene dudas respecto a su financiamiento. "En mi opinión personal y ante el actual escenario, un muelle sólo para los cruceros no es suficiente, así que me imagino un terminal multipropósito o con alguna otra función".
"En los estudios que hizo Puerto Valparaíso la inversión es cercana a los US$ 44 millones, pero yo no sé quién haría una inversión así, si no tiene la seguridad de que las líneas de cruceros van a llegar allí efectivamente (...) es muy incierto", detalló.
En cuanto a si esto será suficiente para que las naves regresen, indicó que "la única lección que aprendimos es que así como llegan, se van, y eso le puede pasar a San Antonio. Hay que cuidar esta actividad porque es bueno para el país".
"El lado lleno del vaso es que no se perdió la ruta y las recaladas siguen en la Quinta Región al haber un puerto alternativo, porque habría sido bien complicado si no estaba San Antonio. No sé qué habría pasado", concluyó.
Preocupa el futuro del VTP
Una de las grandes interrogantes que deja esta fuerte disminución de recaladas es la situación en que queda el Valparaíso Terminal de Pasajeros (VTP), inversión de US$ 9 millones inaugurada recién a fines del año pasado. "Se peleó mucha por ese terminal y se logró, pero corre el riesgo de transformarse en un elefante blanco", comentó Claudio Nast. En tanto, Sebastián Montero, sostuvo que sin duda "es uno de los principales perjudicados con todo lo que pasó y sin tener nada que ver porque acá lo que sucedió fue que un concesionario perjudicó el negocio de otro".
"Valparaíso no va a poder salir a rescatar nada si no tiene nada que ofrecer (...) eso también pone un poco en la balanza realmente el porqué tendrían que regresar"
Claudio Nast, Gerente General DMC"
"Yo no sé quien haría una inversión así (muelle exclusivo), si no tiene la seguridad de que las líneas de cruceros van a llegar allí (...) es muy incierto"
Sebastián Montero, Expresidente Corporación de Puertos del Conosur"
líneas de cruceros importantes optaron por emigrar a San Antonio: Norwegian Cruise Line, Carnival y Royal Caribbean. 3
recaladas tiene Valparaíso contempladas para esta temporada, su número más bajo desde que recibe naves de pasajeros. 12
millones es el valor que, en principio, tendría el muelle exclusivo de pasajeros de acuerdo al estudio encargado por la EPV. US$ 44