Está culminando la liturgia electoral, cuyo rito final es la votación del próximo domingo. Hoy, jueves, a las 24 horas, cierra la campaña y se supone que electores y candidatos entran en una etapa de reflexión. Hoy, en la noche, se transmite la última franja electoral que durante varias semanas ha dado espacio a postulantes y partidos para plantear sus propuestas y, más que nada, sus disparos dando a conocer los defectos de sus contrincantes. ¿Habría sido muchos pedir amistad cívica o al menos respeto cívico?
Antes del próximo domingo, día de la votación, quedan habilitados los locales del caso y se contará con los útiles, registros y cédulas para llevar adelante el proceso. El orden, como siempre, a cargo de las Fuerzas Armadas y Carabineros.
Todo listo, todo dispuesto ya, como decía un antiguo relator deportivo. Listo para que 14.308.151 ciudadanos concurran a las urnas, si así lo desean, de acuerdo a la norma de voto voluntario. En la Quinta Región los invitados son 1.538.520.
Y aparece la primera pregunta, la inquietud inicial sobre la abstención. En la segunda vuelta presidencial de 2013 sólo votó el 42% de los inscritos y en la municipal del año pasado únicamente el 35%. ¿Desencanto de la política y de los políticos? Hablan los números: del padrón total de 14,3 millones de ciudadanos habilitados para votar, sólo 388.608 están inscritos en partidos.
Y si votar no es obligatorio y no interesa el tema tras una campaña pobre en ideas y rica en ataques, simplemente no lo hago. Solución cómoda que daña a la democracia, pues la protesta, la duda, también tiene espacio en el voto en blanco.
De hecho, la campaña misma no ha estado marcada por grandes movilizaciones de masas como aquellas de 1964 o de 1970, con la avenida Argentina o Pedro Montt desbordando de entusiastas partidarios.
Pero más allá del juicio al sistema democrático, está lo concreto que, números más, números menos, conduce a definiciones presidenciales, parlamentarias y de consejos regionales. En caso de no lograrse mayoría presidencial tendremos segunda vuelta el 17 de diciembre, para la que ya se hacen cálculos y llamados.
En la votación del domingo la novedad, no tan nueva pues funcionó hasta 1973, será la elección parlamentaria mediante cifra repartidora. En el caso senatorial, corresponde renovación de la cámara alta en siete circunscripciones, entre ellas Valparaíso que elige cinco representantes. Ello supone en esas siete regiones un trámite más largo en la votación: se deben emitir cuatro preferencias en vez de tres como en el resto del país.
Más allá de críticas y dudas, la votación del domingo cumple las premisas básicas de una elección democrática: libre, secreta e informada.