El dictamen de la Corte Suprema declarando ilegal el permiso de edificación del mall Barón es una buenísima noticia y un gran estímulo en la necesidad de recuperar el borde costero en beneficio del bien común. Habiendo múltiples problemáticas en Valparaíso, ¿por qué es tan importante la costanera abierta en el centro del anfiteatro?, ¿quién diseña Valparaíso?
Dos causas saltan a la vista de nuestra decadencia: la industria portuaria no deja sus riquezas en la ciudad y la Empresa Portuaria no diseña sus infraestructuras portuarias ni el borde costero con la ciudad. Ambas son responsabilidad del Estado y, por lo tanto, no permite que Valparaíso se diseñe a sí mismo y hoy estamos en un gran abandono y estancamiento, sufriendo por las decisiones. ¿Cómo comenzar a salir de este destino?
Analicemos a Valparaíso desde varias realidades: Geográficamente, somos una ciudad muy cara de habitar por la particularidad de sus cerros, pendientes y quebradas. Socialmente somos una ciudad empobrecida, con campamentos y trabajos precarios. Urbanísticamente, somos muy vulnerables a incendios, lluvias, deslizamientos de tierras, marejadas y terremotos. Arquitectónicamente, se encuentra en un estado de evidente deterioro. Ambientalmente, se nos presenta rayada, sucia y con animales en abandono. Patrimonialmente, somos Patrimonio de la Humanidad con normas patrimoniales, pero sin beneficios patrimoniales.
Aun así, Valparaíso tiene un enorme potencial, pero la suma de todos estos elementos conforma una mochila muy pesada de cargar. Por lo mismo, muchos se han ido, muchos no quieren invertir acá. Necesitamos una válvula de escape -un gran atractivo- y esa está ahí, en forma natural y maravillosa frente a nuestros ojos: la costanera.
Si asumimos que la calidad de una ciudad se mide en la calidad de sus espacios públicos, el espacio público más importante de una ciudad que está al lado del mar es su borde costero. Por eso, la mejor manera de comenzar a revertir esta decadencia es darle un buen parque costero multipropósito a Valparaíso en el centro del anfiteatro como un recurso que permita otros usos además del puerto comercial: puerto patrimonial, turístico, deportivo, pesca artesanal, parque de libre acceso.
Una costanera de calidad gatillará otras potencialidades y destinos de Valparaíso como el turismo, dignificará la vida de la familia porteña que no tiene un espacio de calidad donde ir, reactivará la recuperación de los barrios en el plan y generará un mejor comercio local, habrá más incentivo a la inversión pública y privada. La costanera abierta es una necesidad de múltiples alcances. Seguramente no será la varita mágica que resolverá todas las complejidades de Valparaíso, pero será el punto de inflexión que, sumada a una nueva Ley de Puertos, nos permitirá salir de la ruina y volver a ser la Joya del Pacífico.
Gonzalo Ilabaca
Artista